CIUDAD DEL VATICANO, 23 JUN 2006 (VIS).-El Papa recibió esta mañana a los prelados de las Conferencias Episcopales de los Países Bálticos -Lituania, Letonia y Estonia- que acaban de realizar su visita "ad limina".
Refiriéndose al inicio de su discurso al tema de la familia, el Papa señaló que junto a "núcleos familiares ejemplares, existen a menudo otros que por desgracia están marcados por la fragilidad de los lazos conyugales, por la plaga del aborto y la crisis demográfica, la poca atención a la transmisión de valores auténticos a los hijos, la precariedad del trabajo, la movilidad social que debilita los vínculos entre las generaciones y un mayor sentido de desorientación interior de los jóvenes".
"Una modernidad que no esté enraizada en auténticos valores humanos está destinada a ser dominada por la tiranía de la inestabilidad y de la desorientación. Por eso -continuó-, cada comunidad eclesial (...) está llamada a ser punto de referencia y a dialogar con la sociedad".
El Santo Padre alentó a los obispos a no cansarse de "ser siempre defensores valientes de la vida y de la familia" y a seguir con la "formación humana y religiosa de los novios y de las familias jóvenes. Esta es una obra muy meritoria, que espero sea apreciada y sostenida también por las instituciones de la sociedad civil".
Tras exhortar a los prelados a vivir la comunión entre ellos y con el Sucesor de Pedro, el Papa pidió que sostuvieran a los sacerdotes espiritualmente "y si es necesario, materialmente", y que cuidaran su "formación constante, también mediante cursos de actualización que les ayuden a profundizar en las enseñanzas del Concilio Vaticano II y a valorar la riqueza de los textos litúrgicos y los documentos de la Iglesia traducidos en las respectivas lenguas".
Benedicto XVI afirmó que frente a las dificultades de los jóvenes para responder a la llamada de Cristo, como consecuencia de "una mentalidad secularizada", es necesario "promover una atenta pastoral juvenil y vocacional". Por lo que concierne a los seminarios, "asegurad -dijo- la presencia de formadores dotados de una sólida humanidad y de una piedad profunda, abiertos al diálogo y a la colaboración; docentes fieles a la doctrina del Magisterio y testigos creíbles del Evangelio".
"Mientras no se han cerrado del todo las heridas que el comunismo ha producido en vuestras poblaciones, crece la influencia de un secularismo que exalta los espejismos del consumismo y que hace del ser humano la medida de sí mismo. Todo esto hace aún más difícil vuestra acción pastoral, pero sin perder la confianza proseguid incansablemente en el anuncio del Evangelio de Cristo, palabra de salvación para los seres humanos de todos los tiempos y de todas las culturas".
El Papa concluyó poniendo de relieve que el Evangelio "no mortifica la libertad humana y el auténtico progreso social; al contrario, le ayuda a realizarse plenamente y renueva la sociedad a través de la ley dulce y exigente del amor".
AL/.../PAISES BALTICOS VIS 20060623 (500)
Refiriéndose al inicio de su discurso al tema de la familia, el Papa señaló que junto a "núcleos familiares ejemplares, existen a menudo otros que por desgracia están marcados por la fragilidad de los lazos conyugales, por la plaga del aborto y la crisis demográfica, la poca atención a la transmisión de valores auténticos a los hijos, la precariedad del trabajo, la movilidad social que debilita los vínculos entre las generaciones y un mayor sentido de desorientación interior de los jóvenes".
"Una modernidad que no esté enraizada en auténticos valores humanos está destinada a ser dominada por la tiranía de la inestabilidad y de la desorientación. Por eso -continuó-, cada comunidad eclesial (...) está llamada a ser punto de referencia y a dialogar con la sociedad".
El Santo Padre alentó a los obispos a no cansarse de "ser siempre defensores valientes de la vida y de la familia" y a seguir con la "formación humana y religiosa de los novios y de las familias jóvenes. Esta es una obra muy meritoria, que espero sea apreciada y sostenida también por las instituciones de la sociedad civil".
Tras exhortar a los prelados a vivir la comunión entre ellos y con el Sucesor de Pedro, el Papa pidió que sostuvieran a los sacerdotes espiritualmente "y si es necesario, materialmente", y que cuidaran su "formación constante, también mediante cursos de actualización que les ayuden a profundizar en las enseñanzas del Concilio Vaticano II y a valorar la riqueza de los textos litúrgicos y los documentos de la Iglesia traducidos en las respectivas lenguas".
Benedicto XVI afirmó que frente a las dificultades de los jóvenes para responder a la llamada de Cristo, como consecuencia de "una mentalidad secularizada", es necesario "promover una atenta pastoral juvenil y vocacional". Por lo que concierne a los seminarios, "asegurad -dijo- la presencia de formadores dotados de una sólida humanidad y de una piedad profunda, abiertos al diálogo y a la colaboración; docentes fieles a la doctrina del Magisterio y testigos creíbles del Evangelio".
"Mientras no se han cerrado del todo las heridas que el comunismo ha producido en vuestras poblaciones, crece la influencia de un secularismo que exalta los espejismos del consumismo y que hace del ser humano la medida de sí mismo. Todo esto hace aún más difícil vuestra acción pastoral, pero sin perder la confianza proseguid incansablemente en el anuncio del Evangelio de Cristo, palabra de salvación para los seres humanos de todos los tiempos y de todas las culturas".
El Papa concluyó poniendo de relieve que el Evangelio "no mortifica la libertad humana y el auténtico progreso social; al contrario, le ayuda a realizarse plenamente y renueva la sociedad a través de la ley dulce y exigente del amor".
AL/.../PAISES BALTICOS VIS 20060623 (500)
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