CIUDAD DEL VATICANO, 2 JUN 2006 (VIS).-El Papa recibió esta mañana al presidente de la Pontificia Academia Eclesiástica, el arzobispo Justo Mullor García, con los alumnos y ex-alumnos.
Dirigiéndose a los alumnos actuales, procedentes de veinte naciones y de cuatro continentes, el Santo Padre afirmó que para prepararse bien para su futura misión debían ser "sobre todo una comunidad de oración, en la que la relación con Dios sea constante, fiel, intensa. (...) Que la Eucaristía que celebráis cotidianamente sea el centro vital, la fuente y la raíz de todas vuestras actividades en estos años y en el futuro, cuando desarrolléis el ministerio sacerdotal al servicio de la Santa Sede en diferentes países. (...) Sólo si sois fieles a vuestra vocación podréis ofrecer un válido servicio a la Sede Apostólica".
"Vuestra Academia -dijo- quiere seguir siendo una escuela de auténtica formación humana y teológica. (...) Hoy es más indispensable que nunca una sólida cultura, que prevea, junto con la necesaria formación teológica, una profundización de la doctrina perenne de la Iglesia y de las líneas directrices de la actividad de la Santa Sede a nivel eclesial e internacional".
Tras recordar que la Academia tiene tres siglos de historia, Benedicto XVI subrayó que el hecho de residir en Roma y de provenir de varios continentes era "una preciosa oportunidad para alimentar el espíritu de unidad y de comunión. (...) Abrid cada vez más los horizontes de vuestra mente y de vuestro corazón a la universalidad de la Iglesia, para superar toda tentación de particularismos e individualismos".
El Papa terminó pidiendo a los futuros nuncios apostólicos que en su itinerario formativo "no falte una filial y genuina devoción a la Virgen María. Que Ella os ayude a crecer en el amor a Cristo y a la Iglesia y a tender siempre a la santidad, aspiración suprema e irrenunciable de nuestra existencia cristiana y sacerdotal".
AC/PONTIFICIA ACADEMIA ECLESIASTICA/MULLOR VIS 20060602 (320)
Dirigiéndose a los alumnos actuales, procedentes de veinte naciones y de cuatro continentes, el Santo Padre afirmó que para prepararse bien para su futura misión debían ser "sobre todo una comunidad de oración, en la que la relación con Dios sea constante, fiel, intensa. (...) Que la Eucaristía que celebráis cotidianamente sea el centro vital, la fuente y la raíz de todas vuestras actividades en estos años y en el futuro, cuando desarrolléis el ministerio sacerdotal al servicio de la Santa Sede en diferentes países. (...) Sólo si sois fieles a vuestra vocación podréis ofrecer un válido servicio a la Sede Apostólica".
"Vuestra Academia -dijo- quiere seguir siendo una escuela de auténtica formación humana y teológica. (...) Hoy es más indispensable que nunca una sólida cultura, que prevea, junto con la necesaria formación teológica, una profundización de la doctrina perenne de la Iglesia y de las líneas directrices de la actividad de la Santa Sede a nivel eclesial e internacional".
Tras recordar que la Academia tiene tres siglos de historia, Benedicto XVI subrayó que el hecho de residir en Roma y de provenir de varios continentes era "una preciosa oportunidad para alimentar el espíritu de unidad y de comunión. (...) Abrid cada vez más los horizontes de vuestra mente y de vuestro corazón a la universalidad de la Iglesia, para superar toda tentación de particularismos e individualismos".
El Papa terminó pidiendo a los futuros nuncios apostólicos que en su itinerario formativo "no falte una filial y genuina devoción a la Virgen María. Que Ella os ayude a crecer en el amor a Cristo y a la Iglesia y a tender siempre a la santidad, aspiración suprema e irrenunciable de nuestra existencia cristiana y sacerdotal".
AC/PONTIFICIA ACADEMIA ECLESIASTICA/MULLOR VIS 20060602 (320)
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