CIUDAD DEL VATICANO, 13 MAY 2006 (VIS).-Benedicto XVI recibió hoy las cartas credenciales del nuevo embajador de Bulgaria ante la Santa Sede, Valentin Bozhilov. En el discurso dirigido al diplomático, el Papa recordó en primer lugar a las poblaciones afectadas por las recientes inundaciones en ese país y pidió para ellas la ayuda de la comunidad internacional.
Después, citando las palabras del embajador, el Santo Padre reafirmó que los santos Cirilo y Metodio, "los primeros evangelizadores de Bulgaria, representan todavía un modelo de diálogo entre las culturas" porque gracias a ellos la "Buena Nueva de Cristo llegó a los habitantes de Europa central y oriental en su propia lengua, y así pudo nacer y desarrollarse una cultura nueva -alimentada por Evangelio y la tradición cristiana- a través de la liturgia, el derecho y las instituciones, hasta convertirse en patrimonio común de los pueblos eslavos". Esos santos, "superando las rivalidades y las disensiones de la época, nos mostraron los caminos del diálogo y de la unidad ".
"Su país se prepara ahora a entrar en la Unión Europea -continuó el Papa-. Debido a su historia y su cultura, el pueblo búlgaro (..) está invitado a desempeñar un papel importante en la tarea de devolver a nuestro continente ese impulso espiritual del que a menudo carece". En este ámbito, Benedicto XVI subrayó el papel de los jóvenes, "cuyas nobles aspiraciones se hacen patentes en las grandes ocasiones, como durante las Jornadas mundiales de la Juventud, pero que difícilmente tienen cabida en nuestras sociedades, demasiado centradas en el consumo de bienes materiales".
Bulgaria, subrayó Benedicto XVI, "sabrá aportar su piedra original al edificio común, para que éste no sea simplemente un gran mercado de intercambio de bienes materiales (...) sino también un lugar con alma, con una dimensión verdadera y espiritual, que refleja la herencia de tantos testigos del pasado y un terreno donde florezcan la vida y la creatividad que formen a los europeos del futuro".
"En un mundo incierto y turbado como el nuestro, Europa puede hacerse testigo y mensajero del diálogo necesario entre las culturas y las religiones. La historia del viejo continente, profundamente marcado por sus divisiones y sus guerras fratricidas pero también por sus esfuerzos para vencerlos, la invita a desempeñar esta misión, con el fin de responder a los anhelos de tantos hombres y mujeres que todavía aspiran, en muchos países del mundo al desarrollo, a la democracia y a la libertad religiosa"
"La Santa Sede (...) no cesa de actuar para promover (...) un diálogo verdadero entre las naciones, así como entre los responsables de las religiones. Se trata, en primer lugar, de conseguir que retroceda la violencia, que en nuestros días se difunde peligrosamente, derribando las paredes de la ignorancia y de la desconfianza que pueden engendrarla".
"Ya que Europa no puede replegarse en sí misma, es necesario fomentar también un reparto más equitativo de la riqueza en el mundo y promover un desarrollo verdadero de África, para corregir las injusticias del desequilibrio actual entre el Norte y el Sur, que es un factor de tensiones y de amenazas para la paz. No dudo que su gobierno se empleará a fondo para ser (...) mensajero de tolerancia y de respeto mutuo en el concierto de las naciones".
El Papa concluyó saludando a la comunidad católica que vive en Bulgaria, que conserva la "memoria preciosa del Beato Papa Juan XXIII, que fue un delegado apostólico apreciado en ese país", e invitando a los católicos búlgaros a "colaborar siempre que sea posible con sus hermanos de la Iglesia ortodoxa búlgara".
CD/CREDENCIALES/BULGARIA:BOZHILOV VIS 20060515 (590)
Después, citando las palabras del embajador, el Santo Padre reafirmó que los santos Cirilo y Metodio, "los primeros evangelizadores de Bulgaria, representan todavía un modelo de diálogo entre las culturas" porque gracias a ellos la "Buena Nueva de Cristo llegó a los habitantes de Europa central y oriental en su propia lengua, y así pudo nacer y desarrollarse una cultura nueva -alimentada por Evangelio y la tradición cristiana- a través de la liturgia, el derecho y las instituciones, hasta convertirse en patrimonio común de los pueblos eslavos". Esos santos, "superando las rivalidades y las disensiones de la época, nos mostraron los caminos del diálogo y de la unidad ".
"Su país se prepara ahora a entrar en la Unión Europea -continuó el Papa-. Debido a su historia y su cultura, el pueblo búlgaro (..) está invitado a desempeñar un papel importante en la tarea de devolver a nuestro continente ese impulso espiritual del que a menudo carece". En este ámbito, Benedicto XVI subrayó el papel de los jóvenes, "cuyas nobles aspiraciones se hacen patentes en las grandes ocasiones, como durante las Jornadas mundiales de la Juventud, pero que difícilmente tienen cabida en nuestras sociedades, demasiado centradas en el consumo de bienes materiales".
Bulgaria, subrayó Benedicto XVI, "sabrá aportar su piedra original al edificio común, para que éste no sea simplemente un gran mercado de intercambio de bienes materiales (...) sino también un lugar con alma, con una dimensión verdadera y espiritual, que refleja la herencia de tantos testigos del pasado y un terreno donde florezcan la vida y la creatividad que formen a los europeos del futuro".
"En un mundo incierto y turbado como el nuestro, Europa puede hacerse testigo y mensajero del diálogo necesario entre las culturas y las religiones. La historia del viejo continente, profundamente marcado por sus divisiones y sus guerras fratricidas pero también por sus esfuerzos para vencerlos, la invita a desempeñar esta misión, con el fin de responder a los anhelos de tantos hombres y mujeres que todavía aspiran, en muchos países del mundo al desarrollo, a la democracia y a la libertad religiosa"
"La Santa Sede (...) no cesa de actuar para promover (...) un diálogo verdadero entre las naciones, así como entre los responsables de las religiones. Se trata, en primer lugar, de conseguir que retroceda la violencia, que en nuestros días se difunde peligrosamente, derribando las paredes de la ignorancia y de la desconfianza que pueden engendrarla".
"Ya que Europa no puede replegarse en sí misma, es necesario fomentar también un reparto más equitativo de la riqueza en el mundo y promover un desarrollo verdadero de África, para corregir las injusticias del desequilibrio actual entre el Norte y el Sur, que es un factor de tensiones y de amenazas para la paz. No dudo que su gobierno se empleará a fondo para ser (...) mensajero de tolerancia y de respeto mutuo en el concierto de las naciones".
El Papa concluyó saludando a la comunidad católica que vive en Bulgaria, que conserva la "memoria preciosa del Beato Papa Juan XXIII, que fue un delegado apostólico apreciado en ese país", e invitando a los católicos búlgaros a "colaborar siempre que sea posible con sus hermanos de la Iglesia ortodoxa búlgara".
CD/CREDENCIALES/BULGARIA:BOZHILOV VIS 20060515 (590)
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