CIUDAD DEL VATICANO, 22 ABR 2006 (VIS).-Benedicto XVI asistió ayer por la tarde a un concierto en el Auditorio "Parco della Musica", ofrecido por el Ayuntamiento de Roma en su honor, con ocasión del 2759 aniversario de la fundación de la Ciudad Eterna.
Después de regresar a media tarde de Castelgandolfo al Vaticano, el Papa se dirigió al Auditorio, donde fue acogido por el Presidente de la República, Carlo Azeglio Ciampi y por el Alcalde Roma, Walter Veltroni, además de otras autoridades civiles y religiosas.
Al terminar el Concierto, el Papa dijo unas palabras. Refiriéndose al aniversario del nacimiento de Roma, Benedicto XVI señaló que era "una ocasión propicia para comprender mejor la vocación de Roma de ser faro de civilización y de espiritualidad para el mundo entero".
"Gracias al encuentro entre sus tradiciones y el cristianismo, Roma ha desarrollado una peculiar misión a lo largo de los siglos, y sigue siendo también en nuestros días un importante aliciente para tantos visitantes atraídos por su patrimonio artístico tan rico, en gran parte ligado a la historia cristiana de la Ciudad".
Tras poner de manifiesto que el concierto "quiere recordar el primer aniversario" del pontificado, el Santo Padre aseguró que ya "desde el primer encuentro con los fieles en la Plaza de San Pedro, la tarde del 19 de abril de 2005", había podido experimentar "la generosidad, apertura y acogida del pueblo romano".
El Papa dio las gracias por haber elegido "un programa musical inspirado en las obras de Mozart, gran compositor que ha dejado un signo indeleble en la historia. Este año -recordó- se conmemora el 250° aniversario de su nacimiento, y por eso, se han programado varias iniciativas durante todo el 2006, que justamente se ha denominado "año mozartiano".
"Las obras interpretadas por la orquesta y el coro de la Academia Nacional de Santa Cecilia son piezas de Mozart muy conocidas, entre ellas, algunas de notable inspiración religiosa. El "Ave verum", por ejemplo, que a menudo se canta en las celebraciones litúrgicas, es un motete con palabras densas de teología y un acompañamiento musical que invita a la oración. De este modo, la música, elevando el alma a la contemplación, nos ayuda a percibir los matices más íntimos del genio humano, en el que se refleja algo de la belleza incomparable del Creador del universo".
BXVI-CONCIERTO/ANIVERSARIO PONTIFICADO/... VIS 20060424 (400)
Después de regresar a media tarde de Castelgandolfo al Vaticano, el Papa se dirigió al Auditorio, donde fue acogido por el Presidente de la República, Carlo Azeglio Ciampi y por el Alcalde Roma, Walter Veltroni, además de otras autoridades civiles y religiosas.
Al terminar el Concierto, el Papa dijo unas palabras. Refiriéndose al aniversario del nacimiento de Roma, Benedicto XVI señaló que era "una ocasión propicia para comprender mejor la vocación de Roma de ser faro de civilización y de espiritualidad para el mundo entero".
"Gracias al encuentro entre sus tradiciones y el cristianismo, Roma ha desarrollado una peculiar misión a lo largo de los siglos, y sigue siendo también en nuestros días un importante aliciente para tantos visitantes atraídos por su patrimonio artístico tan rico, en gran parte ligado a la historia cristiana de la Ciudad".
Tras poner de manifiesto que el concierto "quiere recordar el primer aniversario" del pontificado, el Santo Padre aseguró que ya "desde el primer encuentro con los fieles en la Plaza de San Pedro, la tarde del 19 de abril de 2005", había podido experimentar "la generosidad, apertura y acogida del pueblo romano".
El Papa dio las gracias por haber elegido "un programa musical inspirado en las obras de Mozart, gran compositor que ha dejado un signo indeleble en la historia. Este año -recordó- se conmemora el 250° aniversario de su nacimiento, y por eso, se han programado varias iniciativas durante todo el 2006, que justamente se ha denominado "año mozartiano".
"Las obras interpretadas por la orquesta y el coro de la Academia Nacional de Santa Cecilia son piezas de Mozart muy conocidas, entre ellas, algunas de notable inspiración religiosa. El "Ave verum", por ejemplo, que a menudo se canta en las celebraciones litúrgicas, es un motete con palabras densas de teología y un acompañamiento musical que invita a la oración. De este modo, la música, elevando el alma a la contemplación, nos ayuda a percibir los matices más íntimos del genio humano, en el que se refleja algo de la belleza incomparable del Creador del universo".
BXVI-CONCIERTO/ANIVERSARIO PONTIFICADO/... VIS 20060424 (400)
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