CIUDAD DEL VATICANO, 22 ABR 2006 (VIS).-El cardenal Angelo Sodano, secretario de Estado, celebró misa esta mañana en la basílica vaticana para los miembros de la Compañía de Jesús, que en este año conmemoran el V Centenario del nacimiento de San Francisco Javier y del beato Pierre Favre.
Al mediodía, Benedicto XVI bajó a la basílica para encontrarse con los participantes en la celebración eucarística.
El Santo Padre invitó a dar gracias a Dios por haber concedido a la Compañía "el don de hombres de extraordinaria santidad y de empuje apostólico excepcional, como san Ignacio de Loyola, san Francisco Javier y el beato Pietro Favre" y pidió que fueran para sus miembros "guías iluminados y seguros" en su camino espiritual y su actividad apostólica.
Refiriéndose a san Ignacio de Loyola, el Papa dijo que fue "un hombre de profunda oración, cuyo centro y cumbre era la celebración eucarística cotidiana. De este modo, ha dejado a sus seguidores un patrimonio espiritual precioso que no se debe perder u olvidar".
Tras poner de relieve que san Ignacio sirvió fielmente a la Iglesia, Benedicto XVI dijo que entre las "necesidades más urgentes de la Iglesia" que debían afrontar fielmente estaba el "encuentro cultural en los campos de la teología y de la filosofía (...) y en el diálogo con la cultura moderna, (...) marcada fuertemente por el cientificismo positivista y materialista". En este contexto, el Papa afirmó que para promover "una cultura inspirada en los valores del Evangelio se requiere una intensa preparación espiritual y cultural".
Otra preocupación de san Ignacio, añadió, fue "la educación cristiana y la formación cultural de los jóvenes. (...) Seguid con este importante apostolado, manteniendo inalterado el espíritu de vuestro fundador".
Hablando de san Francisco Javier, el Papa recordó que Pío XI lo proclamó "patrono de las misiones católicas" y que aunque "su apostolado en Oriente duró apenas diez años, su fecundidad se reveló admirable en los cuatro siglos y medio de vida de la Compañía de Jesús, porque su ejemplo suscitó entre los jóvenes jesuitas muchísimas vocaciones misioneras" y sigue siendo un modelo "para la acción misionera en los grandes países del continente asiático".
Benedicto XVI dijo que el beato Favre "transcurrió su breve existencia en diversos países de Europa, especialmente en Alemania, donde por orden de Pablo III tomó parte (...) en los coloquios con los jefes de la Reforma. Así, pudo practicar de modo excepcional el voto de obediencia especial al Papa "sobre las misiones", siendo para todos los jesuitas del futuro un modelo".
Al final del discurso, el Santo Padre recordó que "el 22 de abril de 1541, san Ignacio y sus primeros compañeros hicieron los votos solemnes ante la imagen de María en la basílica de San Pablo Extramuros" y terminó pidiendo que la Virgen siga velando por la Compañía de Jesús.
AC/ANIVERSARIOS/COMPAÑIA JESUS VIS 20060424 (480)
Al mediodía, Benedicto XVI bajó a la basílica para encontrarse con los participantes en la celebración eucarística.
El Santo Padre invitó a dar gracias a Dios por haber concedido a la Compañía "el don de hombres de extraordinaria santidad y de empuje apostólico excepcional, como san Ignacio de Loyola, san Francisco Javier y el beato Pietro Favre" y pidió que fueran para sus miembros "guías iluminados y seguros" en su camino espiritual y su actividad apostólica.
Refiriéndose a san Ignacio de Loyola, el Papa dijo que fue "un hombre de profunda oración, cuyo centro y cumbre era la celebración eucarística cotidiana. De este modo, ha dejado a sus seguidores un patrimonio espiritual precioso que no se debe perder u olvidar".
Tras poner de relieve que san Ignacio sirvió fielmente a la Iglesia, Benedicto XVI dijo que entre las "necesidades más urgentes de la Iglesia" que debían afrontar fielmente estaba el "encuentro cultural en los campos de la teología y de la filosofía (...) y en el diálogo con la cultura moderna, (...) marcada fuertemente por el cientificismo positivista y materialista". En este contexto, el Papa afirmó que para promover "una cultura inspirada en los valores del Evangelio se requiere una intensa preparación espiritual y cultural".
Otra preocupación de san Ignacio, añadió, fue "la educación cristiana y la formación cultural de los jóvenes. (...) Seguid con este importante apostolado, manteniendo inalterado el espíritu de vuestro fundador".
Hablando de san Francisco Javier, el Papa recordó que Pío XI lo proclamó "patrono de las misiones católicas" y que aunque "su apostolado en Oriente duró apenas diez años, su fecundidad se reveló admirable en los cuatro siglos y medio de vida de la Compañía de Jesús, porque su ejemplo suscitó entre los jóvenes jesuitas muchísimas vocaciones misioneras" y sigue siendo un modelo "para la acción misionera en los grandes países del continente asiático".
Benedicto XVI dijo que el beato Favre "transcurrió su breve existencia en diversos países de Europa, especialmente en Alemania, donde por orden de Pablo III tomó parte (...) en los coloquios con los jefes de la Reforma. Así, pudo practicar de modo excepcional el voto de obediencia especial al Papa "sobre las misiones", siendo para todos los jesuitas del futuro un modelo".
Al final del discurso, el Santo Padre recordó que "el 22 de abril de 1541, san Ignacio y sus primeros compañeros hicieron los votos solemnes ante la imagen de María en la basílica de San Pablo Extramuros" y terminó pidiendo que la Virgen siga velando por la Compañía de Jesús.
AC/ANIVERSARIOS/COMPAÑIA JESUS VIS 20060424 (480)
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