CIUDAD DEL VATICANO, 9 MAR 2006 (VIS).-El arzobispo Janusz Bolonek, nuncio apostólico en Uruguay, intervino el pasado 7 de marzo en la Conferencia Internacional sobre Reforma Agraria y Desarrollo Rural promovida por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) en curso en Porto Alegre (Brasil) del 7 al 10 de marzo.
Los temas que aborda la Conferencia, dijo el nuncio en su discurso, "son de vital importancia para la familia humana y por lo tanto interpelan directamente también a la Iglesia católica, que (...) se siente llamada a sostener, en toda circunstancia, la causa del ser humano".
El programa de la reunión evidencia, prosiguió, "la necesidad de dar un nuevo impulso a la solidaridad internacional para afrontar el reto que supone el desarrollo de los pueblos y, en este ámbito, el compromiso específico en favor del crecimiento del mundo rural para garantizar a la humanidad una efectiva seguridad alimentaria". El nuncio subrayó la urgencia de "evitar el peligro de que el mundo rural se considere una realidad secundaria o incluso olvidada, lo que iría en detrimento de los elementos fecundos de orden social, económico y espiritual que lo caracterizan".
"La idea de la FAO de asociar de nuevo la reforma agraria con el desarrollo rural -observó- atestigua que no obstante la variedad de experiencias llevadas a cabo en diversos países y la incesante petición de colaboración lanzada a las Instituciones internacionales, millones de personas siguen esperando respuestas. (...) Hay que reconocer que uno de los límites de las políticas e intervenciones en favor del mundo rural es la ausencia de referencia a las estructuras tradicionales, a los valores morales (...) y a la capacidad de acción y autonomía de las personas y comunidades".
"Dado que se encuentran a menudo en situación de miseria, de explotación, de acceso limitado al mercado, (...) de falta de apoyo en sus derechos y necesidades fundamentales -subrayó el arzobispo-, los campesinos sin tierra y los pequeños agricultores deben ser los primeros destinatarios de los programas de cooperación (...) que puedan garantizar un desarrollo concreto".
El nuncio recordó la responsabilidad de la generación actual en otro de los elementos fundamentales para el futuro de las zonas rurales: "la conservación y protección de la naturaleza" y el respeto del "equilibrio recíproco" de sus diferentes ecosistemas.
"La dimensión mundial de la actividad agrícola, el empleo de técnicas modernas y el progreso constante de la investigación -concluyó- nos hacen esperar, con confianza renovada en el progreso, rápido y próximo, de la producción y del índice de desarrollo humano. Es una realidad que debe evaluarse positivamente, a condición de que se reconozca como un instrumento prolongado de la creación, ofrecido a la familia humana, y no como elementos que pueden trastornar el orden natural".
DELSS/CONFERENCIA DESARROLLO RURAL/BOLONEK VIS 20060309 (480)
Los temas que aborda la Conferencia, dijo el nuncio en su discurso, "son de vital importancia para la familia humana y por lo tanto interpelan directamente también a la Iglesia católica, que (...) se siente llamada a sostener, en toda circunstancia, la causa del ser humano".
El programa de la reunión evidencia, prosiguió, "la necesidad de dar un nuevo impulso a la solidaridad internacional para afrontar el reto que supone el desarrollo de los pueblos y, en este ámbito, el compromiso específico en favor del crecimiento del mundo rural para garantizar a la humanidad una efectiva seguridad alimentaria". El nuncio subrayó la urgencia de "evitar el peligro de que el mundo rural se considere una realidad secundaria o incluso olvidada, lo que iría en detrimento de los elementos fecundos de orden social, económico y espiritual que lo caracterizan".
"La idea de la FAO de asociar de nuevo la reforma agraria con el desarrollo rural -observó- atestigua que no obstante la variedad de experiencias llevadas a cabo en diversos países y la incesante petición de colaboración lanzada a las Instituciones internacionales, millones de personas siguen esperando respuestas. (...) Hay que reconocer que uno de los límites de las políticas e intervenciones en favor del mundo rural es la ausencia de referencia a las estructuras tradicionales, a los valores morales (...) y a la capacidad de acción y autonomía de las personas y comunidades".
"Dado que se encuentran a menudo en situación de miseria, de explotación, de acceso limitado al mercado, (...) de falta de apoyo en sus derechos y necesidades fundamentales -subrayó el arzobispo-, los campesinos sin tierra y los pequeños agricultores deben ser los primeros destinatarios de los programas de cooperación (...) que puedan garantizar un desarrollo concreto".
El nuncio recordó la responsabilidad de la generación actual en otro de los elementos fundamentales para el futuro de las zonas rurales: "la conservación y protección de la naturaleza" y el respeto del "equilibrio recíproco" de sus diferentes ecosistemas.
"La dimensión mundial de la actividad agrícola, el empleo de técnicas modernas y el progreso constante de la investigación -concluyó- nos hacen esperar, con confianza renovada en el progreso, rápido y próximo, de la producción y del índice de desarrollo humano. Es una realidad que debe evaluarse positivamente, a condición de que se reconozca como un instrumento prolongado de la creación, ofrecido a la familia humana, y no como elementos que pueden trastornar el orden natural".
DELSS/CONFERENCIA DESARROLLO RURAL/BOLONEK VIS 20060309 (480)
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