CIUDAD DEL VATICANO, 10 DIC 2005 (VIS).-Benedicto XVI recibió hoy en el Aula Pablo VI a ocho mil religiosos, religiosas y miembros de los Institutos Seculares así como de las Sociedades de Vida Apostólica de la diócesis de Roma.
El Papa, saludando a los participantes en la audiencia, dirigió también un "pensamiento particular a los que viven en los monasterios de vida contemplativa y están espiritualmente unidos a nosotros" y "a las personas consagradas procedentes de África, América Latina y Asia que estudian en Roma".
"Desde siempre -prosiguió-, los consagrados y consagradas constituyen en la Iglesia de Roma una presencia preciosa, porque ofrecen un testimonio particular de la unidad y universalidad del Pueblo de Dios. (...) El complejo contexto social y cultural de nuestra ciudad (...) exige de vosotros, además de una atención constante por las problemáticas locales, una decidida fidelidad al carisma que os distingue. Desde sus orígenes, la vida consagrada se caracteriza por su sed de Dios. (...) No tengáis miedo de presentaros, incluso visiblemente, como personas consagradas y (...) de manifestar vuestra pertenencia a Cristo".
Después, el Santo Padre recordó que las personas consagradas están "bien insertadas en los programas de las diócesis" y colaboran en la acción pastoral también gracias a la coordinación de los organismos que los representan, como la Conferencia Italiana de los Superiores Mayores, la Unión de las Superioras Mayores Italianas, el Grupo de Institutos Seculares y el Ordo Virginum. Benedicto XVI invitó a los consagrados y consagradas a proseguir esa colaboración, consolidando tanto "la fidelidad a los compromisos asumidos" como "al carisma de vuestros Institutos" y siguiendo "las orientaciones de la Iglesia local".
"La Iglesia -subrayó- necesita vuestro testimonio, necesita una vida consagrada que afronte con valor y creatividad los desafíos del tiempo presente. Frente al avance del hedonismo, se os pide el testimonio valiente de la castidad. Frente a la sed de dinero, vuestra vida sobria y al servicio de los necesitados recuerda que Dios es la verdadera riqueza que no perece. Frente al individualismo y al relativismo (...) vuestra vida fraternal, capaz de dejarse coordinar y por tanto capaz de obedecer, confirma que ponéis en Dios vuestra realización.".
El Papa concluyó recordando el 40 aniversario de la promulgación del decreto conciliar "Perfectae caritatis", dedicado a las personas consagradas, y afirmó: "Las personas consagradas viven en el tiempo, pero su corazón está proyectado más allá del tiempo, y al ser humano contemporáneo, a menudo absorbido por las cosas del mundo, testimonian que su verdadero destino es Dios mismo".
AC/PERSONAS CONSAGRADAS/ROMA VIS 20051210 (460)
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