CIUDAD DEL VATICANO, 22 DIC 2005 (VIS).-Ayer tarde se dieron a conocer las palabras pronunciadas por Benedicto XVI al final del concierto de la Capilla Musical Pontificia que se celebró el pasado martes, 20 de diciembre, en la Capilla Sixtina.
"La noche en que nació el Salvador -dijo el Papa a los miembros del coro de la Capilla Sixtina- los ángeles anunciaron a los pastores el nacimiento de Cristo con las palabras "Gloria in excelsis Deo et in terra pax hominibus". Se cree, según la tradición, que los ángeles no hablaron simplemente como hacen los seres humanos, sino que cantaron y que el suyo fuera un canto de belleza celeste que revelaba la belleza del cielo. También según la tradición en los coros de voces blancas resuena el canto angélico. Y es verdad que en el canto de la Capilla Sixtina, en las grandes liturgias, podemos sentir la presencia de la liturgia celestial, algo de la belleza con que el Señor quiere comunicarnos su alegría".
"En realidad -prosiguió- la alabanza a Dios requiere el canto. (...) Por eso, vuestra aportación es esencial para la liturgia: no es un adorno marginal. La liturgia en sí misma exige esta belleza, exige el canto para alabar a Dios y para alegrar a los que participan en ella".
"Os doy las gracias de todo corazón -concluyó el Santo Padre-. La liturgia del Papa, la liturgia en San Pedro, debe ser el ejemplo de liturgia para todo el mundo. Sabéis que en todo el mundo, gracias a la televisión y a la radio, tantas personas siguen esta liturgia. Aprenden de nosotros, o no aprenden de nosotros, qué es la liturgia, cómo se debe celebrar la liturgia. Por eso, no es sólo tan importante que nuestros ceremonieros enseñen al Papa como celebrar bien la liturgia, sino que la Capilla Sixtina dé siempre ejemplo de la belleza del canto con que se alaba a Dios".
AC/CANTO:LITURGIA/CORO SIXTINA VIS 20051222 (340)
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