CIUDAD DEL VATICANO, 17 NOV 2005 (VIS).-Benedicto XVI ha enviado un mensaje a los miembros de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI) reunidos en Asís (Italia) del 14 al 18 de noviembre para celebrar su 55 asamblea general y durante la que afrontan entre otros temas la formación de los futuros presbíteros y la presencia de la Iglesia en el mundo de la salud.
"La Iglesia -escribe el Papa- necesita hoy sacerdotes que sean plenamente conscientes del don de la gracia que reciben con la ordenación presbiteral y con la misión que se les ha confiado en una época de cambios rápidos y profundos".
Tras recordar a todos los sacerdotes que trabajan en Italia "vivificando y enriqueciendo de gracia nuestras parroquias", Benedicto XVI subraya que comparte con los obispos "la preocupación por la disminución del clero y por el progresivo aumento de la edad de los sacerdotes. Por lo tanto es necesario y urgente incrementar la pastoral vocacional y definir cada vez mejor la propuesta formativa para garantizar una preparación humana, intelectual y espiritual a la altura de los nuevos retos que el ministerio sacerdotal está llamado a afrontar. (...) Es igualmente importante que esta formación tenga lugar en un contexto comunitario, para que sea un reflejo de la comunión de vida que tenía Jesús con sus discípulos y para lograr que los diversos elementos del proyecto educativo se unifiquen alrededor de las exigencias de caridad pastoral".
Refiriéndose a la pastoral de la Salud, el segundo tema principal de la asamblea, el Santo Padre observa que "la enfermedad plantea ciertamente problemas graves y complejos a la organización social, (...) pero constituye ante todo una dimensión fundamental de la experiencia humana que interpela la misión de la Iglesia y la conciencia de los creyentes. No es casualidad que el Señor acompañase el anuncio de la salvación con muchas curaciones de personas que sufrían, mientras la comunidad cristiana, en todas las épocas, ha hecho del cuidado de los enfermos un emblema de la caridad de Cristo".
"En nuestro corazón -recuerda el Papa- permanece el testimonio de Juan Pablo II que desde la cátedra del sufrimiento llegó al culmen de su magisterio. La Iglesia, iluminada y alentada por un testimonio tan importante, está llamada a manifestar solidaridad y atención con quienes se enfrentan a la prueba de la enfermedad".
Por último, Benedicto XVI subraya que es necesario que las instituciones católicas que trabajan en el sector sanitario "sean siempre ejemplares, conjugando la innovación y la competencia científica con la atención primaria a la persona y a su dignidad. (...) Frente a la pretensión (...) de eliminar el sufrimiento recurriendo incluso a la eutanasia, es necesario reafirmar la dignidad inviolable de la vida humana".
El Papa concluye uniéndose a la CEI en el recuerdo del 40 aniversario de la conclusión del Concilio Vaticano II "a la espera -escribe- de la celebración que presidiré el próximo 8 de diciembre, para conmemorar el don extraordinario que la Iglesia y la humanidad han recibido a través del Concilio".
MESS/ASAMBLEA CEI/ASIS VIS 20051117 (510)
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