CIUDAD DEL VATICANO, 15 FEB 2005 (VIS).-Los retiros anuales del Papa y la Curia Romana se deben al Papa Pío XI que, el 20 de diciembre de 1929, para celebrar el quincuagésimo aniversario de su ordenación sacerdotal, publicó la encíclica "Mens nostra: Sobre los Ejercicios Espirituales".
En esa encíclica, el Papa informaba a los fieles que había decidido establecer cada año en el Vaticano la celebración de ejercicios espirituales, una costumbre practicada todavía por el Santo Padre y los miembros más representativos de la Curia Romana. Al principio este retiro tenía lugar durante la primera semana de Adviento, pero ahora se lleva a cabo en la primera semana de Cuaresma.
El cardenal Achille Ratti, arzobispo de Milán, fue elevado al solio pontificio el 6 de febrero de 1922 y tomó el nombre de Pío XI. El pontífice falleció el 10 de febrero de 1939.
El 6 de enero de 1929, solemnidad de la Epifanía del Señor, Pío XI estableció un Jubileo para celebrar el inminente quincuagésimo aniversario de su ordenación y pidió a los fieles que "participasen en la alegría de su Padre común, y unidos con él diesen gracias al Supremo Dador de todo bien".
Al final de ese año, en la encíclica "Mens nostra" recordaba los "tantos y tan señalados frutos" de ese Jubileo y escribía que para expresar gratitud "hemos juzgado oportuno hacer también Nos algo, aconsejando una práctica excelente, de la cual esperamos que el pueblo cristiano sacará muchísimo y extraordinario provecho. Nos referimos a la práctica de los Ejercicios espirituales, que deseamos ardientemente se promueva y difunda más y más cada día, no sólo en ambos cleros, sino también entre las agrupaciones de seglares católicos".
Después el Papa describía con profusión la historia de los "Sacros Retiros" y cita las palabras de sus predecesores, doctores de la Iglesia y fundadores de órdenes religiosas como Don Bosco y, sobre todo San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús, "al que cumple llamar especial y principal Maestro de los Ejercicios espirituales". En julio de 1922, Pío XI declaró y constituyó a San Ignacio de Loyola "celestial Patrono de todos los Ejercicios espirituales y, por consiguiente, de todos los institutos, asociaciones y congregaciones de cualquier clase que ayudan y atienden a los que practican Ejercicios espirituales".
El Pontífice subrayaba "el gozo y consuelo" de los Ejercicios Espirituales y anunció: "Para procurar este gozo y consuelo a Nos y a los que cerca de Nos viven, satisfaciendo sus comunes deseos, hemos ordenado ya que se dispongan todas las cosas para que cada año se practiquen los Ejercicios espirituales en nuestros palacios". Pío XI ensalzó el valor de los retiros y advertía: "Y no crean los sacerdotes de uno y otro clero que el tiempo dedicado a los Ejercicios espirituales cede en detrimento del ministerio apostólico".
.../HISTORIA RETIRO:VATICANO/PIO XI VIS 20050215 (500)
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