CIUDAD DEL VATICANO, 19 DIC 2004 (VIS).-"La Navidad, quizá la fiesta más amada en la tradición popular, está llena de símbolos ligados a las diversas culturas - dijo Juan Pablo II a los fieles que acudieron a la Plaza de San Pedro para rezar el Angelus-: Entre ellos el más importante es el Nacimiento, como expliqué la semana pasada".
"Junto al Nacimiento, como en esta Plaza de San Pedro -prosiguió- encontramos al tradicional 'árbol de Navidad'. Una usanza antigua que exalta el valor de la vida porque en la estación invernal el abeto siempre verde es un símbolo de la vida que no muere. Normalmente, en las ramas engalanadas y a los pies del árbol se ponen los regalos de Navidad. El símbolo es elocuente también para los cristianos: nos recuerda el 'árbol de la vida', figura de Cristo, don supremo de Dios a la humanidad".
"El mensaje del árbol de Navidad es, por lo tanto, que la vida es 'siempre verde' si se dona, pero no solo cosas materiales, sino uno mismo: en la amistad, en el afecto sincero, en la ayuda fraterna y en el perdón, en el tiempo compartido y en la escucha recíproca".
Después de rezar el Angelus, el Santo Padre saludó en ruso a varios niños, huéspedes con algunos familiares de los Carmelitas Descalzos de Trento y naturales de Beslan (Osezia) donde a primeros de septiembre un grupo de terroristas secuestró una escuela y provocó la muerte de más 300 personas, sobre todo niños. "¡Ojalá el bien que recibís de tantos amigos -exclamó- os ayude a superar las heridas de la terrible experiencia pasada!".
ANG/ARBOL NAVIDAD:NIÑOS BESLAN/... VIS 20041220 (180)
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