CIUDAD DEL VATICANO, 9 JUN 2004 (VIS).-El arzobispo Silvano Tomasi, observador permanente de la Santa Sede ante la Oficina de las Naciones Unidas e Instituciones Especializadas en Ginebra, intervino ayer en la 92 Conferencia Internacional del Trabajo que se celebra del 1 al 17 de junio en esa ciudad suiza.
El prelado recordó la invitación del Papa durante el Jubileo de los Trabajadores en 2000 "a hacer frente a los desequilibrios económicos y sociales del mundo restableciendo la correcta jerarquía de valores, dando prioridad a la dignidad de los trabajadores y trabajadoras, a su libertad, responsabilidad y participación (...) y a corregir las situaciones de injusticia salvaguardando la cultura y los diferentes modelos de desarrollo de cada pueblo".
"La previsión de que en 2015 haya 3 mil millones de personas con menos de 25 años -prosiguió- subraya la urgencia de crear empleos. (...) La búsqueda del empleo pleno es un compromiso ético. (...) La creación de empleo es el camino principal para el desarrollo personal y nacional. El ser humano es el mejor capital gracias a su creatividad, a sus conocimientos, relaciones, espiritualidad. Los trabajadores enriquecen las sociedades y fomentan los caminos de la paz".
"En presencia de conflictos, los objetivos de desarrollo se ven perturbados -observó-, pero la raíz de muchos conflictos es la falta de trabajo y de capacidad de generar ingresos".
"Resulta apropiado -concluyó el arzobispo- subrayar que, para defender la prioridad del ser humano, la globalización correcta evitará relegar a los grupos más débiles, en particular mujeres y niños, trabajadores emigrantes, marineros y otras categorías de trabajadores, así como a las poblaciones menos desarrolladas. (...) En nuestros días, para que el trabajo facilite a las personas un modo de vida correcto es necesario un compromiso concertado que dote a los trabajadores con la educación y la formación adecuadas para que cuenten con las herramientas necesarias para hacer frente con éxito a la revolución informática y a una economía, cada vez más basada en los conocimientos".
DELSS/CIT/GINEBRA:TOMASI VIS 20040609 (340)
El prelado recordó la invitación del Papa durante el Jubileo de los Trabajadores en 2000 "a hacer frente a los desequilibrios económicos y sociales del mundo restableciendo la correcta jerarquía de valores, dando prioridad a la dignidad de los trabajadores y trabajadoras, a su libertad, responsabilidad y participación (...) y a corregir las situaciones de injusticia salvaguardando la cultura y los diferentes modelos de desarrollo de cada pueblo".
"La previsión de que en 2015 haya 3 mil millones de personas con menos de 25 años -prosiguió- subraya la urgencia de crear empleos. (...) La búsqueda del empleo pleno es un compromiso ético. (...) La creación de empleo es el camino principal para el desarrollo personal y nacional. El ser humano es el mejor capital gracias a su creatividad, a sus conocimientos, relaciones, espiritualidad. Los trabajadores enriquecen las sociedades y fomentan los caminos de la paz".
"En presencia de conflictos, los objetivos de desarrollo se ven perturbados -observó-, pero la raíz de muchos conflictos es la falta de trabajo y de capacidad de generar ingresos".
"Resulta apropiado -concluyó el arzobispo- subrayar que, para defender la prioridad del ser humano, la globalización correcta evitará relegar a los grupos más débiles, en particular mujeres y niños, trabajadores emigrantes, marineros y otras categorías de trabajadores, así como a las poblaciones menos desarrolladas. (...) En nuestros días, para que el trabajo facilite a las personas un modo de vida correcto es necesario un compromiso concertado que dote a los trabajadores con la educación y la formación adecuadas para que cuenten con las herramientas necesarias para hacer frente con éxito a la revolución informática y a una economía, cada vez más basada en los conocimientos".
DELSS/CIT/GINEBRA:TOMASI VIS 20040609 (340)
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