CIUDAD DEL VATICANO, 29 MAY 2004 (VIS).-El Papa presidió esta tarde en la Plaza de San Pedro la celebración de las primeras Vísperas de la solemnidad de Pentecostés. Asistieron a la ceremonia fieles de parroquias, asociaciones, grupos eclesiales y sobre todo miembros de los Movimientos de Renovación en el Espíritu, a quienes el Santo Padre había invitado de modo particular.
Juan Pablo II envió un saludo a los numerosos jóvenes que también participaban en una vigilia de oración en Lednica (Polonia), y se habían unido a través de la radio y la televisión con la Plaza de San Pedro: "Rezo con vosotros, queridos amigos, por el don del Espíritu Santo. Que el Consolador, el Espíritu de Verdad, os llene del amor de Cristo, a quien confiáis vuestro futuro".
Tras dirigirse de manera especial a los miembros de la Renovación en el Espíritu, "una de las diferentes expresiones de la gran familia del movimiento carismático católico", dijo: "Gracias al movimiento carismático, muchos cristianos, hombres y mujeres, jóvenes y adultos, han vuelto a descubrir Pentecostés como realidad viva y presente en su existencia cotidiana. Deseo que la espiritualidad de Pentecostés se difunda en la Iglesia, como empuje renovado de oración, de santidad, de comunión y de anuncio".
El Santo Padre alentó la iniciativa conocida como "Zarza Ardiente", promovida por la Renovación en el Espíritu. "Se trata -explicó- de una adoración incesante, día y noche, ante el Santísimo Sacramento; una invitación a los fieles a 'volver al Cenáculo' para que, unidos en la contemplación del Misterio eucarístico, intercedan por la unidad plena de los cristianos y por la conversión de los pecadores. Espero que esta iniciativa lleve a muchos a volver a descubrir los dones del Espíritu, que en Pentecostés tienen su manantial".
"La celebración de esta tarde -continuó- me recuerda el memorable encuentro con los movimientos eclesiales y con las nuevas comunidades de la vigilia de Pentecostés de hace seis años. Fue una manifestación extraordinaria de la unidad de la Iglesia, en la riqueza y variedad de los carismas, que el Espíritu Santo infunde con abundancia". En este sentido, el Papa repitió lo que había dicho en aquella ocasión: "Los movimientos eclesiales y las nuevas comunidades son una 'respuesta providencial', 'suscitada por el Espíritu Santo' a la necesidad actual de nueva evangelización, para la que se necesitan 'personas cristianas maduras' y 'comunidades cristianas vivas'".
"Por este motivo -concluyó-, también os digo a vosotros: '¡Abríos con docilidad a los dones del Espíritu Santo! ¡Acoged con gratitud y obediencia los carismas que el Espíritu no deja de ofrecer! ¡No os olvidéis que todo carisma es ofrecido para el bien común, es decir, para beneficio de toda la Iglesia!".
HML/VISPERAS PENTECOSTES/… VIS 20040531 (450)
Juan Pablo II envió un saludo a los numerosos jóvenes que también participaban en una vigilia de oración en Lednica (Polonia), y se habían unido a través de la radio y la televisión con la Plaza de San Pedro: "Rezo con vosotros, queridos amigos, por el don del Espíritu Santo. Que el Consolador, el Espíritu de Verdad, os llene del amor de Cristo, a quien confiáis vuestro futuro".
Tras dirigirse de manera especial a los miembros de la Renovación en el Espíritu, "una de las diferentes expresiones de la gran familia del movimiento carismático católico", dijo: "Gracias al movimiento carismático, muchos cristianos, hombres y mujeres, jóvenes y adultos, han vuelto a descubrir Pentecostés como realidad viva y presente en su existencia cotidiana. Deseo que la espiritualidad de Pentecostés se difunda en la Iglesia, como empuje renovado de oración, de santidad, de comunión y de anuncio".
El Santo Padre alentó la iniciativa conocida como "Zarza Ardiente", promovida por la Renovación en el Espíritu. "Se trata -explicó- de una adoración incesante, día y noche, ante el Santísimo Sacramento; una invitación a los fieles a 'volver al Cenáculo' para que, unidos en la contemplación del Misterio eucarístico, intercedan por la unidad plena de los cristianos y por la conversión de los pecadores. Espero que esta iniciativa lleve a muchos a volver a descubrir los dones del Espíritu, que en Pentecostés tienen su manantial".
"La celebración de esta tarde -continuó- me recuerda el memorable encuentro con los movimientos eclesiales y con las nuevas comunidades de la vigilia de Pentecostés de hace seis años. Fue una manifestación extraordinaria de la unidad de la Iglesia, en la riqueza y variedad de los carismas, que el Espíritu Santo infunde con abundancia". En este sentido, el Papa repitió lo que había dicho en aquella ocasión: "Los movimientos eclesiales y las nuevas comunidades son una 'respuesta providencial', 'suscitada por el Espíritu Santo' a la necesidad actual de nueva evangelización, para la que se necesitan 'personas cristianas maduras' y 'comunidades cristianas vivas'".
"Por este motivo -concluyó-, también os digo a vosotros: '¡Abríos con docilidad a los dones del Espíritu Santo! ¡Acoged con gratitud y obediencia los carismas que el Espíritu no deja de ofrecer! ¡No os olvidéis que todo carisma es ofrecido para el bien común, es decir, para beneficio de toda la Iglesia!".
HML/VISPERAS PENTECOSTES/… VIS 20040531 (450)
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