CIUDAD DEL VATICANO, 21 FEB 2004 (VIS).-Osman Durak, el nuevo embajador de Turquía ante la Santa Sede, presentó hoy sus cartas credenciales al Santo Padre que, en el discurso que dirigió al diplomático, recordó su viaje a Turquía en noviembre de 1979 y agregó que "los recuerdos de esa visita histórica permanecen siempre en mi mente".
"Turquía es un estado democrático fundado en el poder legislativo y en el que todos los ciudadanos gozan de los mismos derechos -dijo el Papa-. Más aún, las normas legislativas y la igualdad de derechos son características esenciales de cualquier sociedad moderna que quiere salvaguardar y promover verdaderamente el bien común. Al cumplir esta tarea la separación clara entre la esfera civil y la religiosa permite a estos sectores ejercer eficazmente las responsabilidad propias, con respeto mutuo y completa libertad de conciencia".
"Ahora que Turquía se prepara para establecer nuevas relaciones con Europa -prosiguió- me uno a la población católica en la confianza del reconocimiento, por parte de las autoridades e instituciones turcas, del estatuto jurídico de la Iglesia en su país. (…) Iglesia y Estado no son rivales sino compañeros. (…) Quiero expresar mi esperanza de que el Comité Parlamentario de Derechos Humanos de la Asamblea Nacional Turca responda con prontitud de forma adecuada a la petición presentada el pasado septiembre relativa a las necesidades comunes, religiosas y pastorales. de las minorías cristianas y no musulmanas residentes en Turquía".
Después, citando al beato Juan XXIII, dijo: "La cuestión de la paz no puede separarse de la relativa a la dignidad y a los derechos humanos. En otras palabras, los problemas trascendentales del orden en cuestiones mundiales no pueden afrontarse adecuadamente sin tener en cuenta materias de moralidad y conducta ética. (…) Juan XXIII solicitaba una visión más elevada de la autoridad pública y 'retaba con decisión al mundo para que dirigiera su mirada más allá del estado de desorden actual hacia nuevas formas de orden internacional adecuadas a la dignidad humana'".
"Uno de los medios principales para garantizar este orden mundial, y para alcanzar la paz, es el derecho internacional que en nuestros días está llamado a ser cada vez más un derecho de paz en justicia y solidaridad. (…) La Iglesia Católica brinda su apoyo completo a las acciones encaminadas a restablecer la paz y consolidar la reconciliación. Por este motivo, recibo con agrado las noticias del progreso hacia una resolución justa de la cuestión de Chipre. Invito a las partes interesadas a no ahorrar esfuerzos para favorecer la reunificación y la pacificación de la isla".
"En una comunidad internacional más amplia, las Naciones Unidas juegan un papel particular (…) y representan todavía el mejor lugar para hacer frente a los graves retos que se abren para la humanidad del siglo XXI, (…) entre ellos el azote mortal del terrorismo que representa un pernicioso problema y un delito execrable". Juan Pablo II concluyó su discurso reiterando a Turquía su "solidaridad tras los recientes ataques terroristas padecidos" .
CD/…/TURQUIA VIS 20040223 (510)
"Turquía es un estado democrático fundado en el poder legislativo y en el que todos los ciudadanos gozan de los mismos derechos -dijo el Papa-. Más aún, las normas legislativas y la igualdad de derechos son características esenciales de cualquier sociedad moderna que quiere salvaguardar y promover verdaderamente el bien común. Al cumplir esta tarea la separación clara entre la esfera civil y la religiosa permite a estos sectores ejercer eficazmente las responsabilidad propias, con respeto mutuo y completa libertad de conciencia".
"Ahora que Turquía se prepara para establecer nuevas relaciones con Europa -prosiguió- me uno a la población católica en la confianza del reconocimiento, por parte de las autoridades e instituciones turcas, del estatuto jurídico de la Iglesia en su país. (…) Iglesia y Estado no son rivales sino compañeros. (…) Quiero expresar mi esperanza de que el Comité Parlamentario de Derechos Humanos de la Asamblea Nacional Turca responda con prontitud de forma adecuada a la petición presentada el pasado septiembre relativa a las necesidades comunes, religiosas y pastorales. de las minorías cristianas y no musulmanas residentes en Turquía".
Después, citando al beato Juan XXIII, dijo: "La cuestión de la paz no puede separarse de la relativa a la dignidad y a los derechos humanos. En otras palabras, los problemas trascendentales del orden en cuestiones mundiales no pueden afrontarse adecuadamente sin tener en cuenta materias de moralidad y conducta ética. (…) Juan XXIII solicitaba una visión más elevada de la autoridad pública y 'retaba con decisión al mundo para que dirigiera su mirada más allá del estado de desorden actual hacia nuevas formas de orden internacional adecuadas a la dignidad humana'".
"Uno de los medios principales para garantizar este orden mundial, y para alcanzar la paz, es el derecho internacional que en nuestros días está llamado a ser cada vez más un derecho de paz en justicia y solidaridad. (…) La Iglesia Católica brinda su apoyo completo a las acciones encaminadas a restablecer la paz y consolidar la reconciliación. Por este motivo, recibo con agrado las noticias del progreso hacia una resolución justa de la cuestión de Chipre. Invito a las partes interesadas a no ahorrar esfuerzos para favorecer la reunificación y la pacificación de la isla".
"En una comunidad internacional más amplia, las Naciones Unidas juegan un papel particular (…) y representan todavía el mejor lugar para hacer frente a los graves retos que se abren para la humanidad del siglo XXI, (…) entre ellos el azote mortal del terrorismo que representa un pernicioso problema y un delito execrable". Juan Pablo II concluyó su discurso reiterando a Turquía su "solidaridad tras los recientes ataques terroristas padecidos" .
CD/…/TURQUIA VIS 20040223 (510)
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