CIUDAD DEL VATICANO, 18 FEB 2004 (VIS).-En la audiencia general de este miércoles, celebrada en el Aula Pablo VI, el Papa habló sobre el Cántico que abre la Carta a los Efesios, "Dios salvador" y que se proclama todos los lunes en la liturgia de las vísperas.
Juan Pablo II dijo que este texto exalta "la maravillosa obra de Dios, realizada por nosotros en Cristo. (…) En este proyecto trascendente, que engloba la creación y la redención, el cosmos y la historia humana, Dios había preestablecido 'en su benevolencia recapitular en Cristo'" todas las cosas.
"Su señorío se extiende, por tanto, sea al universo que al horizonte más específico, que es la Iglesia. Cristo lleva a cabo una función de 'plenitud', de modo que en El se revele el 'misterio' escondido en los siglos y toda la realidad realice -en su orden específico y en su grado- el designio concebido por el Padre desde la eternidad".
El Santo Padre afirmó que en el Cántico se pone de relieve "la exaltación de la 'redención mediante la sangre' en la cruz, el 'perdón de los pecados', la efusión abundante 'de las riquezas de su gracia'; la filiación divina del cristiano y el 'conocimiento del misterio de la voluntad' de Dios, mediante la que se entra en la intimidad de la misma vida trinitaria".
Juan Pablo II dijo que este texto exalta "la maravillosa obra de Dios, realizada por nosotros en Cristo. (…) En este proyecto trascendente, que engloba la creación y la redención, el cosmos y la historia humana, Dios había preestablecido 'en su benevolencia recapitular en Cristo'" todas las cosas.
"Su señorío se extiende, por tanto, sea al universo que al horizonte más específico, que es la Iglesia. Cristo lleva a cabo una función de 'plenitud', de modo que en El se revele el 'misterio' escondido en los siglos y toda la realidad realice -en su orden específico y en su grado- el designio concebido por el Padre desde la eternidad".
El Santo Padre afirmó que en el Cántico se pone de relieve "la exaltación de la 'redención mediante la sangre' en la cruz, el 'perdón de los pecados', la efusión abundante 'de las riquezas de su gracia'; la filiación divina del cristiano y el 'conocimiento del misterio de la voluntad' de Dios, mediante la que se entra en la intimidad de la misma vida trinitaria".
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