CIUDAD DEL VATICANO, 26 DIC 2003 (VIS).-A las 12,00 de hoy, fiesta de San Esteban protomártir, el Papa se asomó a la ventana de su estudio privado que da a la Plaza de San Pedro para rezar el Angelus con los fieles allí congregados.
Tras recordar que San Esteban "fue lapidado por falsas acusaciones parecidas a las dirigidas contra Jesús y al igual que el Maestro murió perdonando a sus verdugos", el Santo Padre subrayó que "la Iglesia llama al día del martirio 'dies natalis'. La muerte del mártir -afirmó- es un nacimiento al Cielo, en virtud de la muerte y resurrección de Cristo. Por eso, es tan significativo celebrar al primer mártir el día después de Navidad: aquel Jesús, que ha nacido en Belén, ha dado su vida por nosotros para que renacidos 'de lo alto' por fe y el Bautismo, estuviéramos dispuestos a sacrificar la nuestra por amor de los hermanos".
Juan Pablo II recordó de modo especial a "las comunidades cristianas que padecen persecución, y a todos los fieles que sufren por la fe. Que el Señor les dé la fuerza de la perseverancia y la capacidad de amar también a aquellos que les hacen sufrir".
"Que María, la Reina de los Mártires -concluyó- nos ayude a ser también a nosotros 'mártires', es decir, testigos en todo momento del amor de Cristo , que en estos días contemplamos Niño en el pesebre".
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