CIUDAD DEL VATICANO, 5 NOV 2003 (VIS).-El Salmo 140, "Oración en el peligro", fue el tema de la catequesis de Juan Pablo II durante la audiencia general celebrada esta mañana en la Plaza de San Pedro, en la que participaron 18.000 personas.
El Salmo 140, dijo el Santo Padre, "refleja el espíritu de la teología profética que une íntimamente el culto a la vida, la oración a la existencia. La misma oración hecha con un corazón puro y sincero se convierte en un sacrificio ofrecido a Dios".
El Papa afirmó que el salmo adquiere una tonalidad de súplica al Señor "para que impida que los labios y los sentimientos del corazón sean atraídos por el mal y lleven a realizar 'acciones inicuas'. Las palabras y las obras son la expresión de la elección moral de la persona. Es fácil que el mal ejerza tanta atracción que empuje al fiel a degustar 'los alimentos deliciosos' que los pecadores le pueden ofrecer, uniéndose a su mesa, es decir, participando a sus acciones perversas. El salmo adquiere casi el sabor de un examen de conciencia, al que sigue el compromiso de elegir siempre las vías de Dios".
"Para expresar con mayor vehemencia -continuó- su radical disociación del malvado, el salmista proclama una condena desairada contra él, que se expresa con el recurso a imágenes de juicio impetuoso".
Juan Pablo II señaló que el salmo termina con "una última invocación confiada: es un canto de fe, de gratitud y de alegría, con la certeza de que el fiel no caerá en el odio que los perversos le reservan y no caerá en la trampa que le tienden, tras haber comprobado su decidida elección del bien".
AG/SALMO 140/… VIS 20031105 (260)
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