DECLARACION DEL CARDENAL LAGHI TRAS SU ENCUENTRO CON BUSH

CIUDAD DEL VATICANO, 6 MAR 2003 (VIS) - Sigue la declaración efectuada por el cardenal Pio Laghi que se ha desplazado a Washington como enviado especial de Juan Pablo II tras su encuentro, ayer 5 de marzo, con el presidente George W.Bush:

"Ha sido para mi un privilegio que el Santo Padre me mandase como enviado especial para encontrarme con el presidente George Bush. He asegurado al presidente la gran estima y el afecto del Santo Padre por el pueblo americano y los Estados Unidos de America".

"Motivo de mi visita era la entrega de un mensaje personal del Santo Padre al presidente concerniente a la crisis irakí, explicar la posición de la Santa Sede e informar de las diversas iniciativas emprendidas por la Santa Sede para contribuir al desarme y a la paz en Oriente Medio".

"Debido al respeto por el presidente y a la importancia del momento, no puedo discutir la substancia de la conversación, ni tampoco dar a conocer el texto de la carta personal del Santo Padre al presidente".

"La Santa Sede pide a todas las autoridades civiles que tengan en cuenta todos los aspectos de la crisis. Al respecto, la posición de la Santa Sede tiene una doble vertiente. En primer lugar el gobierno irakí está obligado a cumplir total y plenamente sus compromisos internacionales relativos a los derechos humanos y al desarme siguiendo las resoluciones de las Naciones Unidas en el respeto de las normas internacionales. En segundo lugar, esos compromisos y su cumplimiento deben llevarse a cabo en el marco de las Naciones Unidas".

"La Santa Sede considera que todavía hay formas pacíficas en el contexto del vasto patrimonio del derecho y las instituciones internacionales existentes para estos propósitos. Una decisión que implicase el empleo de la fuerza militar puede tomarse solo en el marco de las Naciones Unidas, pero siempre teniendo en cuenta las graves consecuencias de un conflicto armado de esas características: el sufrimiento del pueblo irakí y de los implicados en esa operación militar, la posterior inestabilidad de la zona y una nueva brecha entre Islam y Cristianismo".

"Quiero subrayar que hay una gran unidad sobre este grave tema entre la Santa Sede, los obispos de Estados Unidos y la Iglesia en todo el mundo".
"He comunicado al presidente que hoy, Miércoles de Ceniza, los católicos del mundo entero siguen la petición del Papa de ayunar y rezar por la paz. El Santo Padre sigue rezando y espera que todos los líderes que deben hacer frente a decisiones tan difíciles se muevan inspirados por la paz".

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