CIUDAD DEL VATICANO, 6 FEB 2003 (VIS) - Se ha publicado hoy el Mensaje de Juan Pablo II para la Cuaresma 2003. El documento, en alemán, español, francés, inglés, italiano y portugués, fue presentado esta mañana en la Oficina de Prensa de la Santa Sede por el arzobispo Paul Josef Cordes, presidente del Pontificio Consejo "Cor Unum". Según la Constitución Apostólica "Pastor Bonus" de 1988 este consejo que colabora en la preparación del mensaje anual de cuaresma, "expresa la solicitud de la Iglesia Católica por los necesitados de manera que se promueva la caridad fraterna y se demuestre la caridad de Cristo".
Siguen extractos del Mensaje:
"Este año, como guía para la reflexión cuaresmal, quisiera proponer aquella frase de los Hechos de los Apóstoles: 'Hay mayor felicidad en dar que en recibir'".
"Nuestra época está influenciada, lamentablemente, por una mentalidad particularmente sensible a las tentaciones del egoísmo, siempre dispuesto a resurgir en el ánimo humano. Tanto en el ámbito social, como en el de los medios de comunicación, la persona está a menudo acosada por mensajes que insistente, abierta o solapadamente, exaltan la cultura de lo efímero y lo hedonístico. Aun cuando no falta una atención a los otros en las calamidades ambientales, las guerras u otras emergencias, generalmente no es fácil desarrollar una cultura de la solidaridad".
"La explotación del hombre, la indiferencia por el sufrimiento ajeno, la violación de las normas morales, son sólo algunos de los frutos del ansia de lucro. Frente al triste espectáculo de la pobreza permanente que afecta a gran parte de la población mundial, ¿cómo no reconocer que la búsqueda de ganancias a toda costa y la falta de una activa y responsable atención al bien común llevan a concentrar en manos de unos pocos gran cantidad de recursos, mientras que el resto de la humanidad sufre la miseria y el abandono?".
"Apelando a los creyentes y a todos los hombres de buena voluntad, quisiera reafirmar un principio en sí mismo obvio aunque frecuentemente incumplido: es necesario buscar no el bien de un círculo privilegiado de pocos, sino la mejoría de las condiciones de vida de todos".
"'Hay mayor felicidad en dar que en recibir'". El creyente experimenta una profunda satisfacción siguiendo la llamada interior de darse a los otros sin esperar nada".
"El esfuerzo del cristiano por promoverá la justicia, su compromiso de defender a los más débiles, su acción humanitaria para procurar el pan a quién carece de él, por curar a los enfermos y prestar ayuda en las diversas emergencias y necesidades, se alimenta del particular e inagotable tesoro de amor que es la entrega total de Jesús al Padre".
"Por tanto, de la misericordia y el amor al prójimo debe brotar una relación viva con Dios y hacer constante referencia a l, ya que nuestra alegría reside en estar cerca de Cristo".
"Como medios para combatir el desmedido apego al dinero, este tiempo propone la práctica eficaz del ayuno y la limosna. Privarse no sólo de lo superfluo, sino también de algo más, para distribuirlo a quien vive en necesidad, contribuye a la negación de sí mismo, sin la cual no hay auténtica praxis de vida cristiana".
"El cristiano no debe hacerse la ilusión de buscar el verdadero bien de los hermanos, si no vive la caridad de Cristo".
"Al hombre de hoy, a menudo insatisfecho por una existencia vacía y fugaz, y en búsqueda de la alegría y el amor auténticos, Cristo le propone su propio ejemplo, invitándolo a seguirlo (...) De tal dedicación (...) como lo demuestra el ejemplo elocuente de aquellos hombres y mujeres que, dejando sus seguridades, no han titubeado en poner en juego la propia vida como misioneros. Lo atestigua la decisión de aquellos jóvenes que,animados por la fe, han abrazado la vocación sacerdotal o religiosa".
"Recientemente se ha asistido a una loable competición de solidaridad con las víctimas de los aluviones en Europa, del terremoto en América Latina y en Italia, de las epidemias en África, de las erupciones volc nicas en Filipinas, sin olvidar otras zonas del mundo ensangrentadas por el odio o la guerra".
"En estas circunstancias los medios de comunicación social desarrollan un significativo servicio, haciendo más directa la participación y más viva la disponibilidad para ayudar a quién se encuentra en el sufrimiento y la dificultad. A veces no es el imperativo cristiano del amor lo que motiva la intervención en favor de los demás, sino una compasión natural. Pero quien asiste al necesitado goza siempre de la benevolencia de Dios".
MESS;CUARESMA 2003;...;...;VIS;20030206;760;
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