CIUDAD DEL VATICANO, 19 NOV 2002 (VIS) - Juan Pablo II ha enviado un mensaje, leído ayer por la tarde, a la Conferencia Episcopal Italiana que celebra su 50 Asamblea General en el Santuario del Amor Misericordioso, en Collevalenza (Italia).
El Papa escribe que los obispos están dedicando su atención en primer lugar a "ese gran desafío que gira en estos años en torno a la pregunta crucial: (...) ¿quién es el ser humano? Un reto antiguo y también nuevo porque la tendencia, que no cesa nunca, a negar u olvidar la unicidad de nuestro ser y de nuestra vocación, de criaturas hechas a imagen de Dios, se refuerza en nuestros días merced a la pretensión de poder explicar adecuadamente el ser humano sólo por medio de las ciencias empíricas. Y esto sucede cuando en cambio es más necesario que nunca mantener clara y firme la convicción de la dignidad inviolable de la persona humana, para hacer frente a los peligros de manipulación radical que se producirían si los recursos tecnológicos se aplicasen al ser humano prescindiendo de los par metros fundamentales y de los criterios antropológicos y éticos grabados en su misma naturaleza".
"Aplaudo e impulso -dice el Santo Padre- la energía con la que os dedicáis a promoverá una presencia cristiana de calidad en el campo de (...) la comunicación social" y "el compromiso de elevar la calidad y el prestigio público del diario (católico) 'Avvenire'".
El Papa se refiere después a su visita del pasado 14 de noviembre al parlamento italiano y afirma que ésta había subrayado "ese lazo tan profundo y especial establecido a lo largo de los años entre Italia y la Iglesia Católica". A continuación, Juan Pablo II elogia a los obispos por su interés "por el destino de esta nación tan amada" y afirma que comparte con ellos en particular su interés "por la familia, desde siempre reconocida como la piedra angular de la vida social. (...) Estamos llamados a dedicar la misma atención a la educación de las nuevas generaciones, y por tanto a la escuela".
Juan Pablo II reconoce que la época actual es "un período difícil bajo el perfil económico y social", en la que es necesario demostrar "solidaridad" a las "muchas familias y personas marcadas de alguna manera por la pobreza o amenazadas por la pérdida del puesto de trabajo".
En su mensaje, el Papa elogia a los obispos por su constancia en seguir los hechos relativos a la Unión Europa y en particular a su extensión a los países del Este y del Centro de Europa.
Juan Pablo II pone de relieve su "fuerte preocupación por la paz" y escribe: "Pidamos juntos a Dios, rico de misericordia y de perdón, que apague los sentimientos de odio en el ánimo de las poblaciones, que haga cesar el horror del terrorismo y guíe los pasos de los responsables de las naciones por el camino de la comprensión recíproca, de la solidaridad y la reconciliación".
El Papa dedica los últimos p rrafos de su mensaje a las víctimas, sobre todo niños, del reciente terremoto en Molise.
MESS;CONFERENCIA EPISCOPAL ITALIANA;...;...;VIS;20021119;520;
El Papa escribe que los obispos están dedicando su atención en primer lugar a "ese gran desafío que gira en estos años en torno a la pregunta crucial: (...) ¿quién es el ser humano? Un reto antiguo y también nuevo porque la tendencia, que no cesa nunca, a negar u olvidar la unicidad de nuestro ser y de nuestra vocación, de criaturas hechas a imagen de Dios, se refuerza en nuestros días merced a la pretensión de poder explicar adecuadamente el ser humano sólo por medio de las ciencias empíricas. Y esto sucede cuando en cambio es más necesario que nunca mantener clara y firme la convicción de la dignidad inviolable de la persona humana, para hacer frente a los peligros de manipulación radical que se producirían si los recursos tecnológicos se aplicasen al ser humano prescindiendo de los par metros fundamentales y de los criterios antropológicos y éticos grabados en su misma naturaleza".
"Aplaudo e impulso -dice el Santo Padre- la energía con la que os dedicáis a promoverá una presencia cristiana de calidad en el campo de (...) la comunicación social" y "el compromiso de elevar la calidad y el prestigio público del diario (católico) 'Avvenire'".
El Papa se refiere después a su visita del pasado 14 de noviembre al parlamento italiano y afirma que ésta había subrayado "ese lazo tan profundo y especial establecido a lo largo de los años entre Italia y la Iglesia Católica". A continuación, Juan Pablo II elogia a los obispos por su interés "por el destino de esta nación tan amada" y afirma que comparte con ellos en particular su interés "por la familia, desde siempre reconocida como la piedra angular de la vida social. (...) Estamos llamados a dedicar la misma atención a la educación de las nuevas generaciones, y por tanto a la escuela".
Juan Pablo II reconoce que la época actual es "un período difícil bajo el perfil económico y social", en la que es necesario demostrar "solidaridad" a las "muchas familias y personas marcadas de alguna manera por la pobreza o amenazadas por la pérdida del puesto de trabajo".
En su mensaje, el Papa elogia a los obispos por su constancia en seguir los hechos relativos a la Unión Europa y en particular a su extensión a los países del Este y del Centro de Europa.
Juan Pablo II pone de relieve su "fuerte preocupación por la paz" y escribe: "Pidamos juntos a Dios, rico de misericordia y de perdón, que apague los sentimientos de odio en el ánimo de las poblaciones, que haga cesar el horror del terrorismo y guíe los pasos de los responsables de las naciones por el camino de la comprensión recíproca, de la solidaridad y la reconciliación".
El Papa dedica los últimos p rrafos de su mensaje a las víctimas, sobre todo niños, del reciente terremoto en Molise.
MESS;CONFERENCIA EPISCOPAL ITALIANA;...;...;VIS;20021119;520;
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