CIUDAD DEL VATICANO 11 ABR 2002 (VIS) - Juan Pablo II recibió este mediodía a los participantes en la asamblea plenaria de la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales, que están reflexionando sobre los temas de la democracia y de la globalización, así como la solidaridad entre las generaciones.
"La interdependencia creciente entre las personas, las familias, las empresas y las naciones, así como entre las economías y los mercados -lo que llamamos, dijo, globalización- ha trastornado el sistema de interacciones y de relaciones sociales". Esto ha tenido consecuencias positivas, pero también ha originado desigualdades entre economías y personas, de modo que hay que "replantearse la cuestión de la solidaridad".
El Papa dijo que "compete ante todo a los responsables políticos y económicos hacer todo lo posible para que la globalización no vaya en detrimento de los que tienen menos recursos o de los más débiles, ampliando aún más la brecha entre pobres y ricos, entre naciones pobres y ricas". E invitó a los gobernantes a crear sistemas de solidaridad que "tengan en cuenta los cambios ocasionados por la globalización y que eviten que estos fenómenos empobrezcan más a sectores importantes de algunas poblaciones, y a veces de países enteros". "La solidaridad social supone -continuó- salir de la simple búsqueda de intereses particulares. (...) Hay que educar a las jóvenes generaciones a un espíritu de solidaridad y a una verdadera cultura de la apertura a lo universal y de atención a todas las personas, con independencia de su raza, cultura o religión".
El Santo Padre subrayó que los políticos deben "regular los mercados, someter las leyes del mercado a las de la solidaridad, para evitar en las personas y en las sociedades los desequilibrios producidos por los cambios económicos de todo tipo y para protegerlas de las sacudidas ocasionadas por la desregulación de los mercados".
"¡Que la humanidad de hoy, en su camino hacia una mayor
unidad, solidaridad y paz -terminó- transmita a las generaciones futuras los bienes de la creación y la esperanza en un futuro mejor!".
AC;GLOBALIZACION; SOLIDARIDAD;...;ACAD-SS;VIS;20020411;340;
"La interdependencia creciente entre las personas, las familias, las empresas y las naciones, así como entre las economías y los mercados -lo que llamamos, dijo, globalización- ha trastornado el sistema de interacciones y de relaciones sociales". Esto ha tenido consecuencias positivas, pero también ha originado desigualdades entre economías y personas, de modo que hay que "replantearse la cuestión de la solidaridad".
El Papa dijo que "compete ante todo a los responsables políticos y económicos hacer todo lo posible para que la globalización no vaya en detrimento de los que tienen menos recursos o de los más débiles, ampliando aún más la brecha entre pobres y ricos, entre naciones pobres y ricas". E invitó a los gobernantes a crear sistemas de solidaridad que "tengan en cuenta los cambios ocasionados por la globalización y que eviten que estos fenómenos empobrezcan más a sectores importantes de algunas poblaciones, y a veces de países enteros". "La solidaridad social supone -continuó- salir de la simple búsqueda de intereses particulares. (...) Hay que educar a las jóvenes generaciones a un espíritu de solidaridad y a una verdadera cultura de la apertura a lo universal y de atención a todas las personas, con independencia de su raza, cultura o religión".
El Santo Padre subrayó que los políticos deben "regular los mercados, someter las leyes del mercado a las de la solidaridad, para evitar en las personas y en las sociedades los desequilibrios producidos por los cambios económicos de todo tipo y para protegerlas de las sacudidas ocasionadas por la desregulación de los mercados".
"¡Que la humanidad de hoy, en su camino hacia una mayor
unidad, solidaridad y paz -terminó- transmita a las generaciones futuras los bienes de la creación y la esperanza en un futuro mejor!".
AC;GLOBALIZACION; SOLIDARIDAD;...;ACAD-SS;VIS;20020411;340;
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