CIUDAD DEL VATICANO, 6 ENE 2002 (VIS) - Hoy, solemnidad de la Epifanía del Señor, Juan Pablo II confirió la ordenación episcopal a diez presbíteros procedentes de Italia, Filipinas, República del Congo, República Democrática del Congo y Portugal, durante una celebración eucarística en la Basílica Vaticana.
En la homilía, el Santo Padre recordó que la liturgia de hoy habla de la luz de Cristo: "Hoy, el Mesías, que en Belén se manifestó a pastores humildes de la región, sigue revel ndose luz de los pueblos de todos los tiempos y lugares".
"¡Qué sugestivo -exclamó- es el símbolo de la estrella que aparece en toda la iconografía de la Navidad y de la Epifanía! Hoy todavía sigue evocando profundos sentimientos a pesar de que, como tantos otros signos sagrados, a veces corre el riesgo de ser banalizado por el uso consumista del que es objeto. Sin embargo, en su contexto originario, la estrella que contemplamos en el Belén también habla a la mente y al corazón del hombre del tercer milenio. Habla al hombre secularizado (...) deseoso del absoluto. (...) ¿Quién no siente la necesidad de una 'estrella' que lo guíe en su camino por la tierra? Tanto los individuos como las naciones advierten esta necesidad".
El Papa se dirigió a continuación a los nuevos obispos. Algunos de ellos, dijo, "'ejercer n este ministerio de la gracia de Dios' como representantes pontificios en algunos Estados: tú, monseñor Giuseppe Pinto, en Senegal y en Mauritania; tú monseñor Claudio Gugerotti, en Georgia, Armenia y Azerbaiy n; tú monseñor Adolfo Tito Yllana, en Papúa Nueva Guinea; y tú monseñor Giovanni d'Aniello, en la República Democrática del Congo.
"Otros -continuó- ser n pastores de Iglesias particulares: tú, monseñor Daniel Mizonzo, guiar s la diócesis de Nkayi, en la República del Congo; tú monseñor Louis Portella, la de Kinkala, en la misma República del Congo. A tí, monseñor Marcel Utembi Tapa, he confiado la diócesis de Mahagi-Nioka, en la República Democrática del Congo; y a tí, monseñor Franco Agostinelli, la de Grosseto, en Italia. Tú, monseñor Amandio José Tomás, ayudar s como obispo auxiliar, al arzobispo de Evora, en Portugal. Tú finalmente, monseñor Vittorio Lanzani, como delegado de la Fábrica de San Pedro, continuar s tu servicio a la Iglesia aquí en el Vaticano, en esta basílica patriarcal que quieres especialmente".
HML;EPIFANIA;...;...;VIS;20020107;380;
En la homilía, el Santo Padre recordó que la liturgia de hoy habla de la luz de Cristo: "Hoy, el Mesías, que en Belén se manifestó a pastores humildes de la región, sigue revel ndose luz de los pueblos de todos los tiempos y lugares".
"¡Qué sugestivo -exclamó- es el símbolo de la estrella que aparece en toda la iconografía de la Navidad y de la Epifanía! Hoy todavía sigue evocando profundos sentimientos a pesar de que, como tantos otros signos sagrados, a veces corre el riesgo de ser banalizado por el uso consumista del que es objeto. Sin embargo, en su contexto originario, la estrella que contemplamos en el Belén también habla a la mente y al corazón del hombre del tercer milenio. Habla al hombre secularizado (...) deseoso del absoluto. (...) ¿Quién no siente la necesidad de una 'estrella' que lo guíe en su camino por la tierra? Tanto los individuos como las naciones advierten esta necesidad".
El Papa se dirigió a continuación a los nuevos obispos. Algunos de ellos, dijo, "'ejercer n este ministerio de la gracia de Dios' como representantes pontificios en algunos Estados: tú, monseñor Giuseppe Pinto, en Senegal y en Mauritania; tú monseñor Claudio Gugerotti, en Georgia, Armenia y Azerbaiy n; tú monseñor Adolfo Tito Yllana, en Papúa Nueva Guinea; y tú monseñor Giovanni d'Aniello, en la República Democrática del Congo.
"Otros -continuó- ser n pastores de Iglesias particulares: tú, monseñor Daniel Mizonzo, guiar s la diócesis de Nkayi, en la República del Congo; tú monseñor Louis Portella, la de Kinkala, en la misma República del Congo. A tí, monseñor Marcel Utembi Tapa, he confiado la diócesis de Mahagi-Nioka, en la República Democrática del Congo; y a tí, monseñor Franco Agostinelli, la de Grosseto, en Italia. Tú, monseñor Amandio José Tomás, ayudar s como obispo auxiliar, al arzobispo de Evora, en Portugal. Tú finalmente, monseñor Vittorio Lanzani, como delegado de la Fábrica de San Pedro, continuar s tu servicio a la Iglesia aquí en el Vaticano, en esta basílica patriarcal que quieres especialmente".
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