CIUDAD DEL VATICANO, 22 ENE 2002 (VIS) - El complejo de la Estación Vaticana, desde la que Juan Pablo II viajará a Asís el 24 de enero para participar en la Jornada Mundial de Oración por la Paz, surge dentro de la Ciudad del Vaticano a pocos metros del Palazzo del Governatorato, en una amplia plaza rodeada de jardines, dominada por la visión de la cúpula de la basílica de San Pedro. El papa Pío XI,bajo cuyo pontificado fue edificada, visitando las obras exclamó admirado: "¡Esta es la estación mas hermosa del mundo!".
La construcción comenzó tras la firma de los Pactos Lateranenses el 11 de febrero de 1929 entre la Santa Sede y el entonces Reino de Italia que preveían la construcción por parte de Italia de una estación de ferrocarril dentro de la Ciudad del Vaticano. Los trabajos iniciaron el 3 de abril de ese mismo año y la primera locomotora (para controlar el funcionamiento de los andenes) entró en el Vaticano en marzo de 1932, pero solo en 1934 tuvo lugar el intercambio oficial de los tramos de ferrocarril construidos en uno y otro estado. Las obras, además del edificio de la estación, comprendían el enlace ferroviario con la red de trenes italiana en el trayecto de la línea Roma-Viterbo.
Artífice del complejo fue el arquitecto de confianza de Pío XI, el italiano Giuseppe Momo. Inaugurada en 1933 la estación tiene una dimensión de 61 por 21,50 metros; el cuerpo central, una altura de 16,85 metros y las alas laterales miden 5,95 metros. El edificio principal cuenta con un amplio salón pavimentado con mármoles de varios colores, el techo es de artesonado. La decoración más importante la constituyen ocho columnas de mármol de la región italiana de Versilia. El exterior está revestido también de mármol del tipo "travertino" y adornado con un grupo de esculturas de Eduardo Rubino (el escudo pontificio sostenido por las figuras del Pensamiento y la Acción) y dos grandes bajorrelieves: la barca de San Pedro (que simboliza el medio más antiguo de difusión del Evangelio) y el carro de fuego del profeta Elías (el medio más actual: el transporte aéreo).
Sin embargo, Pío XI no utilizó nunca la estación ferroviaria, pensada en su origen como primer lugar de encuentro de los pontífices con las personalidades en visita a la Santa Sede, además de como lugar de llegada (sobre todo durante los jubileos) de multitud de peregrinos. Tampoco se construyó nunca un "tren papal", como se había previsto al principio y por otra parte el Vaticano no cuenta ni contó nunca con personal ferroviario ni con material de transporte que lleve su matrícula.
El primer pontífice que utilizó la estación fue Juan XXIII el 4 de octubre de 1962 en peregrinación desde Roma a Loreto y Asís, una semana antes del comienzo del Concilio Vaticano II.
Desde el pontificado de Pío XI hasta nuestros días, la estación de ferrocarril se ha utilizado sobre todo para el transporte de mercancías. Transporte muy reducido en los últimos años debido a las ventajas económicas y de rapidez del transporte por carretera. Solo en contadas ocasiones la estación se ha utilizado para el viaje de pasajeros.
El 11 de abril de 1959 partía de la estación vaticana el tren que llevaba a Venecia los restos de Pío X, por voluntad de Juan XXIII. Al regreso el féretro llegó a la estación romana de Termini, desde donde fue trasladado junto al de San Juan Bosco a la basílica de San Pedro.
Otras veces han pasado por la estación trenes especiales (peregrinaciones de enfermos, turistas que visitaban los Museos Vaticanos, un tren de vapor que enseñaba Italia a los jóvenes).
Juan Pablo II viajó por primera vez desde la estación el 8 de noviembre de 1979 a bordo del tren "Arlequín" de los ferrocarriles italianos hasta la parada de Termini con motivo de la XXI Jornada del Ferroviario. El viaje en tren a Asís será el primero que emprenda -con la línea ferroviaria vaticana- fuera de Roma.
...;ESTACION VATICANA;...;...;VIS;20020122;650;
La construcción comenzó tras la firma de los Pactos Lateranenses el 11 de febrero de 1929 entre la Santa Sede y el entonces Reino de Italia que preveían la construcción por parte de Italia de una estación de ferrocarril dentro de la Ciudad del Vaticano. Los trabajos iniciaron el 3 de abril de ese mismo año y la primera locomotora (para controlar el funcionamiento de los andenes) entró en el Vaticano en marzo de 1932, pero solo en 1934 tuvo lugar el intercambio oficial de los tramos de ferrocarril construidos en uno y otro estado. Las obras, además del edificio de la estación, comprendían el enlace ferroviario con la red de trenes italiana en el trayecto de la línea Roma-Viterbo.
Artífice del complejo fue el arquitecto de confianza de Pío XI, el italiano Giuseppe Momo. Inaugurada en 1933 la estación tiene una dimensión de 61 por 21,50 metros; el cuerpo central, una altura de 16,85 metros y las alas laterales miden 5,95 metros. El edificio principal cuenta con un amplio salón pavimentado con mármoles de varios colores, el techo es de artesonado. La decoración más importante la constituyen ocho columnas de mármol de la región italiana de Versilia. El exterior está revestido también de mármol del tipo "travertino" y adornado con un grupo de esculturas de Eduardo Rubino (el escudo pontificio sostenido por las figuras del Pensamiento y la Acción) y dos grandes bajorrelieves: la barca de San Pedro (que simboliza el medio más antiguo de difusión del Evangelio) y el carro de fuego del profeta Elías (el medio más actual: el transporte aéreo).
Sin embargo, Pío XI no utilizó nunca la estación ferroviaria, pensada en su origen como primer lugar de encuentro de los pontífices con las personalidades en visita a la Santa Sede, además de como lugar de llegada (sobre todo durante los jubileos) de multitud de peregrinos. Tampoco se construyó nunca un "tren papal", como se había previsto al principio y por otra parte el Vaticano no cuenta ni contó nunca con personal ferroviario ni con material de transporte que lleve su matrícula.
El primer pontífice que utilizó la estación fue Juan XXIII el 4 de octubre de 1962 en peregrinación desde Roma a Loreto y Asís, una semana antes del comienzo del Concilio Vaticano II.
Desde el pontificado de Pío XI hasta nuestros días, la estación de ferrocarril se ha utilizado sobre todo para el transporte de mercancías. Transporte muy reducido en los últimos años debido a las ventajas económicas y de rapidez del transporte por carretera. Solo en contadas ocasiones la estación se ha utilizado para el viaje de pasajeros.
El 11 de abril de 1959 partía de la estación vaticana el tren que llevaba a Venecia los restos de Pío X, por voluntad de Juan XXIII. Al regreso el féretro llegó a la estación romana de Termini, desde donde fue trasladado junto al de San Juan Bosco a la basílica de San Pedro.
Otras veces han pasado por la estación trenes especiales (peregrinaciones de enfermos, turistas que visitaban los Museos Vaticanos, un tren de vapor que enseñaba Italia a los jóvenes).
Juan Pablo II viajó por primera vez desde la estación el 8 de noviembre de 1979 a bordo del tren "Arlequín" de los ferrocarriles italianos hasta la parada de Termini con motivo de la XXI Jornada del Ferroviario. El viaje en tren a Asís será el primero que emprenda -con la línea ferroviaria vaticana- fuera de Roma.
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