Ciudad
del Vaticano, 5 de mayo 2015 (VIS).-La reunión de los obispos de
Iraq con los organismos de Roaco (Reunión de las Obras de Ayuda a
las Iglesias Orientales) en Erbil ha puesto el punto final a la
visita de cinco días del cardenal Leonardo Sandri, Prefecto de la
Congregación para las Iglesias Orientales, a ese país.
El
purpurado, en su segundo viaje a Iraq, ha llevado la bendición del
Papa Francisco a los cristianos iraquíes y se ha hecho portavoz del
agradecimiento a las autoridades civiles por su labor en favor de
las minorías y de cuantos sufren a causa de la violencia. Del 1 al 3
de mayo el cardenal estuvo en Bagdad donde celebró la Divina
Liturgia en la catedral caldea de San José y almorzó con los
refugiados asistidos por diversas instituciones eclesiales. En Erbil,
la capital del Kurdistán iraquí, se unió a la delegación de la
Roaco que está poniendo a punto proyectos de ayuda en diversos
ámbitos pastorales y de socorro a los prófugos.
En
su último discurso ante los obispos en Erbil, el cardenal habló de
los ''signos de luz'' que había visto en las Iglesias de Irak a lo
largo de su visita: ''La liturgia, los cantos, la entrega a María
-dijo- pero también el esplendor de la caridad, con las obras
ordinarias y con las relacionadas con las diferentes formas de
acogida y asistencia pastoral a los desplazados y los perseguidos. He
visto con mis propios ojos la dedicación heroica de tantos
sacerdotes que son realmente buenos pastores, que no se escapan y se
quedan al al lado de su rebaño; estoy emocionado por la profunda
comunión que anticipa cualquier discusión teológica, aunque sea
necesaria, y cada acuerdo ecuménico; cuando sacerdotes de diferentes
iglesias cristianas se estiman y organizan junto con los laicos
actividades de asistencia para las personas desplazadas, o se
encargan de la formación en las escuelas y parroquias. Y también es
hermoso ver la colaboración que han ofrecido y seguirán ofreciendo
las diferentes agencias de la ROACO en proyectos que serán
realizados para el bien de todos vosotros''.
''Todos
sois miembros de los Sínodos de las Iglesias patriarcales
respectivas -afirmó dirigiéndose a los obispos- junto con los
patriarcas y en comunión con ellos, procurad que el cuerpo eclesial
crezca con la colaboración de todas las articulaciones. Y añado:
sobre todo el tiempo de prueba que vive Iraq requiere una comunión
aún más profunda entre las Iglesias, y espero que así suceda,
entre la caldea la y siro-católica, que son mayoritarias, y entre
ellas y las más pequeñas. No dejemos que haga mella en nosotros
cualquier forma de aislamiento o autorreferencia, e invito a
valorizar cada vez más a la Asamblea de los Obispos Católicos de
Irak y aquella en la que os reunís con los hermanos de las Iglesias
Ortodoxas Orientales. Que no suceda que la lógica de la mayoría y
la minoría, que está haciendo tanto daño al país, repercuta
también de alguna forma dentro de los confines de la Iglesia,
aunque estoy seguro de que es un peligro lejos de la realidad''.
El
cardenal Sandri concluyó su discurso pidiendo la protección de la
Virgen María y de San Pedro para el Papa Francisco ''siempre tan
cercano a los cristianos de Oriente Medio y a todos los perseguidos''
y para Sus Beatitudes los patriarcas Louis Raphaël I Sako , de la
Iglesia Católica Caldea e Ignace Joseph III Younan, de la Iglesia
Católica Siria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario