Ciudad
del Vaticano, 18 de febrero de 2015 (Vis).-Ayer tarde, entre las 19 y
las 19,45, en la Casa de Santa Marta, el Papa encontró a una
delegación de la Guardia Costera italiana que le informó del
servicio que prestan en el mar durante las difíciles operaciones de
socorro de los prófugos e inmigrantes. La delegación, compuesta por
nueve personas, estaba encabezada por el almirante comandante Felicio
Angrisano y por el almirante Giovanni Pettorino, Jefe del
departamento operativo y acompañada por el ministro italiano de
Infraestructuras y Transportes, Maurizio Lupi.
Los
miembros de la delegación hablaron al Papa de sus experiencias
concretas, conmovedoras e impresionantes y, al final, el Santo Padre
tomó la palabra para manifestarles su participación y su aprecio
por el servicio que desempeñan con valor y entrega en favor de los
más pobres. Francisco rememoró su viaje a Lampedusa y alabó la
solidaridad de los habitantes de la isla con los refugiados, aún a
costa de los perjuicios que pudiera acarrear al turismo en esa
localidad. También recordó que había enviado a su limosnero, el
arzobispo Konrad Krajewski para tomar parte en las operaciones de
rescate de los cadáveres tras el terrible naufragio del año pasado
y concluyó con esta frase: ''Os admiro, os lo digo de verdad. Me
siento pequeño frente a la tarea que lleváis a cabo poniendo en
juego vuestra vida y os doy las gracias de todo corazón por lo que
hacéis. También os ayudo como puedo: con las oraciones, con los
elogios y con el afecto''.
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