Ciudad
del Vaticano, 30 octubre 2014
(VIS).-El pasado 14 de octubre, el arzobispo Bernardito Aúza,
Observador Permanente de la Santa Sede ante la ONU, intervino en la
sede de Naciones Unidas en Nueva York en ocasión del debate general
del Primer Comité de la Asamblea General. ''En el último año
-dijo- ha habido un progreso relativo en la eliminación de las
armas químicas. Sin embargo, las noticias sobre su uso continuo,
incluyendo el gas cloro, recuerdan a la Comunidad internacional la
necesidad de redoblar los esfuerzos para eliminar de una vez por
todas las armas químicas y cualquier uso como armas de sustancias
químicas de doble función''.
''En
cuanto a las armas nucleares -añadió- la tercera conferencia sobre
su impacto humanitario, que se celebrará en diciembre en Viena
(Austria), nos llama a reflexionar sobre la profunda frustración de
la comunidad internacional por la falta de un rápido progreso en el
desarme nuclear, y por las consecuencias del uso inhumano e inmoral
de las armas de destrucción masiva''. A este propósito recordó que
pronto se celebrará en Nueva York la novena Conferencia de Revisión
del Tratado sobre la no proliferación de las armas nucleares y
destacó que a pesar de que casi todos los Estados representados en
el aula forman parte de dicho Tratado ''la promesa central del
acuerdo sobre la no proliferación de un desarme gradual por parte de
los Estados dotados de armas nucleares... se encuentra en un punto
muerto''.
''Por
consiguiente, -continuó- mi delegación insta a este Comité, y a
cuantos preparan la novena Conferencia de Revisión del Tratado de
no Proliferación, a centrarse en la necesidad de ir más allá de la
disuasión nuclear y trabajar por una paz duradera basada en la
confianza mutua en lugar de en una situación de mera no beligerancia
que se funda en la lógica de la destrucción mutua. En este
sentido, la Santa Sede exhorta a todos los Estados a que firmen o
ratifiquen el Tratado sobre la prohibición global de experimentos
nucleares sin más demora... y considera que el establecimiento de
zonas libres de armas de destrucción masiva sería un gran paso
hacia la dirección correcta, ya que demostraría que se puede
avanzar hacia un acuerdo universal para eliminar todas las armas de
destrucción de masas''.
Antes
de finalizar, el arzobispo señaló que la Santa Sede aprecia el
progreso, ''aunque sea modesto'', en el ámbito de las armas
convencionales, pero que sigue estando profundamente preocupada por
el hecho de que el flujo de armas convencionales siga exacerbando los
conflictos en todo el mundo y espera que ''la sesión de este año
pueda responder a este desafío y reconozca las graves consecuencias
de la proliferación y uso de armas convencionales para la vida
humana en todo el mundo''.
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