Ciudad
del Vaticano, 22 octubre 2014
(VIS).- El Santo Padre, como cada miércoles, ha celebrado la
Audiencia General en la Plaza de San Pedro. Una hora antes,recibió
en el salón adyacente al Aula Pablo VI a los jugadores del Club de
Fútbol del Bayern de Múnich.
A
continuación, después de recorrer la plaza en su papamóvil para
saludar a todos los presentes, retomó el ciclo de catequesis
dedicado a la Iglesia, centrándose en la Iglesia como Cuerpo de
Cristo y definiéndola como ''la obra maestra del Espíritu, que
infunde en cada uno la vida nueva de Cristo Resucitado y nos coloca
al lado del otro, para servirlo y apoyarlo, convirtiéndonos en un
solo cuerpo, construido en la comunión y el amor''. Sin embargo,
destacó que no es sólo ''un cuerpo construido en el Espíritu: ¡La
Iglesia es el Cuerpo de Cristo! Y no es sólo una forma de hablar:
¡Lo somos realmente! ¡Es el gran regalo que recibimos el día de
nuestro Bautismo!''.
El
Papa indicó que sería bueno recordar más a menudo lo que somos y
lo que hizo por nosotros el Señor Jesús. ''Somos su cuerpo -dijo-,
ese cuerpo que nada ni nadie le puede arrebatar y que él recubre con
toda su pasión y su amor, como un esposo lo hace con su esposa''.
Asimismo señaló que las divisiones, las envidias, las
incomprensiones y la marginación ''no están bien, porque, en lugar
de construir y hacer crecer a la Iglesia como Cuerpo de Cristo, la
fracturan en muchos pedazos, la desmiembran''. En este contexto
recordó algunos consejos que el apóstol Pablo daba a los Corintios,
que ya en su época debían afrontar las mismas dificultades y que
valen también hoy para nosotros. ''No ser celosos, sino apreciar en
nuestras comunidades los dones y las cualidades de nuestros hermanos;
acercarse y participar en el sufrimiento de los más pobres y los más
necesitados; expresar la propia gratitud a todos y, por último,
-finalizó- no considerar a nadie más importante que a otro, sino en
la caridad considerarse como miembros los unos de los otros, que
viven y se dan a sí mismos en beneficio de todos''.
Al
final de la catequesis, el Pontífice saludó en los diferentes
idiomas a los peregrinos y fieles allí reunidos y dedicó unas
palabras a los empleados de la compañía aérea ''Meridiana'' de la
Comunidad Diocesana de Tempio Ampurias (Cerdeña - Italia) que están
viviendo momentos muy difíciles de incertidumbre laboral. ''Espero
-concluyó- que se pueda encontrar una solución equitativa que tenga
en cuenta, ante todo, la dignidad de la persona humana y las
necesidades esenciales de las familias... lanzo un llamamiento a
todos los responsables: ¡por favor, ninguna familia sin trabajo!''.
No hay comentarios:
Publicar un comentario