Ciudad
del Vaticano, 28 mayo 2014
(VIS).- El Santo Padre ha llegado puntual a San Pedro y con su
papamóvil ha girado la plaza saludando a las treinta y cinco mil
personas que le esperaban, besando a todos los niños que le
acercaban y bendiciendo los objetos religiosos de los fieles. En la
audiencia general Francisco ha rememorado su peregrinación a Tierra
Santa, de la que regresó el pasado lunes. ''Ha sido un gran don para
la Iglesia -ha dicho-, y le doy gracias a Dios. Él me ha guiado
hacia aquella Tierra bendita que ha visto la presencia histórica de
Jesús y donde han sucedido acontecimientos muy importantes para el
Judaísmo, el Cristianismo y el Islam''.
También
ha recordado que el propósito principal de esta peregrinación fue
conmemorar el 50 aniversario del histórico encuentro entre el Papa
Pablo VI y el Patriarca Atenágoras. ''Esa fue la primera vez que un
sucesor de Pedro visitó Tierra Santa: así el Papa Pablo VI
inauguró, durante el Concilio Vaticano II, los viajes papales fuera
de Italia en la época contemporánea. Ese gesto profético del
Obispo de Roma y del Patriarca de Constantinopla estableció un hito
prometedor en la unidad de todos los cristianos, que desde entonces
ha logrado avances significativos. Por eso, mi encuentro con Su
Santidad Bartolomé, amado hermano en Cristo, ha sido el punto
culminante de la visita. Juntos hemos rezado en el sepulcro de Jesús,
y nos han acompañado también el Patriarca Ortodoxo Griego de
Jerusalén Theophilos III y el Patriarca Armenio Apostólico S. B.
Nourhan, así como arzobispos y obispos de diferentes Iglesias y
comunidades, autoridades civiles y muchos fieles''.
''En
ese lugar donde se proclamó la Resurrección -ha continuado-, hemos
visto la amargura y el sufrimiento de las divisiones que aún existen
entre los discípulos de Cristo. Realmente esto hace mucho daño,
daño al corazón. Todavía estamos divididos, en el lugar donde se
ha anunciado la Resurrección, donde Jesús nos da la vida, nosotros
aún estamos
divididos. Pero, sobre todo, en esa celebración cargada de
fraternidad mutua, de estima y afecto, escuchamos la voz del Buen
Pastor Resucitado, que quiere hacer de todas sus ovejas un único
rebaño. Hemos sentido el deseo de curar las heridas aún abiertas y
continuar con perseverancia en el camino hacia la plena comunión''.
''Una
vez más, como han hecho los Papas precedentes, pido perdón por lo
que hayamos hecho para favorecer esta división, y pido al Espíritu
Santo que nos ayude a curar las heridas que hemos provocado al resto
de nuestros hermanos. Todos somos hermanos en Cristo y con el
Patriarca Bartolomé somos amigos, hermanos, y hemos compartido la
voluntad de caminar juntos, hacer todo lo que podamos: rezar juntos,
trabajar juntos por el rebaño de Dios, buscar la paz, cuidar lo
creado, son muchas cosas que tenemos en común. Y como hermanos
tenemos que seguir hacia delante''.
Francisco
ha recordado un segundo propósito de su viaje: 'Alentar a esa región
en el camino hacia la paz, que es don de Dios y compromiso de los
hombres'. ''Lo he hecho siempre como peregrino, en nombre de Dios y
del hombre, llevando en el corazón una gran compasión por los hijos
de esa Tierra que desde hace mucho tiempo conviven con la guerra y
¡tienen derecho de conocer finalmente días de paz!. Por esto he
instado a los cristianos a dejarse "ungir", con el corazón
abierto y dócil, por el Espíritu Santo, para ser más humildes,
fraternos y reconciliadores. El Espíritu ayuda a poner en práctica
en la vida cotidiana estas actitudes, con personas de diferentes
culturas y religiones, y así ser "artesanos" de la paz''.
¡La paz se consigue artesanalmente! -ha añadido-. No hay fabricas
de paz. Se hace cada día, artesanalmente, y con el corazón abierto
para recibir el don de Dios''.
El
Pontífice ha destacado el compromiso de las autoridades y del pueblo
jordano al acoger a numerosos prófugos provenientes de las zonas de
guerra. ''Un compromiso humanitario -ha dicho- que merece y necesita
el apoyo constante de la Comunidad Internacional. Me ha impresionado
la generosidad del pueblo jordano. Que el Señor bendiga a este
pueblo acogedor''.
Asimismo
ha especificado que también durante la peregrinación a otros
lugares había animado a las autoridades competentes a que
''continúen sus esfuerzos para aliviar las tensiones en Oriente
Medio, sobre todo en la conflictiva Siria, y a continuar con la
búsqueda de una solución equitativa al conflicto
palestino-israelí''. ''Por eso he invitado -ha recordado- al
Presidente de Israel y al Presidente de Palestina, hombres de paz y
constructores de paz, a venir al Vaticano para rezar conmigo por la
paz''. El Papa ha animado a los fieles no dejarles solos en la
oración y a que también recen por la paz.
Ha
expresado además que este viaje ha sido una oportunidad para
confirmar en la fe a las comunidades cristianas y agradecer a toda la
Iglesia la presencia en esa zona y en todo Medio Oriente, de los
cristianos a los que ha denominado 'valientes testigos de esperanza y
de caridad, 'sal y luz' ''que con su vida de fe y de oración, y con
la apreciada actividad educativa y asistencial, trabajan a favor de
la reconciliación y del perdón, contribuyendo al bien común de la
sociedad''.
''Con
esta peregrinación -ha concluido- he querido llevar una palabra de
esperanza, pero al mismo tiempo yo también la he recibido de los
hermanos y hermanas que ''esperan contra cualquier esperanza'', a
través de tantos sufrimientos, como aquellos que han escapado de su
propio país por culpa de los conflictos, o como los muchos que en
diferentes partes del mundo son discriminados y despreciados a causa
de su fe en Cristo. Continuemos cerca de ellos. Recemos por ellos y
por la paz en Tierra Santa y en todo Oriente Medio. Que la oración
de toda la Iglesia sostenga también el camino hacia la plena unidad
entre los cristianos, para que el mundo crea en el amor de Dios que
con Jesucristo vino a habitar entre nosotros''.
Al
finalizar, Francisco ha invitado a todos los fieles a rezar un Ave
María por la paz en el Mundo. ''Que la Virgen nos acompañe en este
camino de unidad''.
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