Ciudad
del Vaticano, 29 diciembre 2013 (VIS).- El primer domingo después de
Navidad se celebra la fiesta de la Sagrada Familia de Nazaret y el
Papa Francisco ha recordado en el Angelus de este mediodia que Jesús
quiso nacer “en una familia humana, quiso tener una madre y un
padre. Como nosotros”.
“Y
hoy el Evangelio –ha dicho a los miles de fieles reunidos en la
Plaza de San Pedro- nos presenta a la Sagrada Familia en el camino
doloroso del exilio, en busca de refugio en Egipto. José, María y
Jesús experimentan la condición dramática de los prófugos,
marcada por el miedo, la incertidumbre y las penurias.
Desgraciadamente, en nuestros días, millones de familias pueden
reconocerse en esta triste realidad. Casi cada día la televisión y
los periódicos dan noticias de prófugos que huyen del hambre, de la
guerra, de otros peligros graves, en busca de seguridad y de una vida
digna para ellos y para sus propias familias. En tierras lejanas,
incluso cuando encuentran trabajo, no siempre los prófugos y los
inmigrantes encuentran acogida verdadera, respeto, estima de los
valores de los que son portadores. Sus legítimas expectativas se
topan con situaciones complejas y dificultades que parecen, a veces,
insuperables”.
El
Papa ha invitado a todos los que contemplan a la Sagrada Familia de
Nazaret, en el momento en que se ve obligada a convertirse en
prófuga a pensar en el drama de los “migrantes y refugiados que
son víctimas del rechazo y de la explotación…de la trata de
personas y del trabajo que los esclaviza”, pero también en
aquellos otros a los que ha denominado como “exiliados escondidos”,
aquellos… que puede haber dentro de las mismas familias: los
ancianos, por ejemplo, que a veces son tratados como presencias
molestas”
“Jesús
quiso pertenecer a una familia que experimentó el exilio, para que
nadie se sienta excluido de la cercanía amorosa de Dios. La fuga en
Egipto a causa de las amenazas de Herodes nos muestra que Dios está
allí donde el ser humano está en peligro, allí donde el hombre
sufre, donde escapa, donde siente el rechazo y el abandono”.Pero,
ha añadido Francisco: “Dios también está allí donde el hombre
sueña, donde espera volver a su patria en la libertad, proyecta y
elige una vida digna para sí mismo y para sus familiares”.
El
ejemplo de la sencillez de vida de la Sagrada Familia puede servirnos
de ejemplo, y hacer que las familias se conviertan cada vez más “en
comunidad de amor y de reconciliación, en la que se experimenta la
ternura, la ayuda y el perdón recíproco.
Después
Francisco ha instado a los fieles a repetir “las tres palabras
clave para vivir en paz y alegría en la familia: “permiso”,
“gracias”, “perdón”, explicando que “cuando en una familia
no se es entrometido y se pide permiso… no se es egoísta y se
aprende a decir gracias, y cuando… uno se da cuenta de que ha hecho
algo malo y sabe pedir perdón, ¡en esa familia hay paz y hay
alegría¡.
Por
último ha animado a las familias a “tomar conciencia de la
importancia que tienen en la Iglesia y en la sociedad” porque “el
anuncio del Evangelio pasa ante todo, a través de las familias, para
alcanzar después los diversos ámbitos de la vida cotidiana” Y ha
rogado a María, José y Jesús que “iluminen, consuelen, guíen a
toda familia del mundo, para que puedan cumplir con dignidad y
serenidad la misión que Dios le ha encomendado”.
Después
de rezar el Angelus el Papa ha recordado que el próximo consistorio
y el próximo Sínodo de los Obispos afrontarán el tema de la
familia y, por ese motivo, ha rezado la oración que ha compuesto a
la Sagrada Familia invitando a todos a unirse espiritualmente a él,
y en especial a los fieles conectados con la Plaza de San Pedro desde
la basílica de la Anunciación en Nazaret, en el templo de la
Sagrada Familia en Barcelona y en el santuario de Loreto:
”Jesús,
María y José, en ustedes contemplamos el esplendor del amor
verdadero,a ustedes nos dirigimos con confianza.Sagrada Familia de
Nazaret,haz que también nuestras familias sean lugares de comunión
y cenáculos de oración,auténticas escuelas del Evangelio y
pequeñas Iglesias domésticas. Sagrada Familia de Nazaret, que nunca
más en las familias se vivan experiencias de violencia, cerrazón y
división: que todo el que haya sido herido o escandalizado conozca
pronto el consuelo y la sanación. Sagrada Familia de Nazaret, que el
próximo Sínodo de los Obispos pueda despertar en todos la
conciencia del carácter sagrado e inviolable de la familia, su
belleza en el proyecto de Dios. Jesús, María y José, escuchen y
atiendan nuestra súplica. Amén”.
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