Ciudad
del Vaticano, 27 noviembre 2012
(VIS).-El cardenal Jean-Louis Tauran, presidente del Pontificio
Consejo para el Diálogo Interreligioso intervino ayer en Viena en
la ceremonia inaugural del Centro para el Diálogo Interreligioso e
Intercultural Rey Abdullah bin Abdulaziz (KAICIID). El centro es una
organización independiente, reconocida por la ONU y fundada por
Arabia Saudita, Austria y España a la que la Santa Sede adhiere en
calidad de Observador Fundador.
“Tengo
el privilegio de traer a esta Asamblea -dijo el cardenal- los saludos
del Papa Benedicto XVI, así como sus mejores deseos para el éxito
de la actividad de este Centro de Diálogo”.
“Nos
observan -prosiguió- Todo el mundo espera de la iniciativa del Rey
Abdullah, apoyada por los gobiernos de Austria y España, con la
asistencia de la Santa Sede como Observador Fundador, clarividencia,
honestidad y credibilidad”.
“Este
Centro brinda otra oportunidad para un diálogo abierto en numerosos
temas, incluidos los relacionados con los derechos humanos
fundamentales, en particular con la libertad religiosa, en todas
sus formas, para todos, para todas las comunidades, en cualquier
lugar. A este respecto, pueden comprender cómo la Santa Sede esté
particularmente interesada en el destino de las comunidades
cristianas en aquellos países donde esta libertad no está
garantizada adecuadamente. Información, nuevas iniciativas,
aspiraciones, y quizá también fallos, serán sometidos a nuestra
atención. Será entonces misión del Centro - y cuando sea posible
también con la cooperación de otras organizaciones- verificar su
autenticidad y actuar en consecuencia, para que nuestros
contemporáneos no resulten privados de la luz y las propuestas que
la religión ofrece para la felicidad de todo ser humano”.
“Los
creyentes tienen que trabajar en pro y sostener todo lo que
favorezca a la persona humana en sus aspiraciones materiales,
morales y religiosas. Para ello son necesarios tres comportamientos:
.Respeto del otro/ otra en su especificidad; conocimiento objetivo
mutuo de las tradiciones religiosas y culturales de cada uno,
particularmente a través de la educación; colaboración para que
nuestra peregrinación hacia la Verdad se realice en la serenidad y
en la libertad”.
“En
conclusión y citando al Papa Benedicto XVI, les aseguro la
cooperación de la Iglesia Católica: “Con su presencia, su oración
y sus diversas obras de misericordia, especialmente en el campo de la
educación y la sanidad, desea dar lo mejor que tiene. Desea
mostrarse cercana de quien está en necesidad, de quien busca a
Dios”. (Benedicto XVI, Viaje Apostólico a Benin, Ceremonia de
Bienvenida, 18 de noviembre del 2011).
“Este
es -concluyó el purpurado- el espíritu de fraternidad y amistad
con el que tenemos que trabajar”.
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