Ciudad
del Vaticano, 23 de septiembre (VIS).-En los saludos posteriores al
Ángelus, el Papa se dirigió a los peregrinos franceses para
agradecerles sus oraciones por los frutos de su reciente viaje
apostólico a Líbano y, por extensión, a todo Oriente Medio.
“Seguid rezando -dijo- por los cristianos mediorientales, por la
paz y por el diálogo sereno entre las religiones”.
“Ayer
-continuó- me uní espiritualmente a la alegría de los fieles de la
diócesis de Troyes, reunidos para la beatificación del Padre Louis
Brisson, fundador de las Religiosas Oblatas y de los Oblatos de San
Francisco de Sales. ¡Que el ejemplo de este nuevo beato ilumine
vuestra vida!. Solía decir: 'Necesito a Dios, con un hambre que me
devora'. Aprended a tener su misma hambre de Dios y a recurrir a Él
con confianza y sin cesar”.
Después,
hablando a los fieles polacos comentó las palabras de Jesús en el
evangelio de hoy: “El que acoge a uno de estos niños en mi nombre,
me acoge a mí”. “Pidamos a Dios- exclamó- que estas palabras
inspiren a todos los responsables del don de la vida, de las
condiciones dignas de existencia y educación, del crecimiento seguro
y sereno de los niños.¡Que todos los niños puedan disfrutar del
amor y del calor familiar!”
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