Ciudad
del Vaticano, 13 septiembre 2012
(VIS).- Benedicto XVI emprenderá mañana su vigésimo cuarto viaje
apostólico con destino a Líbano, donde firmará el próximo domingo
en la capital, Beirut, la Exhortación Apostólica Post-Sinodal de la
Asamblea Especial para Oriente Medio del Sínodo de los Obispos que
tuvo lugar en el Vaticano en octubre de 2010.
El
nombre Beirut es probablemente de origen cananeo (bis'rot) , plural
de “biir” (pozo), con referencia a las faldas acuíferas del
subsuelo. Mencionada en las crónicas egipcias del segundo milenio
antes de Cristo, era famosa por la actividad de los marineros y
comerciantes fenicios y obtuvo el estatuto de colonia romana en el
año 14 a.d.C, llamándose Colonia Julia Augusta Felix Berytus.
Destruida por un sismo y un maremoto en el 551, la ciudad estaba en
ruinas a la llegada de los musulmanes en el 635. La Primera Cruzada
entra en 1110 y, con la expulsión definitiva de los cruzados en
1229, Beirut pasa bajo el reino de los Mamelucos, convirtiéndose en
el puerto regional para el comercio de especias con las Repúblicas
Marineras de Venecia y Génova.
Ocupada
por los Otomanos en 1516, su población crece progresivamente debido
a su importancia comercial y al éxodo masivo de prófugos cristianos
que escapaban de la masacres en las montañas libanesas en 1860. Tras
la pacificación por obra de las Grandes Potencias, llegan los
misioneros protestantes (Gran Bretaña, Estados Unidos y Alemania) y
católicos, sobre todo de Francia. Los misioneros evangélicos
estadounidenses fundan la American University of Beirut (1866),
mientras los jesuitas construyen la Université Saint-Joseph en 1881.
Gracias al desarrollo de la tipografía en árabe, así como en
inglés y francés la ciudad empieza a transformarse en la punta de
lanza del periodismo y la cultura en los países árabes.
Al
final de la I Guerra Mundial y con la ruina del Imperio Otomano, el
Líbano pasa bajo el mandato francés. Después de la independencia
en 1943 y gracias a un clima de apertura intelectual y economía
liberal, Beirut se transforma en un centro regional para el comercio,
los negocios, la financia y el turismo, dando así a Líbano, el
apodo de “Suiza de Oriente Medio”. La expulsión de la guerrilla
palestina de Jordania en 1970 es clave para la historia moderna del
país. La central político-militar se traslada a Líbano, haciendo
de catalizador para las tensiones entre las comunidades cristianas y
musulmanas en la nación. La guerra de 1975 a 1991 destroza las
infraestructuras de la capital y la economía.
La
entidad de la destrucción genera la necesidad urgente de
planificación urbana y, al mismo tiempo, permite la reconstrucción
del centro de la ciudad y de sus infraestructuras. Casi todos los
inmuebles del centro, muy perjudicados, son demolidos. A falta de
censo oficial, se estima que la población de la “Gran Beirut” es
de un millón y medio de habitantes, poco menos de la mitad de la
población del país,
Beirut tiene cinco diócesis: Beirut
de los Maronitas (sede episcopal desde 1577) archieparquía que
cuenta con 232.000 fieles y cuyo arzobispo es monseñor Paul Youssef
Matar; Beirut de los Greco-Melkitas (siglo IV) y Jbeil de los
Greco-Melkitas (sub-urbicaria, 1881), metropolia, cuyos fieles son
200.000, el arzobispo es monseñor Cyril Salim Bustros: Beirut de los
Armenios (1928, 1929), metropolia y eparquía propia de la Iglesia
patriarcal de Cilicia de los Armenios cuyos fieles son 12.000 y el
eparca es Su Beatitud Nerser Bedros XIX Taarmouni, patriarca de
Cilicia de los Armenios; Beirut de los Caldeos (1957) con 19.000
fieles y cuyo obispo es monseñor Michel Kassarji; Beirut de los
Sirios (1817), eparquía propia de la Iglesia patriarcal de Antioquia
de los Sirios, con 14.500 fieles confiados a Su Beatitud Ignace
Youssif III Younan.
El vicariato apostólico es Beirut de
los Latinos que tiene 10.000 fieles y cuyo vicario es monseñor Paul
Dahdah O.C.D.
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