Ciudad del Vaticano, 3 marzo 2012 (VIS).-Este sábado por la mañana han terminado los Ejercicios espirituales de Cuaresma en los que han participado el Santo Padre Benedicto XVI y los miembros de la curia romana. Como se recordará, las meditaciones han sido predicadas por el cardenal Laurent Monsengwo Pasinya, arzobispo de Kinshasa (República Democrática del Congo), que ha tratado el tema “La comunión del cristiano con Dios”.
El Papa ha dirigido unas palabras de agradecimiento al cardenal en nombre de los presentes, por haberles guiado en estos días “con gran competencia exegética y con experiencia espiritual y pastoral”, incluyendo en sus meditaciones historias y ejemplos “que nos han dado alegría y ayudado”. Benedicto XVI ha recordado en particular la historia de un amigo del cardenal que, estando en coma, tenía la impresión de encontrarse en un túnel oscuro, al final del cual percibía una luz y una música. “Me parece que puede ser una parábola de nuestra vida -ha dicho el Pontífice-. A menudo nos encontramos en un túnel oscuro, pero mediante la fe al final vemos la luz y oímos una bella música, percibimos la belleza de Dios, del cielo y de la tierra, de Dios creador y de la criatura; y así, es cierto que 'hemos sido salvados por la esperanza'”.
Por otra parte, Benedicto XVI también ha escrito una carta al cardenal Monsengwo Pasinya para agradecerle su “precioso servicio”. “Comentando algunos pasos de la primera carta de San Juan -escribe el Papa-, nos ha guiado en un itinerario de redescubrimiento del misterio de comunión en el que estamos inseridos desde nuestro bautismo. Gracias también a este recorrido, que Vd. ha predispuesto sapientemente, el silencio y la oración de estos días, y en especial la adoración eucarística, han estado llenos de profunda gratitud hacia Dios por el gran amor que nos ha dado y con el que nos ha ligado a Él en una relación filial”.
“Motivo de particular alegría ha sido para mí el captar en su misma presencia y en su estilo, venerado hermano, el peculiar testimonio de fe de la Iglesia que cree, espera y ama en el continente africano: un patrimonio espiritual que constituye una gran riqueza para todo el Pueblo de Dios y para el mundo entero, especialmente desde la perspectiva de la nueva evangelización. Como hijo de la Iglesia en África, Vd. nos ha hecho experimentar de nuevo ese intercambio de dones que es uno de los aspectos más hermosos de la comunión eclesial, en la que la variedad de las proveniencias geográficas y culturales encuentra el modo de expresarse de manera sinfónica en la unidad del Cuerpo místico”. El Pontífice termina la carta impartiendo su bendición apostólica tanto al cardenal como a los sacerdotes y fieles confiados a sus cuidados pastorales.
A partir de hoy, el Santo Padre reanuda sus actividades consuetas. Mañana domingo realizará una visita pastoral a la parroquia de San Juan Bautista de La Salle, en la zona sur de la diócesis de Roma, donde presidirá la Santa Misa.
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