CIUDAD DEL VATICANO, 1 ENERO 2012 (VIS).-Al terminar la celebración de la Santa Misa en la solemnidad de Santa María Madre de Dios, el Papa Benedicto XVI se asomó a la ventana de su estudio, en el Palacio Apostólico Vaticano, para rezar el Angelus con los fieles y peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro. Antes del rezo de la oración mariana, el Pontífice les dirigió unas palabras:
(…) “El rostro de Dios (…) se ha revelado en Jesús: Él es la imagen visible del Dios invisible. Y ello gracias también a la Virgen María, cuyo mayor título celebramos hoy, aquel con el que participa de manera única en la historia de la salvación: ser Madre de Dios. En su seno el Hijo del Altísimo ha asumido nuestra carne, y podemos contemplar su gloria, sentir su presencia de ‘Dios-con-nosotros’”.
“Iniciamos así el nuevo año 2012 fijando la mirada en el Rostro de Dios que se revela en el Niño de Belén, y en su Madre María, que ha acogido con humilde abandono el plan divino. Gracias a su generoso ‘sí’ ha aparecido en el mundo la luz verdadera que ilumina a todos los hombres, y se ha vuelto a abrir el camino de la paz”.
(...) “Celebramos hoy la XLV Jornada Mundial de la Paz. En el mensaje que he dirigido (...) a los representantes de las naciones y a todos los hombres de buena voluntad, y que tiene como tema ‘Educar a los jóvenes a la justicia y la paz’, he querido subrayar la necesidad y la urgencia de ofrecer a las nuevas generaciones la educación adecuada para una formación integral de la persona, que incluya la dimensión moral y espiritual y (...) los valores de la justicia y la paz”.
(...) “Invito a todos a tener la paciencia y la constancia de buscar la justicia y la paz, de cultivar el gusto por aquello que es recto y verdadero. La paz no es nunca un bien plenamente alcanzado, sino una meta a la que todos debemos aspirar y por la que todos debemos trabajar”.
(…) “Recemos para que los responsables de las naciones renueven su disponibilidad y su esfuerzo por acoger y favorecer este anhelo irrenunciable de la humanidad. Confiemos estos deseos a la intercesión de la Madre del ‘Rey de la Paz’, para que el año que comienza sea un tiempo de esperanza y pacífica convivencia en el mundo entero”.
Tras el Angelus, Benedicto XVI saludó a los peregrinos en diversos idiomas, agradeciendo los numerosos mensajes de felicitación que ha recibido durante estos días, y expresando su aprecio por las iniciativas de oración por la paz en la Jornada Mundial de hoy.
ANG/ VIS 20210102 (450)
(…) “El rostro de Dios (…) se ha revelado en Jesús: Él es la imagen visible del Dios invisible. Y ello gracias también a la Virgen María, cuyo mayor título celebramos hoy, aquel con el que participa de manera única en la historia de la salvación: ser Madre de Dios. En su seno el Hijo del Altísimo ha asumido nuestra carne, y podemos contemplar su gloria, sentir su presencia de ‘Dios-con-nosotros’”.
“Iniciamos así el nuevo año 2012 fijando la mirada en el Rostro de Dios que se revela en el Niño de Belén, y en su Madre María, que ha acogido con humilde abandono el plan divino. Gracias a su generoso ‘sí’ ha aparecido en el mundo la luz verdadera que ilumina a todos los hombres, y se ha vuelto a abrir el camino de la paz”.
(...) “Celebramos hoy la XLV Jornada Mundial de la Paz. En el mensaje que he dirigido (...) a los representantes de las naciones y a todos los hombres de buena voluntad, y que tiene como tema ‘Educar a los jóvenes a la justicia y la paz’, he querido subrayar la necesidad y la urgencia de ofrecer a las nuevas generaciones la educación adecuada para una formación integral de la persona, que incluya la dimensión moral y espiritual y (...) los valores de la justicia y la paz”.
(...) “Invito a todos a tener la paciencia y la constancia de buscar la justicia y la paz, de cultivar el gusto por aquello que es recto y verdadero. La paz no es nunca un bien plenamente alcanzado, sino una meta a la que todos debemos aspirar y por la que todos debemos trabajar”.
(…) “Recemos para que los responsables de las naciones renueven su disponibilidad y su esfuerzo por acoger y favorecer este anhelo irrenunciable de la humanidad. Confiemos estos deseos a la intercesión de la Madre del ‘Rey de la Paz’, para que el año que comienza sea un tiempo de esperanza y pacífica convivencia en el mundo entero”.
Tras el Angelus, Benedicto XVI saludó a los peregrinos en diversos idiomas, agradeciendo los numerosos mensajes de felicitación que ha recibido durante estos días, y expresando su aprecio por las iniciativas de oración por la paz en la Jornada Mundial de hoy.
ANG/ VIS 20210102 (450)
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