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El 'Vatican Information Service' (VIS) es un boletín informativo de la Oficina de Prensa Santa Sede. Transmite diariamente información sobre la actividad magisterial y pastoral del Santo Padre y de la Curia Romana... []

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jueves, 14 de octubre de 2010

QUINTA CONGREGACION GENERAL

CIUDAD DEL VATICANO, 13 OCT 2010 (VIS).-Durante la quinta Congregación General, celebrada esta tarde en el Aula del Sínodo, continuaron las intervenciones de los padres sinodales El presidente delegado de turno fue el cardenal Leonardo Sandri, Prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales. Siguió luego un tiempo para las intervenciones libres ante la presencia del Santo Padre.



SU BEATITUD NERSES BEDROS XIX TARMOUNI, PATRIARCA DE CILICIA DE LOS ARMENIOS, ARZOBISPO DE BEIRUT DE LOS ARMENIOS (LÍBANO). “La primera comunidad cristiana nos muestra que los primeros cristianos no tenían una vida fácil, exenta de dificultades y de adversidades; al contrario, padecían ultrajes y persecuciones. Eso, sin embargo, no les impedía proclamar íntegramente la enseñanza de Jesús, y perdonar. Hallamos situaciones similares en nuestra época contemporánea. Los cristianos que no están iluminados por el Espíritu Santo creen que deberían ser eximidos de las dificultades. Es importante señalar esto y, en este sentido, re-evangelizar a nuestros fieles, proponiéndoles la fe viva de los primeros siglos del cristianismo. Esto no quiere decir que no haya que luchar para restablecer la justicia y la paz en Oriente Medio. Pero sería erróneo considerar que, sin esta justicia y esta paz, los cristianos no pueden vivir plenamente su fe y deberían emigrar. Nadie seguramente emigra para buscar una vida cristiana mejor. El cristiano convencido de que está llamado, en virtud de su bautismo, a dar testimonio de su fe y que lleva una vida cristiana en comunidad, no tiene como primera preocupación la búsqueda del bienestar material o la paz, o más aún, la fuga de los problemas para lograr su tranquilidad y la de los suyos. Al contrario, tomando ejemplo del testimonio de sus antepasados en Oriente Medio, trabaja junto con otros hermanos cristianos para dar testimonio con su vida y con los ejemplos, para hacer que sea más convincente el mensaje de amor de Jesús”.

OBISPO PAUL HINDER, O.F.M. CAP., VICARIO APOSTÓLICO DE ARABIA (EMIRATOS ARABES UNIDOS). “Los dos Vicariatos de la Península Arábiga, que incluyen Kuwait, Bahrein, Qatar, Emiratos Árabes Unidos, Omán, Yemen y Arabia Saudí, no tienen cristianos nativos. Los tres millones de católicos sobre una población de sesenta y cinco millones de habitantes son todos trabajadores migrantes provenientes de un centenar de naciones, la mayoría de ellos de Filipinas y la India. Alrededor de un 80% son de rito latino, los demás pertenecen a las Iglesias católicas de Oriente. Ambos Vicariatos católicos son de rito latino, la orden de frailes menores capuchinos tiene la “ius commissionis” para este territorio, 2/3 partes de los ochenta sacerdotes son frailes capuchinos provenientes de India, Filipinas, Europa y América, y pertenecen a diferentes ritos. (…) Existe una rigurosa ley de inmigración (con la restricción del número de sacerdotes). (…) No hay libertad de religión (los musulmanes no se pueden convertir al cristianismo pero los cristianos son bienvenidos en el Islam), hay una limitada libertad para practicar la religión en los países señalados, concedida por reglas benévolas (con excepción de Arabia Saudí)”.

ARZOBISPO ELIE BÉCHARA HADDAD, B.S., DE SIDÓN DE LOS GRECO-MELQUITAS (LÍBANO). “La venta de los terrenos de los cristianos se está convirtiendo en un fenómeno peligroso. Se corre el riesgo de amenazar la presencia cristiana, hasta reducirla al mínimo durante los próximos años. Para poner remedio a este fenómeno, proponemos: Crear una estrategia de solidaridad entre las Iglesias, patrocinada por la Santa Sede. Modificar el discurso sobre el Islam, para distinguir claramente entre Islam y fundamentalismo. Esto facilita nuestro diálogo con los musulmanes, con vistas a que nos ayuden a continuar en nuestra tierra. Pasar del concepto de ayuda a los cristianos, al concepto de desarrollo, para arraigarlos a su tierra y encontrarles trabajo. Nuestra experiencia en la diócesis de Saïda es preferentemente en esta línea”.

OBISPO ANTOINE AUDO, S.I., DE ALEPO DE LOS CALDEOS (SIRIA). “A pesar de la disminución del número de vocaciones, probar a los candidatos antes de admitirlos en el seminario. Formar a los seminaristas en el sentido profundo de cada liturgia para que sean capaces de abrirse a la universalidad de la Iglesia. En teología, basarse sobre el Vaticano II, responder a las cuestiones de la modernidad en el contexto árabe-musulmán, prestando una particular atención al uso correcto de la lengua árabe. Finalmente, y siguiendo los consejos de Benedicto XVI, dar importancia a una formación doctrinal sólida y viva que se pueda reflejar en la vida cotidiana. Aprender a predicar, enseñar el catecismo, acompañar a las familias, escuchar las confesiones. Acompañamiento pastoral y espiritual durante el ejercicio del ministerio sacerdotal. (…) Analizar objetivamente las necesidades de los sacerdotes y llegar a una contabilidad transparente de la diócesis, que ayude a fomentar la confianza entre los miembros y los fieles. Que la Congregación para las Iglesias Orientales ayude a cada patriarcado y diócesis a poner en práctica un seguro médico y otro para la vejez. Los recursos están ahí, pero faltan la competencia y la disciplina”.

ARZOBISPO BERHANEYESUS DEMEREW SOURAPHIEL, C.M., DE ADDIS ABEBA, PRESIDENTE DEL CONSEJO DE LA IGLESIA ETÍOPE, PRESIDENTE DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL (ETIOPÍA Y ERITREA) (ETIOPÍA). “Etiopía tiene casi 80 millones de habitantes, la mitad de los cuales tiene menos de 25 años de edad. El gran desafío al que se enfrenta el país es la pobreza y sus consecuencias, como por ejemplo el desempleo. Muchos de nuestros jóvenes, en su afán por escapar de la pobreza, intentan emigrar por todos los medios posibles. Las mujeres jóvenes emigran sobre todo a Oriente Medio donde, legal o ilegalmente, buscan trabajo como empleadas domésticas al no tener una formación profesional. Para facilitar sus desplazamientos, los cristianos cambian sus nombres cristianos en nombres musulmanes y se visten como tales para que el proceso de obtención del visado sea más rápido. De este modo, se fuerza indirectamente a los cristianos a negar sus raíces y su herencia cristiana. (…) Aunque hay sitios donde estos trabajadores están bien tratados, con amabilidad, la mayoría son explotados y sufren abusos. (…) Parece ser que no se permite enterrar a los cristianos que mueren en Arabia Saudí: sus cuerpos son embarcados hacia Etiopía para su entierro. Se podría pedir a las autoridades saudíes la creación de un cementerio para los cristianos en Arabia Saudí. Muchos etíopes se dirigen a las Iglesias Católicas de Oriente Medio en busca de asistencia y consejo. Desearía agradecer a las Jerarquías Católicas de Oriente Medio todo lo que están haciendo por ayudar a estas víctimas del abuso y la explotación. Agradecemos, por ejemplo, el gran trabajo que realiza Caritas del Líbano. La emigración moderna se considera una “esclavitud contemporánea”. Pero recordemos que los emigrantes de hoy serán los ciudadanos y líderes de mañana, tanto en sus países de acogida como en sus países natales”.

A continuación, el presidente delegado de turno dio la palabra al invitado especial, el Rabino David Rosen, Consejero del Gran Rabinato de Israel, Director del “Department for Interreligious Affairs of the American Jewish Committee and Heilbrunn Institute for International Interreligious Understanding” (ISRAEL), que habló sobre “La relación Judeo Cristiana y Oriente Medio”.

Ofrecemos extractos de su discurso:

“La relación entre la Iglesia Católica y el pueblo Judío vive en nuestros tiempos una transformación que podríamos calificar como bendita y que posiblemente no tiene comparación histórica. (...) En sus palabras en la gran sinagoga de Roma el pasado mes de enero, el Papa Benedicto XVI se refirió a las enseñanzas del Concilio Ecuménico Vaticano II como a un punto firme al que referirse constantemente en la actitud y las relaciones con el pueblo judío, marcando una etapa nueva y significativa”.

(...) Hasta hace poco la sociedad israelí, en su gran mayoría, no era consciente de los profundos cambios en las relaciones Católico-Judías. Sin embargo, esta situación empezó a cambiar de manera significativa en la última década y por razones diferentes, de las cuales dos son dignas de ser mencionadas. La primera de ellas es el impacto que tuvo la visita del anterior Papa, Juan Pablo II, en el año 2000, tras el inicio de las plenas relaciones bilaterales entre Israel y la Santa Sede seis años antes. (...) Fue el poder de las imágenes, el significado del cual el Papa Juan Pablo II entendió tan bien, el que reveló claramente a la mayoría de la sociedad israelí la transformación que había tenido lugar en las actitudes y enseñanzas cristianas hacia el pueblo Judío, con el que el Papa en persona mantuvo y buscó amistad mutua y respeto. Para los israelíes ver al Papa en el Muro de las Lamentaciones, resto del Segundo Templo, de pie en signo de respeto hacia la tradición Judía, introduciendo en él el texto que había escrito para la liturgia del perdón que se había celebrado dos semanas antes aquí, en San Pedro, pidiendo el perdón Divino por los pecados cometidos contra los Judíos a lo largo de los tiempos, fue sorprendente y conmovedor al mismo tiempo. Los Judíos de Israel aún tienen un largo camino por recorrer para sobreponerse al pasado negativo, pero no hay duda que desde dicha visita histórica las actitudes han cambiado”.

“Otro factor mayor es la influencia de otros cristianos que han duplicado la composición demográfica de la cristiandad en Israel. Me refiero, antes que nada, a los casi cincuenta mil cristianos practicantes que han emigrado a Israel en las dos últimas décadas, provenientes de la Unión Soviética. (...) Sin embargo, hay una tercera población cristiana significativa en Israel, cuyas condiciones legales a veces son problemáticas. Se trata de miles de cristianos practicantes, casi un cuarto de millón de trabajadores emigrantes -de Filipinas, Este de Europa, América Latina y África subsahariana. Muchos de ellos están de forma ilegal y temporalmente en el país y su situación es precaria, legalmente hablando. Sin embargo, la importante presencia cristiana en esta población, mantiene una vida religiosa llena de vitalidad y constituye una tercera dimensión significativa respecto a la realidad cristiana en Israel hoy. Estos factores han contribuido, entre otros, a que en Israel haya una mayor familiaridad con la Cristiandad contemporánea”.

“(...) Los cristianos en Israel están obviamente en una situación muy diferente a la de sus comunidades hermanas en Tierra Santa, que son parte integrante de la sociedad palestina, luchando por su independencia y que se encuentran diaria e inevitablemente en medio del conflicto árabe israelí. (...) Es justo y adecuado que los cristianos palestinos puedan expresar sus dolores y esperanzas con respecto a la situación. (...) La grave situación de los palestinos en general y de los palestinos cristianos en especial debería ser de gran preocupación para los judíos, tanto de Israel como de la diáspora. En primer lugar, porque el judaísmo en especial hizo reconocer al mundo entero que cada persona es creada a imagen divina. (...) En particular, tenemos una especial responsabilidad hacia los vecinos que sufren. Esta responsabilidad es aún mayor cuando el sufrimiento nace de un conflicto del cual nosotros formamos parte y, ésta es la paradoja, precisamente donde nosotros tenemos el deber moral y religioso de protegernos y defendernos. (...) Desde luego, la responsabilidad de los judíos de asegurar que las comunidades cristianas crezcan en nuestro medio, respetando el hecho de que Tierra Santa es cuna del nacimiento de la cristiandad y de los Santos Lugares, está fortalecida cada vez más gracias a nuestro redescubrimiento fraterno”.

“Sin embargo, más allá de nuestra relación particular, los cristianos como minoría en ambos contextos, judío e islámico, tienen un papel fundamental para el conjunto de nuestras sociedades. La situación de las minorías es siempre un profundo reflejo de la condición social y moral de una sociedad en su totalidad. El bienestar de las comunidades cristianas de Oriente Medio es nada menos que una especie de barómetro de la condición moral de nuestros países. El grado de derechos civiles y religiosos y de libertad del que gozan los cristianos es testigo de la salud o enfermedad de las respectivas sociedades en Oriente Medio. Es más, como acabo de indicar, los cristianos juegan un papel clave en la promoción de la comprensión y colaboración interreligiosa en el país. Desde luego, me atrevería a sugerir que ésta es precisamente la labor cristiana, contribuir a la superación del prejuicio y los malentendidos que aquejan a Tierra Santa”.

(...) El “Instrumentum laboris” cita las palabras de Benedicto XVI: (...) “Por una parte es importante mantener diálogos bilaterales -con los judíos y con el Islam- y también instaurar un diálogo trilateral. (...) Este año, por primera vez, el Pontificio Consejo para las Relaciones Interreligiosas y la Comisión Pontificia para las Relaciones Religiosas con los Judíos fueron los anfitriones, junto al Comité Judío Internacional para las Consultas Interreligiosas (CJICI) y la Fundación para las Tres Culturas de Sevilla (España), del primer diálogo trilateral. Esto fue una alegría especial para mí, (...) y deseo fervorosamente que éste sea sólo el inicio de un diálogo trilateral más extenso que venza la sospecha, el prejuicio y los desacuerdos, en modo tal que seamos capaces de poner de relieve las experiencias comunes en la familia de Abraham, por el bien de toda la humanidad”.
SE/ VIS 20101014 (2180)

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