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El 'Vatican Information Service' (VIS) es un boletín informativo de la Oficina de Prensa Santa Sede. Transmite diariamente información sobre la actividad magisterial y pastoral del Santo Padre y de la Curia Romana... []

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lunes, 11 de octubre de 2010

PRIMERA CONGREGACION GENERAL

CIUDAD DEL VATICANO, 11 OCT 2010 (VIS).-Esta mañana, en el Aula del Sínodo, se celebró la primera Congregación General de la Asamblea Especial para Oriente Medio del Sínodo de los Obispos, presidida por el Papa.

Benedicto XVI recordó al inicio que hoy, 11 de octubre, es la memoria del beato Juan XXIII, que un día como hoy, en 1962, abrió oficialmente el Concilio Ecuménico Vaticano II.

El presidente delegado de turno, el cardenal Leonardo Sandri, prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, dirigió unas breves palabras al inicio de la sesión matutina.

A continuación, el secretario general del Sínodo de los Obispos, el arzobispo Nikola Eterovic, habló de la preparación de esta Asamblea Especial, cuya convocación fue anunciada por Benedicto XVI el 19 de septiembre de 2009, durante el encuentro con los Patriarcas y Arzobispos Mayores de las Iglesias Orientales Católicas “sui iuris”.

Su Beatitud Antonios Naguib, Patriarca de Alejandría de los Coptos (Egipto), relator general del sínodo, leyó la “Relatio ante disceptationem” (informe que precede a la discusión). Ofrecemos un resumen de su intervención:

A. LA FINALIDAD DEL SÍNODO

El doble objetivo del Sínodo ha sido bien percibido y apreciado por nuestras Iglesias:

1) Confirmar y reforzar a los cristianos en su identidad, gracias a la Palabra de Dios y a los Sacramentos.

2) Reanimar la comunión eclesial entre las Iglesias “sui iuris”, para que pueda ofrecer un testimonio de vida auténtico y eficaz. En el contexto en que vivimos, la dimensión ecuménica, el diálogo interreligioso y el aspecto misionero son parte integrante de este testimonio.

I. LA IGLESIA CATÓLICA EN EL ORIENTE MEDIO

A. LA SITUACIÓN DE LOS CRISTIANOS EN ORIENTE MEDIO

“El conocimiento de la historia del cristianismo en Oriente Medio es importante para nosotros mismos, pero también para el resto del mundo cristiano. (…) Nuestras Iglesias, bendecidas por la presencia de Cristo y los Apóstoles, fueron la cuna del cristianismo y las primeras generaciones cristianas. Por esta razón, su vocación específica es la de mantener viva la memoria de los orígenes, reforzar la fe de sus fieles y vivificar en ellos el espíritu del Evangelio, para que guíe sus vidas y sus relaciones con los demás, cristianos y no cristianos”.

“En sus países, los cristianos son “ciudadanos nativos”, miembros de pleno derecho de su comunidad civil. Están en su casa, a menudo desde hace muchísimo tiempo. Su presencia y participación en la vida del país es una riqueza preciosa, que hay que proteger y preservar. Una laicidad positiva permitiría a la Iglesia dar un aporte eficaz y fecundo, y contribuiría a reforzar la ciudadanía de todos los miembros del país, sobre la base de la igualdad y la democracia”.

“A través de la presentación de la Doctrina social de la Iglesia, nuestras comunidades ofrecen una aportación válida para la construcción de la sociedad. La promoción de la familia y la defensa de la vida deberían ocupar un lugar fundamental en la enseñanza y en la misión de nuestras Iglesias. La educación es un ámbito privilegiado para nuestra acción y una inversión de gran importancia”.

B. LOS DESAFÍOS A LOS QUE DEBEN ENFRENTARSE LOS CRISTIANOS

“Las situaciones político-sociales de nuestros países tienen repercusiones directas sobre los cristianos, que experimentan con mayor fuerza las consecuencias negativas. En los Territorios palestinos la vida es muy difícil, a veces insostenible. La posición de los cristianos árabes es muy delicada. Condenamos la violencia de cualquier proveniencia y reclamamos una solución justa y duradera del conflicto israelí-palestino, expresamos nuestra solidaridad para con el pueblo palestino, cuya situación actual favorece el fundamentalismo. Escuchar la voz de los cristianos del lugar podría ser valioso para comprender mejor la situación. El estatuto de Jerusalén debería tomar en cuenta su importancia para las tres religiones: cristiana, musulmana y judía.

“Es lamentable que la política mundial no tome en suficiente consideración la situación trágica de los cristianos en Irak, quienes son las víctimas principales de la guerra y sus consecuencias. En Líbano, una mayor unidad entre los cristianos ayudaría a asegurar más estabilidad en el país. En Egipto, sería muy ventajoso si las Iglesias coordinaran sus esfuerzos para confirmar a sus fieles en la fe y para realizar obras comunes por el bien del país. Según las posibilidades que se den en cada país, los cristianos deberán favorecer la democracia, la justicia y la paz, además de la laicidad positiva en la distinción entre religión y Estado, y el respeto de cada religión. Una actitud de compromiso positivo en la sociedad es la respuesta constructiva, ya sea para la sociedad que para la Iglesia”.

(…) La promoción de los derechos humanos exige paz, justicia y estabilidad. La libertad religiosa es un elemento esencial de los derechos del hombre. La libertad de culto es sólo un aspecto de la libertad religiosa. En la mayor parte de nuestros países está garantizada por las constituciones, Pero aun en esos casos, en algunos países, algunas leyes o prácticas limitan su aplicación. Otro aspecto es la libertad de conciencia, basada en la libre elección de la persona. Su ausencia pone trabas a la libre elección de quienes desearían adherir al Evangelio, por temor a represalias contra sí mismos y sus familias. No puede existir ni desarrollarse sino en la medida en que crece el respeto por los derechos del hombre en su totalidad e integridad. La educación en este sentido es un aporte valioso al progreso cultural del país, para una mayor justicia e igualdad ante la ley. La Iglesia Católica condena con firmeza todo proselitismo. Sería positivo discutir serenamente estas cuestiones en las estructuras e instancias para el diálogo, sobre todo dentro de cada país. Los numerosos institutos educativos de que disponen nuestras Iglesias son un instrumento privilegiado para promover esta educación. Los centros hospitalarios y de servicios sociales también constituyen un testimonio elocuente del amor al prójimo, sin distinción ni discriminación alguna. La valorización de las jornadas, los eventos y las celebraciones locales e internacionales dedicados a estos temas ayudan a difundir y reforzar esta cultura. Los medios de comunicación se deben utilizar para propagar este espíritu.

“Actualmente la emigración se ha acentuado en nuestros países. Las principales causas son: el conflicto israelí-palestino, la guerra de Irak, las situaciones políticas y económicas, el crecimiento del fundamentalismo islámico y las restricciones de las libertades y la igualdad. Los jóvenes, las personas instruidas y las personas pudientes se van en mayor número, privando a la Iglesia y al país de recursos muy valiosos”.

(…) La emigración constituye un apoyo notable a nuestros países e Iglesias. La Iglesia del país de origen debe encontrar los medios para preservar vínculos estrechos con sus fieles emigrados y asegurar su asistencia espiritual. Es indispensable asegurar la Liturgia, en su propio rito, a los fieles de las Iglesias orientales que se encuentran en territorio latino. (…) Las comunidades de la Diáspora tienen el papel de alentar y consolidar la presencia cristiana en Oriente, con la finalidad de reforzar su testimonio y apoyar sus causas, por el bien del país. Una pastoral adecuada debe ocuparse de la emigración interna del país”.

C. RESPUESTAS DE LOS CRISTIANOS EN LA VIDA COTIDIANA

II. LA COMUNIÓN ECLESIAL

“La diversidad en la Iglesia Católica, lejos de atentar a su unidad, la valoriza. (…)

A. COMUNIÓN EN LA IGLESIA CATÓLICA Y ENTRE LAS DISTINTAS IGLESIAS

“Los signos principales que manifiestan la comunión en la Iglesia Católica son: el Bautismo, la Eucaristía y la comunión con el Obispo de Roma, Corifeo de los Apóstoles (hâmat ar-Rusul). El Código de las Iglesias Orientales reglamenta los aspectos canónicos de esta comunión, acompañada y asistida por la Congregación para las Iglesias Orientales y los distintos Dicasterios romanos.

Entre las Iglesias católicas de Oriente Medio la comunión se manifiesta a través del Consejo de los Patriarcas Católicos de Oriente (C.P.C.O.)”.

III. EL TESTIMONIO CRISTIANO

A. TESTIMONIAR EN LA IGLESIA: LA CATEQUESIS

“La acción catequética no puede limitarse, hoy en día, a la sola transmisión oral. Son indispensables los medios activos. (…) Los nuevos medios de comunicación son muy eficaces para anunciar el Evangelio y testimoniarlo. Nuestras Iglesias necesitan personas especializadas en estos ámbitos. (…) La catequesis debe tener en cuenta el contexto conflictivo de los países de la región. Debe consolidar a los fieles en la fe y formarlos para vivir el mandamiento del amor y para ser artífices de la paz, la justicia y el perdón. El compromiso en la vida pública es un deber que imponen el testimonio y la misión de construir el Reino de Dios. Todo ello requiere una formación para superar el confesionalismo, el sectarismo y las hostilidades internas, para ver el rostro de Dios en cada persona y colaborar conjuntamente para construir un futuro de paz, estabilidad y bienestar”.

B. UNA LITURGIA RENOVADA Y FIEL A LA TRADICIÓN (70-75)

(…) En nuestras Iglesias orientales, la Divina Liturgia está en el centro de la vida religiosa. Desempaña un papel importante custodiando la identidad cristiana, reforzando la pertenencia a la Iglesia, vivificando la vida de fe y suscitando la atención de quienes se encuentran lejos e incluso de quienes no creen. Es decir, constituye un anuncio y un testimonio importantes de una Iglesia que reza y no sólo obra”.

C. EL ECUMENISMO

“La acción ecuménica requiere comportamientos adecuados: la oración, la conversión, la santificación y el intercambio recíproco de dones, en un espíritu de respeto, amistad, caridad recíproca, solidaridad y colaboración. Estas actitudes deben ser cultivadas y alentadas a través de la enseñanza y los distintos medios de comunicación. El diálogo es un instrumento esencial del ecumenismo. Exige una actitud positiva de comprensión, escucha y apertura al otro. Todo ello contribuirá a la superación de las desconfianzas y a trabajar juntos para desarrollar los valores religiosos y colaborar en los proyectos de utilidad social. Los problemas comunes deben ser abordados de forma conjunta”.

D. RELACIONES CON EL JUDAÍSMO

“El conflicto israelí-palestino tiene repercusiones en las relaciones entre Cristianos y Judíos. En varias ocasiones, la Santa Sede ha expresado claramente su posición, en especial en ocasión de la visita del Papa Benedicto XVI a Tierra Santa en el año 2009.

“Nuestras Iglesias rechazan el antisemitismo y el antijudaísmo. Las dificultades en las relaciones entre los pueblos árabes y el pueblo judío se deben sobre todo a la situación de conflicto. Distinguimos la realidad religiosa de la realidad política. (…) La lectura del Antiguo Testamento y la profundización de las tradiciones del judaísmo ayudan a conocer mejor la religión judía. Ofrecen un terreno común para estudios serios y contribuyen a un mejor conocimiento del Nuevo Testamento y de las Tradiciones orientales. En el contexto actual se presentan otras posibilidades de colaboración”.

E. LAS RELACIONES CON LOS MUSULMANES

(…). Las razones para tejer relaciones entre cristianos y musulmanes son múltiples. Todos son conciudadanos, comparten el mismo idioma y la misma cultura y, asimismo, las alegrías y los sufrimientos. Además, los cristianos tienen la misión de vivir como testigos de Cristo en sus sociedades. Desde su surgimiento, el Islam ha encontrado raíces comunes con el Cristianismo y el Judaísmo, como ha mencionado el Santo Padre. Es necesario valorizar mejor la literatura árabe cristiana.

“El Islam no es uniforme: presenta una diversidad confesional, cultural e ideológica. Dificultades en las relaciones entre cristianos y musulmanes surgen del hecho que, en general, los musulmanes no distinguen entre religión y política. Es ésta la fuente del malestar de los cristianos, porque se sienten en una situación de no ciudadanos, aunque se encuentren en su patria, en sus países desde mucho antes que el Islam. Necesitamos un reconocimiento que pase de la tolerancia a la justicia y la igualdad, basado en la ciudadanía, la libertad religiosa y los derechos humanos”.

“Es necesario purificar los libros escolares de todo prejuicio con referencia al otro y de toda ofensa o deformación. Se intentará más bien entender el punto de vista del otro, en el respeto de las creencias y las prácticas distintas”.

F. EL TESTIMONIO EN LA SOCIEDAD

“Todos los ciudadanos de nuestros países deben enfrentarse juntos a dos desafíos principales: la paz y la violencia. Las situaciones de guerra y conflicto que vivimos generan violencia y son explotadas por el terrorismo mundial. Occidente es identificado con el Cristianismo y las decisiones de sus Estados son atribuidas a la Iglesia. En cambio, actualmente sus gobiernos son laicos y cada vez más se oponen a los principios de la fe cristiana. Es importante explicar esta realidad y el sentido de una laicidad positiva, que distingue lo político de lo religioso”.

“En nuestras sociedades, la influencia de la modernización, la globalización y el laicismo tiene repercusiones sobre nuestros cristianos. (…) La igualdad de los ciudadanos está afirmada en todas las Constituciones. Pero, en los Estados con mayoría musulmana, el Islam es, excepto en pocos casos, la religión de Estado y la sharia es la fuente principal de la legislación. En algunos países o regiones se aplica a todos los ciudadanos. (…) La libertad de culto está reconocida, pero no la libertad de conciencia. Con la expansión del integralismo, los ataques contra los cristianos se multiplican”.

G. CONTRIBUCIÓN ESPECÍFICA E INSUSTITUIBLE DEL CRISTIANO

“La aportación específica del cristiano a su sociedad es insustituible. Con su testimonio y su acción, enriquece los valores que Cristo ha aportado a la humanidad. Muchos de estos valores son comunes a los de los musulmanes, lo cual ofrece la posibilidad y el interés para promoverlos en común. La catequesis debe formar creyentes que sean ciudadanos activos. El compromiso social y político desprovisto de los valores del Evangelio es un testimonio en contra de ellos”.

“El servicio a los demás, y no la pertenencia confesional, es el elemento que caracteriza nuestra identidad como cristianos. Nuestra tarea primordial es vivir la fe, dejar que hablen nuestras acciones, vivir la verdad y proclamarla en la caridad, con coraje, y practicar la solidaridad en nuestras instituciones. Debemos vivir una fe adulta, no superficial, sostenida y vivificada por la oración. Nuestra credibilidad exige la concordia en el seno de la Iglesia, la promoción de la unidad entre los cristianos, una vida religiosa convencida y que ello se traduzca concretamente en la vida. Este testimonio elocuente requiere educación y acompañamiento permanente a niños, jóvenes y adultos”.

CONCLUSIÓN

A. )QUÉ FUTURO PARA LOS CRISTIANOS DE ORIENTE MEDIO?

“Los contextos actuales son fuente de dificultades y preocupación. Animados por el Espíritu Santo y guiados por el Evangelio, nos enfrentamos a ellas con la esperanza y la confianza filial en la Divina Providencia. Hoy somos un “pequeño resto”, pero nuestro comportamiento y nuestro testimonio pueden hacer de nosotros una presencia que cuenta en estos contextos. (…) Frente a la tentación del desánimo, debemos recordar que somos siempre discípulos de Cristo resucitado, que ha vencido el pecado y la muerte”.

B. LA ESPERANZA

“Nuestras Iglesias necesitan creyentes testigos, ya sea a nivel de los pastores que de los fieles. El anuncio de la Buena Noticia no puede ser fecundo si los obispos, los sacerdotes, los religiosos, las religiosas y los laicos no están inflamados por el amor de Cristo e iluminados por el celo de darlo a conocer y amar. Confiamos en que este Sínodo no será un mero evento pasajero, sino que permitirá realmente que el Espíritu ponga en movimiento a nuestras Iglesias”.
SE/ VIS 20101011 (2540)

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