CIUDAD DEL VATICANO, 12 OCT 2010 (VIS).-Esta tarde tuvo lugar la cuarta Congregación Genera del Sínodo para Oriente Medio, durante la cual continuaron las intervenciones. El presidente delegado de turno fue Su Beatitud Ignace Youssif III Younan, Patriarca de Antioquía de los Sirios (Líbano). Estuvieron presentes 161 padres sinodales. El Papa asistió a las intervenciones libres al final de la sesión.
Ofrecemos a continuación extractos de algunas intervenciones:
SU BEATITUD GREGORIOS III LAHAM, B.S., PATRIARCA DE ANTIOQUÍA DE LOS GRECO-MELQUITAS, ARZOBISPO DE DAMASCO DE LOS GRECO-MELQUITAS (SIRIA). “La presencia cristiana en el mundo árabe está amenazada por los ciclos de guerra que se abaten sobre esta región, cuna del cristianismo. La causa principal es el conflicto israelí-palestino: los movimientos fundamentalistas, el movimiento Hamas y Hezbollah son las consecuencias de este conflicto, como lo son también las discordias internas, el lento desarrollo, el nacimiento del odio, la pérdida de esperanza entre los jóvenes, que representan el 60% de la población de los países árabes. Una de las consecuencias más peligrosas del conflicto israelí-palestino es la emigración de los cristianos, que hará de la sociedad árabe una sociedad de un sólo color, únicamente musulmana frente a una sociedad europea llamada cristiana. Si esto ocurriera y Oriente se vaciara de sus cristianos, ello significaría que cualquier ocasión será propicia para un nuevo choque de culturas, de civilizaciones e incluso de religiones, un choque destructivo entre el Oriente árabe musulmán y el Occidente cristiano”.
CARDENAL JOHN PATRICK FOLEY, GRAN MAESTRE DE LA ORDEN ECUESTRE DEL SANTO SEPULCRO DE JERUSALÉN (CIUDAD DEL VATICANO). “Mientras algunos, incluida la Santa Sede, han sugerido una solución de dos estados para la crisis palestino-israelí, más tiempo pasa, más difícil se hace llegar a una solución, ya que la construcción de los asentamientos israelíes y de estructuras bajo el control israelí en Jerusalén Este y en otras partes de la orilla occidental hace cada vez más difícil el desarrollo de un estado palestino factible e integral. Durante el histórico peregrinaje del Santo Padre a Tierra Santa el año pasado, tuve la oportunidad de conversar brevemente con líderes políticos del más alto nivel en Jordania, Israel y Palestina. Todos ellos hablaron de la gran contribución al entendimiento mutuo dada por las escuelas católicas en aquellas áreas. Ya que las escuelas católicas están abiertas a todos, y no sólo a los católicos y a los otros cristianos, muchos musulmanes y hasta algunos niños judíos están inscritos. Los efectos son evidentes y prometedores. Se ha generado el respeto recíproco que esperamos llevará a la reconciliación e, incluso, al amor recíproco.
SU BEATITUD FOUAD TWAL, PATRIARCA DE JERUSALÉN DE LOS LATINOS (JERUSALÉN). “La Iglesia Madre de Jerusalén (…) custodia para toda la Iglesia los Santos Lugares de los Patriarcas, de los Profetas, de Jesucristo, de la Virgen María y de los Apóstoles. (…) Debe ser, por lo tanto, objeto del amor, la oración y la atención por parte de toda la Iglesia, de todos los obispos, sacerdotes y fieles del Pueblo de Dios. Ser solidarios con la Iglesia de Jerusalén, vivir la comunión y el testimonio de los que se habla en este Sínodo, responde a nuestros deberes de pastores y de colegialidad episcopal. Amar a Tierra Santa implica la visita a los Santos Lugares y el encuentro con la comunidad local. Es también servirla: no dejen a la Iglesia Madre sola y aislada. Ayúdenla con sus oraciones, su amor y su solidaridad, evitando que se convierta en un gran museo al aire libre. Callarse por miedo ante la situación dramática que conocen sería un pecado de omisión. Además, estamos muy agradecidos a la Santa Sede, a los obispos, a los sacerdotes y a todos los amigos de Tierra Santa por todo lo que llevan a cabo de manera tan generosa para apoyarnos espiritual y materialmente. (…) La comunidad cristiana de Tierra Santa (sólo un 2% de la población) sufre a causa de la violencia y la inestabilidad. Es una Iglesia del Calvario. Es la gran responsable de perpetuar el mensaje de paz y reconciliación. A pesar de las dificultades que parecen insalvables, nosotros creemos en Dios, Señor de la historia”.
ARZOBISPO BASILE GEORGES CASMOUSSA, DE MOSUL DE LOS SIRIOS (IRAQ). “En nuestros países de Oriente Medio somos unas minorías ínfimas, asolados de forma considerable por los siguientes factores: La emigración galopante. Los cristianos están perdiendo cada vez más confianza en sus países históricos. La oleada de terrorismo, inspirada por ideologías religiosas, se entiende islámicas, o totalitarias, que niegan el principio mismo de la igualdad en beneficio de un negacionismo fundamental que abruma a las minorías, y por tanto los cristianos, el eslabón más vulnerable. El descenso alarmante de los nacimientos entre los cristianos, frente a una natalidad cada vez más próspera entre los musulmanes. La acusación injusta contra los cristianos de ser unos grupos pagados o enviados por y para Occidente, que se declara “cristiano”, y de esta forma considerados como un cuerpo parásito para la nación. (…) Lo que pasa hoy en Irak nos recuerda a lo que pasó en Turquía en la Primera Guerra Mundial.(Es alarmante!”.
OBISPO DIMITRIOS SALACHAS, EXARCA APOSTÓLICO PARA LOS CATÓLICOS DE RITO BIZANTINO RESIDENTES EN GRECIA (GRECIA). “El Código oriental enuncia un principio general, según el cual los fieles de las iglesias orientales, aunque estén confiados (commissi) al cuidado pastoral de un obispo o del párroco de otra Iglesia “sui iuris”, incluida la Iglesia latina, siguen estando adscritos a su Iglesia, y están obligados a observar en cualquier parte del mundo su propio rito, entendido como patrimonio litúrgico, espiritual y disciplinar propio. (…) El supremo legislador ha dotado a la Iglesia católica de dos normativas canónicas, es decir, dos Códigos, uno para la Iglesia latina y uno para las Iglesias orientales, de cuya promulgación se ha celebrado estos días el 20 aniversario. Por eso la emigración crea unas nuevas y urgentes necesidades pastorales que exigen un conocimiento, aunque sea sucinto, de esta normativa, es decir, que los obispos orientales conozcan la legislación latina y los obispos latinos la legislación oriental. El Vaticano II (OE) enseña que, teniendo siempre en cuenta la unidad de la fe y la única divina constitución de la Iglesia universal, las Iglesias de oriente y las Iglesias de occidente tienen el derecho y el deber de regirse según sus disciplinas, más apropiadas para el bien de las almas de sus fieles”.
PADRE JOSÉ RODRÍGUEZ CARBALLO, O.F.M., MINISTRO GENERAL DE LA ORDEN FRANCISCANA DE LOS FRAILES MENORES (ITALIA). “Ante el triste espectáculo de los conflictos en Tierra Santa y en contra de la idea tan extendida de que las religiones son la causa, los cristianos estamos llamados a enseñar al mundo que las religiones, vividas con autenticidad, están al servicio de la comprensión entre diversos, al servicio de la paz y que forjan unos corazones reconciliados y reconciliadores. (…) En el contexto de la nueva evangelización hago cuatro propuestas: Que se elabore un catecismo único para todos los católicos de Oriente Medio. Que se tomen iniciativas concretas para una formación adecuada a las exigencias de la nueva evangelización y de la situación particular de Oriente Medio, de todos los agentes de pastoral: sacerdotes, religiosos y laicos. Que se celebre, en continuidad con el año paulino, un año dedicado al apóstol Juan en todas las Iglesias de Oriente Medio, si es posible con los hermanos de las Iglesias no católicas. Que se potencien los estudios bíblicos, especialmente a través de los tres Institutos Bíblicos presentes en Jerusalén: la facultad de Ciencias Bíblicas y Arqueología de los franciscanos, la Ecole Biblique de los dominicos y el Instituto bíblico de los Jesuitas. Además, espero que, ante la constante disminución de cristianos en Tierra Santa, salga de este Sínodo una palabra de consuelo para las comunidades cristianas y sobre todo católicas que viven en esas tierras. Que el Sínodo sea una ocasión propicia para potenciar con fuerza el diálogo ecuménico e interreligioso”.
SE/ VIS 20101013 (1300)
Ofrecemos a continuación extractos de algunas intervenciones:
SU BEATITUD GREGORIOS III LAHAM, B.S., PATRIARCA DE ANTIOQUÍA DE LOS GRECO-MELQUITAS, ARZOBISPO DE DAMASCO DE LOS GRECO-MELQUITAS (SIRIA). “La presencia cristiana en el mundo árabe está amenazada por los ciclos de guerra que se abaten sobre esta región, cuna del cristianismo. La causa principal es el conflicto israelí-palestino: los movimientos fundamentalistas, el movimiento Hamas y Hezbollah son las consecuencias de este conflicto, como lo son también las discordias internas, el lento desarrollo, el nacimiento del odio, la pérdida de esperanza entre los jóvenes, que representan el 60% de la población de los países árabes. Una de las consecuencias más peligrosas del conflicto israelí-palestino es la emigración de los cristianos, que hará de la sociedad árabe una sociedad de un sólo color, únicamente musulmana frente a una sociedad europea llamada cristiana. Si esto ocurriera y Oriente se vaciara de sus cristianos, ello significaría que cualquier ocasión será propicia para un nuevo choque de culturas, de civilizaciones e incluso de religiones, un choque destructivo entre el Oriente árabe musulmán y el Occidente cristiano”.
CARDENAL JOHN PATRICK FOLEY, GRAN MAESTRE DE LA ORDEN ECUESTRE DEL SANTO SEPULCRO DE JERUSALÉN (CIUDAD DEL VATICANO). “Mientras algunos, incluida la Santa Sede, han sugerido una solución de dos estados para la crisis palestino-israelí, más tiempo pasa, más difícil se hace llegar a una solución, ya que la construcción de los asentamientos israelíes y de estructuras bajo el control israelí en Jerusalén Este y en otras partes de la orilla occidental hace cada vez más difícil el desarrollo de un estado palestino factible e integral. Durante el histórico peregrinaje del Santo Padre a Tierra Santa el año pasado, tuve la oportunidad de conversar brevemente con líderes políticos del más alto nivel en Jordania, Israel y Palestina. Todos ellos hablaron de la gran contribución al entendimiento mutuo dada por las escuelas católicas en aquellas áreas. Ya que las escuelas católicas están abiertas a todos, y no sólo a los católicos y a los otros cristianos, muchos musulmanes y hasta algunos niños judíos están inscritos. Los efectos son evidentes y prometedores. Se ha generado el respeto recíproco que esperamos llevará a la reconciliación e, incluso, al amor recíproco.
SU BEATITUD FOUAD TWAL, PATRIARCA DE JERUSALÉN DE LOS LATINOS (JERUSALÉN). “La Iglesia Madre de Jerusalén (…) custodia para toda la Iglesia los Santos Lugares de los Patriarcas, de los Profetas, de Jesucristo, de la Virgen María y de los Apóstoles. (…) Debe ser, por lo tanto, objeto del amor, la oración y la atención por parte de toda la Iglesia, de todos los obispos, sacerdotes y fieles del Pueblo de Dios. Ser solidarios con la Iglesia de Jerusalén, vivir la comunión y el testimonio de los que se habla en este Sínodo, responde a nuestros deberes de pastores y de colegialidad episcopal. Amar a Tierra Santa implica la visita a los Santos Lugares y el encuentro con la comunidad local. Es también servirla: no dejen a la Iglesia Madre sola y aislada. Ayúdenla con sus oraciones, su amor y su solidaridad, evitando que se convierta en un gran museo al aire libre. Callarse por miedo ante la situación dramática que conocen sería un pecado de omisión. Además, estamos muy agradecidos a la Santa Sede, a los obispos, a los sacerdotes y a todos los amigos de Tierra Santa por todo lo que llevan a cabo de manera tan generosa para apoyarnos espiritual y materialmente. (…) La comunidad cristiana de Tierra Santa (sólo un 2% de la población) sufre a causa de la violencia y la inestabilidad. Es una Iglesia del Calvario. Es la gran responsable de perpetuar el mensaje de paz y reconciliación. A pesar de las dificultades que parecen insalvables, nosotros creemos en Dios, Señor de la historia”.
ARZOBISPO BASILE GEORGES CASMOUSSA, DE MOSUL DE LOS SIRIOS (IRAQ). “En nuestros países de Oriente Medio somos unas minorías ínfimas, asolados de forma considerable por los siguientes factores: La emigración galopante. Los cristianos están perdiendo cada vez más confianza en sus países históricos. La oleada de terrorismo, inspirada por ideologías religiosas, se entiende islámicas, o totalitarias, que niegan el principio mismo de la igualdad en beneficio de un negacionismo fundamental que abruma a las minorías, y por tanto los cristianos, el eslabón más vulnerable. El descenso alarmante de los nacimientos entre los cristianos, frente a una natalidad cada vez más próspera entre los musulmanes. La acusación injusta contra los cristianos de ser unos grupos pagados o enviados por y para Occidente, que se declara “cristiano”, y de esta forma considerados como un cuerpo parásito para la nación. (…) Lo que pasa hoy en Irak nos recuerda a lo que pasó en Turquía en la Primera Guerra Mundial.(Es alarmante!”.
OBISPO DIMITRIOS SALACHAS, EXARCA APOSTÓLICO PARA LOS CATÓLICOS DE RITO BIZANTINO RESIDENTES EN GRECIA (GRECIA). “El Código oriental enuncia un principio general, según el cual los fieles de las iglesias orientales, aunque estén confiados (commissi) al cuidado pastoral de un obispo o del párroco de otra Iglesia “sui iuris”, incluida la Iglesia latina, siguen estando adscritos a su Iglesia, y están obligados a observar en cualquier parte del mundo su propio rito, entendido como patrimonio litúrgico, espiritual y disciplinar propio. (…) El supremo legislador ha dotado a la Iglesia católica de dos normativas canónicas, es decir, dos Códigos, uno para la Iglesia latina y uno para las Iglesias orientales, de cuya promulgación se ha celebrado estos días el 20 aniversario. Por eso la emigración crea unas nuevas y urgentes necesidades pastorales que exigen un conocimiento, aunque sea sucinto, de esta normativa, es decir, que los obispos orientales conozcan la legislación latina y los obispos latinos la legislación oriental. El Vaticano II (OE) enseña que, teniendo siempre en cuenta la unidad de la fe y la única divina constitución de la Iglesia universal, las Iglesias de oriente y las Iglesias de occidente tienen el derecho y el deber de regirse según sus disciplinas, más apropiadas para el bien de las almas de sus fieles”.
PADRE JOSÉ RODRÍGUEZ CARBALLO, O.F.M., MINISTRO GENERAL DE LA ORDEN FRANCISCANA DE LOS FRAILES MENORES (ITALIA). “Ante el triste espectáculo de los conflictos en Tierra Santa y en contra de la idea tan extendida de que las religiones son la causa, los cristianos estamos llamados a enseñar al mundo que las religiones, vividas con autenticidad, están al servicio de la comprensión entre diversos, al servicio de la paz y que forjan unos corazones reconciliados y reconciliadores. (…) En el contexto de la nueva evangelización hago cuatro propuestas: Que se elabore un catecismo único para todos los católicos de Oriente Medio. Que se tomen iniciativas concretas para una formación adecuada a las exigencias de la nueva evangelización y de la situación particular de Oriente Medio, de todos los agentes de pastoral: sacerdotes, religiosos y laicos. Que se celebre, en continuidad con el año paulino, un año dedicado al apóstol Juan en todas las Iglesias de Oriente Medio, si es posible con los hermanos de las Iglesias no católicas. Que se potencien los estudios bíblicos, especialmente a través de los tres Institutos Bíblicos presentes en Jerusalén: la facultad de Ciencias Bíblicas y Arqueología de los franciscanos, la Ecole Biblique de los dominicos y el Instituto bíblico de los Jesuitas. Además, espero que, ante la constante disminución de cristianos en Tierra Santa, salga de este Sínodo una palabra de consuelo para las comunidades cristianas y sobre todo católicas que viven en esas tierras. Que el Sínodo sea una ocasión propicia para potenciar con fuerza el diálogo ecuménico e interreligioso”.
SE/ VIS 20101013 (1300)
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