CIUDAD DEL VATICANO, 20 NOV 2009 (VIS).-El Santo Padre recibió esta mañana a 400 participantes en la Conferencia Internacional "¡Effatá! La persona sorda en la vida de la Iglesia", promovida por el Pontificio Consejo para la Pastoral Sanitaria, cuyo presidente es el arzobispo Zygmunt Zimowski.
En su discurso, el Papa explicó el por qué de la elección del título de la Conferencia. "Effatá", que "constituye un paradigma de como actúa el Señor con los no oyentes" y citó el pasaje del evangelio de Marcos cuando "Jesús se retira con un hombre sordo y mudo y después de haber efectuado algunos gestos simbólicos, levanta los ojos al Cielo y le dice: ¡Effatá!, o sea "ábrete". En ese instante (...) el hombre recuperó el oído, su lengua se soltó y habló correctamente".
"Los gestos de Jesús están llenos de atención amorosa y expresan una compasión profunda por el hombre que tiene enfrente: le manifiesta su interés concreto, lo aparta de la confusión de la multitud, hace que sienta su cercanía y su comprensión mediante gestos de denso significado", prosiguió el pontífice.
Pero Jesús no cura solamente la sordera física: "Indica también -subrayó el Papa- que hay otra forma de sordera de la que la humanidad debe curarse, de la que tiene que ser salvada: es la sordera del espíritu que levanta barreras cada vez más altas a la voz de Dios y del prójimo, sobre todo al grito de ayuda de los últimos y de los que sufren, y encierra al ser humano en un egoísmo profundo y destructivo".
"Desgraciadamente la experiencia no siempre atestigua gestos de buena acogida, de solidaridad convencida y de comunión calurosa con las personas que no oyen. Las numerosas asociaciones nacidas para tutelar y promover sus derechos evidencian que hay comportamientos latentes caracterizados por los prejuicios y la discriminación".
A pesar de ello, "son mucho más grandes las iniciativas promovidas por instituciones y asociaciones, tanto eclesiales como civiles, inspiradas por una solidaridad auténtica y generosa que han mejorado la condición de vida de muchas personas no oyentes", constató el Papa, recordando que "las primeras escuelas para la instrucción y la formación religiosa de estos hermanos y hermanas nuestros nacieron en Europa ya en el Setecientos y desde entonces se han multiplicado en la Iglesia las obras caritativas para ofrecer a los no oyentes no solo formación sino asistencia integral para su plena realización".
"Sin embargo, no es posible olvidar la grave situación en que todavía viven en los países en desarrollo, sea por la falta de políticas y legislaciones apropiadas, sea por la dificultad de acceder a los cuidados sanitarios básicos; la sordera es a menudo una consecuencia de enfermedades que se curarían con facilidad".
El Papa lanzó un llamamiento "a las autoridades políticas y civiles y a los organismos internacionales para que brinden la ayuda necesaria para promover, también en esos países, el debido respeto por la dignidad y los derechos de las personas que no oyen, favoreciendo (...) su plena integración social".
"Queridos hermanos y hermanas no oyentes -concluyó- no sois solamente destinatarios del anuncio evangélico. Sois también sus anunciadores, merced a vuestro Bautismo. Vivid por lo tanto cada día como testigos del Señor en los ambientes de vuestra existencia, dando a conocer a Cristo y su Evangelio".
AC/PERSONAS SORDAS/ZIMOWSKI VIS 20091120 (540)
No hay comentarios:
Publicar un comentario