CIUDAD DEL VATICANO, 12 JUL 2009 (VIS).-Benedicto XVI dedicó esta mañana la reflexión que precede al Ángelus dominical a la reciente cumbre del G8, que se desarrolló en la ciudad italiana de L´Aquila, "sometida a la dura prueba del terremoto" y a la publicación de su tercera encíclica "Caritas in veritate".
El Papa recordó que algunos de los temas en la agenda del G-8 eran de "una urgencia dramática" porque "existen en el mundo desigualdades sociales e injusticias estructurales intolerables, que requieren, además de intervenciones inmediatas, una estrategia coordinada para buscar soluciones globales duraderas".
"Durante la cumbre, los jefes de Estado y de Gobierno del G8 han reafirmado -dijo el pontífice- la necesidad de llegar a acuerdos comunes para asegurar a la humanidad un futuro mejor. La Iglesia no puede presentar soluciones técnicas, pero es experta en humanidad, ofrece a todos la enseñanza de la Sagrada Escritura sobre la verdad del ser humano y anuncia el Evangelio del Amor y de la justicia".
El Santo Padre se refirió en este ámbito a su encíclica, publicada poco antes del G-8, en la que habla de la necesidad de "un nuevo proyecto económico que replantee el desarrollo de forma global, basándose en el fundamento ético de la responsabilidad ante Dios y ante el ser humano como criatura de Dios".
"Ya el gran pontífice Pablo VI, en la encíclica "Populorum progressio" reconoció e indicó la perspectiva mundial de la cuestión social, (…) que en nuestra época se ha convertido en una cuestión radicalmente antropológica", ya que implica la forma de concebir al ser humano puesto cada vez más en las manos del hombre a través de las biotecnologías modernas".
"Las soluciones a los problemas actuales de la humanidad no pueden ser exclusivamente técnicas -subrayó el Santo Padre-, sino que deben tener en cuenta todas las exigencias de la persona, que está dotada de cuerpo y alma, y por lo tanto deben tener también en cuenta a su Creador. El absolutismo de la técnica, que encuentra su máxima expresión en algunas prácticas contrarias a la vida, podría dibujar oscuros escenarios para el futuro de la humanidad. Los actos que no respetan la verdadera dignidad de la persona, aunque su motivo parezca ser una elección de amor, son en realidad el fruto de una "concepción material y mecanicista de la vida humana" que reduce el amor sin verdad a "un envoltorio vacío que se rellena arbitrariamente".
Pero, "por compleja que sea la situación actual del mundo -concluyó el Papa-, la Iglesia mira al futuro con esperanza y recuerda a los cristianos que el anuncio de Cristo es el primer y principal factor de desarrollo".
ANG/G-8:CARITAS IN VERITATE/… VIS 20090713 (460)
No hay comentarios:
Publicar un comentario