CIUDAD DEL VATICANO, 26 MAY 2008 (VIS).-El arzobispo Silvano Tomasi, observador permanente de la Santa Sede ante la Oficina de las Naciones Unidas y las Organizaciones Internacionales en Ginebra, pronunció un discurso el pasado 19 de mayo en Dublín (Irlanda), durante la Conferencia Diplomática sobre las bombas de racimo.
El jefe de la delegación de la Santa Sede en esta conferencia, que se celebra del 19 al 30 de mayo, subrayó que en el asunto de las bombas racimo es "prioritaria la dignidad humana" y lo que mejor sirva "al interés de las víctimas, así como la prevención y la estabilidad y el concepto de seguridad basado en el nivel más bajo de armamento. La paz -dijo- trasciende por mucho el marco de las consideraciones militares. La paz no es solamente la ausencia de guerra".
Tras poner de relieve que "en un mundo globalizado y cada vez más inter-dependiente los problemas de algunos son los problemas de todos", el arzobispo Tomasi señaló que "lo que no se haga hoy, tendrá que hacerse mañana con más sufrimiento, más costes económicos y heridas más profundas que curar".
El observador permanente de la Santa Sede se refirió a los esfuerzos para solucionar el problema de las bombas de racimo, que "deben ser considerados por los líderes políticos y militares y las personas en sus países, como una participación necesaria pero gratificante en la construcción de un mundo más pacífico y seguro, donde todos disfruten de una mayor seguridad".
"En este y en otros contextos -continuó-, la cooperación es esencial para el éxito. La cooperación entre estados, Naciones Unidas, organizaciones internacionales, el Comité de la Cruz Roja y las ONGs, es el secreto para el éxito común y un elemento indispensable para alcanzar el objetivo del futuro instrumento". Las víctimas de las bombas racimo "deben ocupar un lugar privilegiado en este plan, un papel activo desde el comienzo hasta el final".
El arzobispo Tomasi afirmó que "si bien los estados tienen el derecho de defender la paz, la seguridad y estabilidad de las personas bajo su responsabilidad, la mejor forma para lograrlo es no recurriendo a la carrera de armamentos y a la guerra".
Después de recordar el discurso de Pablo VI a la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1965, donde el pontífice advirtió que "no se puede amar con armas ofensivas en las manos", el jefe de la delegación de la Santa Sede resaltó que actualmente "los ojos de los pueblos, de las víctimas, de los países afectados, están concentrados en esta conferencia, y esperan de nosotros una respuesta valiente", como recordó Benedicto XVI al mundo el pasado 18 de mayo durante el rezo del Angelus.
"El mundo -concluyó- espera un acto de fe en la persona humana y en sus más altas aspiraciones para vivir en paz y seguridad, un compromiso para hacer de la solidaridad la expresión más espléndida de la unidad de la familia humana y su destino común".
DELSS/BOMBAS RACIMO/TOMASI VIS 20080526 (500)
El jefe de la delegación de la Santa Sede en esta conferencia, que se celebra del 19 al 30 de mayo, subrayó que en el asunto de las bombas racimo es "prioritaria la dignidad humana" y lo que mejor sirva "al interés de las víctimas, así como la prevención y la estabilidad y el concepto de seguridad basado en el nivel más bajo de armamento. La paz -dijo- trasciende por mucho el marco de las consideraciones militares. La paz no es solamente la ausencia de guerra".
Tras poner de relieve que "en un mundo globalizado y cada vez más inter-dependiente los problemas de algunos son los problemas de todos", el arzobispo Tomasi señaló que "lo que no se haga hoy, tendrá que hacerse mañana con más sufrimiento, más costes económicos y heridas más profundas que curar".
El observador permanente de la Santa Sede se refirió a los esfuerzos para solucionar el problema de las bombas de racimo, que "deben ser considerados por los líderes políticos y militares y las personas en sus países, como una participación necesaria pero gratificante en la construcción de un mundo más pacífico y seguro, donde todos disfruten de una mayor seguridad".
"En este y en otros contextos -continuó-, la cooperación es esencial para el éxito. La cooperación entre estados, Naciones Unidas, organizaciones internacionales, el Comité de la Cruz Roja y las ONGs, es el secreto para el éxito común y un elemento indispensable para alcanzar el objetivo del futuro instrumento". Las víctimas de las bombas racimo "deben ocupar un lugar privilegiado en este plan, un papel activo desde el comienzo hasta el final".
El arzobispo Tomasi afirmó que "si bien los estados tienen el derecho de defender la paz, la seguridad y estabilidad de las personas bajo su responsabilidad, la mejor forma para lograrlo es no recurriendo a la carrera de armamentos y a la guerra".
Después de recordar el discurso de Pablo VI a la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1965, donde el pontífice advirtió que "no se puede amar con armas ofensivas en las manos", el jefe de la delegación de la Santa Sede resaltó que actualmente "los ojos de los pueblos, de las víctimas, de los países afectados, están concentrados en esta conferencia, y esperan de nosotros una respuesta valiente", como recordó Benedicto XVI al mundo el pasado 18 de mayo durante el rezo del Angelus.
"El mundo -concluyó- espera un acto de fe en la persona humana y en sus más altas aspiraciones para vivir en paz y seguridad, un compromiso para hacer de la solidaridad la expresión más espléndida de la unidad de la familia humana y su destino común".
DELSS/BOMBAS RACIMO/TOMASI VIS 20080526 (500)
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