CIUDAD DEL VATICANO, 16 FEB 2009 (VIS).-El Santo Padre recibió este mediodía a los participantes en el Congreso de estudio promovido con ocasión del LXXX aniversario de la fundación del Estado de la Ciudad del Vaticano.
"Para quien trabaja cotidianamente al servicio de la Santa Sede o para quien vive en Roma es un hecho patente que en el corazón de esta ciudad existe un pequeño Estado soberano, pero no todos saben que es fruto de un proceso histórico muy atormentado, que ha hecho posible su constitución, motivada por grandes ideales de fe y por la previsora conciencia de las finalidades que tenía que satisfacer".
Tras poner de relieve que Pío XI fue "el principal artífice y protagonista de los Pactos Lateranenses" y "el verdadero fundador y primer constructor del Estado de la Ciudad del Vaticano", el Papa destacó que "guió la Iglesia en los años difíciles entre las dos guerras mundiales. (...) Además, tuvo que afrontar las dificultades y persecuciones que sufría la Iglesia en países como México y España y la lucha que acarrearon los totalitarismos que surgieron y se consolidaron en aquellos años".
Benedicto XVI subrayó que "el Estado de la Ciudad del Vaticano, surgido tras los Pactos Lateranenses y en particular el Tratado, fue considerado por Pío XI un instrumento para garantizar la necesaria independencia de toda potestad humana, para dar a la Iglesia y a su Pastor Supremo la posibilidad de realizar plenamente el mandato recibido de Cristo Señor".
Este LXXX aniversario, continuó, "es un motivo de profundo agradecimiento al Señor, que guía el destino de su Iglesia en las vicisitudes a menudo agitadas del mar de la historia, y asiste a su Vicario en la tierra en el desarrollo de su tarea de "Christianae religiones summus Antistes".
El Santo Padre dijo que a pesar de que la "Civitas Vaticana" es "un Estado minúsculo e inerme, sin ejércitos temibles, (...) ha sido y es centro de irradiación de una constante acción a favor de la solidaridad y del bien común".
"El Estado Vaticano, que encierra en sí tesoros de fe, de historia, de arte, custodia un patrimonio precioso para toda la humanidad. De su corazón, donde ante la tumba de San Pedro vive el Papa, se eleva un incesante mensaje de verdadero progreso social, de esperanza, de reconciliación y de paz".
El Papa concluyó manifestando el deseo de que "la Ciudad del Vaticano sea cada vez más una verdadera "ciudad sobre el monte", luminosa gracias a las convicciones y a la dedicación generosa de cuantos trabajan aquí al servicio de la misión eclesial del Sucesor de Pedro".
AC/80 ANIVERSARIO/SCV VIS 20090216 (440)
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