CIUDAD DEL VATICANO, 30 JUN 2008 (VIS).-El Papa recibió este mediodía a los 40 arzobispos metropolitanos que ayer recibieron el palio durante la celebración eucarística en la basílica vaticana, acompañados por sus familiares.
El Santo Padre saludó a cada uno de los arzobispos metropolitanos en sus diferentes lenguas, y afirmó que "la imagen del cuerpo orgánico aplicada a la Iglesia es uno de los elementos fuertes y característicos de la doctrina de san Pablo, y por eso, en este año jubilar dedicado a él deseo confiar a cada uno de vosotros, a su protección celestial. Que el Apóstol de las gentes -dijo- os ayude a que las comunidades que se os han confiado crezcan unidas y misioneras, concordes y coordinadas en la acción pastoral, animadas por un constante impulso apostólico".
"La condición del servicio de cada pastor -resaltó- es el amor a Cristo, al que no se debe anteponer nada". Tras recordar la pregunta de Jesús a Pedro: "Simón, hijo de Juan, ¿me amas?", Benedicto XVI pidió que "resuene siempre en nuestros corazones, y que suscite cada vez de un modo nuevo y conmovedor, nuestra respuesta: "Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo". De este amor por Cristo se deriva la misión: "Apacienta mis ovejas"; misión que se resume sobre todo en el testimonio de El, el maestro y el Señor: "¡Sígueme!".
AC/.../ARZOBISPOS METROPOLITANOS VIS 20080630 (230)
El Santo Padre saludó a cada uno de los arzobispos metropolitanos en sus diferentes lenguas, y afirmó que "la imagen del cuerpo orgánico aplicada a la Iglesia es uno de los elementos fuertes y característicos de la doctrina de san Pablo, y por eso, en este año jubilar dedicado a él deseo confiar a cada uno de vosotros, a su protección celestial. Que el Apóstol de las gentes -dijo- os ayude a que las comunidades que se os han confiado crezcan unidas y misioneras, concordes y coordinadas en la acción pastoral, animadas por un constante impulso apostólico".
"La condición del servicio de cada pastor -resaltó- es el amor a Cristo, al que no se debe anteponer nada". Tras recordar la pregunta de Jesús a Pedro: "Simón, hijo de Juan, ¿me amas?", Benedicto XVI pidió que "resuene siempre en nuestros corazones, y que suscite cada vez de un modo nuevo y conmovedor, nuestra respuesta: "Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo". De este amor por Cristo se deriva la misión: "Apacienta mis ovejas"; misión que se resume sobre todo en el testimonio de El, el maestro y el Señor: "¡Sígueme!".
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