CIUDAD DEL VATICANO, 11 ENE 2008 (VIS).-El Santo Padre recibió esta mañana a los miembros de la Inspección General de Seguridad Pública en el Vaticano como es habitual a principios de año.
El Papa les manifestó sus mejores deseos para el 2008, que hizo extensivos a sus familias y recordó que el Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz de este año tenía como tema "Familia humana, comunidad de paz".
Citando algunos párrafos del texto, Benedicto XVI afirmó que "la familia humana, en cuanto comunión íntima de vida y amor, fundada en el matrimonio entre un hombre y una mujer, es lugar primario de "humanización de la persona y de la sociedad" y (...) "el prototipo de toda organización social".
"En vuestras tareas cotidianas de vigilancia -dijo el Papa a los agentes- encontráis muchas familias que vienen de todos los lugares del mundo para rendir homenaje a los apóstoles y en particular a San Pedro, sobre el que Cristo fundó su Iglesia. Vienen para renovar juntos la profesión de esta fe, (...) para participar en las audiencias y ceremonias presididas por el sucesor del apóstol Pedro".
El Santo Padre agradeció a los miembros de la Inspección de Seguridad Pública su "constante atención a las personas y a las finalidades que las animan", así como su "disponibilidad, paciencia y espíritu de sacrificio", y les invitó a ver en cada uno de los peregrinos "el rostro de un hermano o de una hermana que Dios ha puesto en vuestro camino, a una persona amiga aunque desconocida, (...) conscientes de que todos somos parte de la única y grande familia humana".
Por eso "es esencial -subrayó-, que cada uno se comprometa a vivir la propia vida con actitud de responsabilidad ante Dios, reconociendo en El la fuente de la propia existencia y la de los demás. Efectivamente, sólo remontándose a este Principio supremo se puede percibir el valor incondicionado de todo ser humano. Gracias a esta toma de conciencia se pueden poner las premisas para la construcción de una humanidad pacificada".
"Sin este fundamento trascendente que es Dios -agregó el Santo Padre-, la sociedad corre el riesgo de transformarse en una mera agrupación de ciudadanos, deja de ser una comunidad de hermanos y hermanas llamados a formar una gran familia".
"¡Que el Señor -concluyó el Papa- os ayude a ejercer vuestra profesión permaneciendo siempre fieles a los ideales que deben inspirarla! La sociedad necesita personas que cumplan su deber, conscientes de que todo trabajo, todo servicio desempeñado con responsabilidad contribuye a la construcción de una sociedad más justa y verdaderamente libre".
AC/SEGURIDAD PUBLICA VATICANO/... VIS 20080111 (450)
El Papa les manifestó sus mejores deseos para el 2008, que hizo extensivos a sus familias y recordó que el Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz de este año tenía como tema "Familia humana, comunidad de paz".
Citando algunos párrafos del texto, Benedicto XVI afirmó que "la familia humana, en cuanto comunión íntima de vida y amor, fundada en el matrimonio entre un hombre y una mujer, es lugar primario de "humanización de la persona y de la sociedad" y (...) "el prototipo de toda organización social".
"En vuestras tareas cotidianas de vigilancia -dijo el Papa a los agentes- encontráis muchas familias que vienen de todos los lugares del mundo para rendir homenaje a los apóstoles y en particular a San Pedro, sobre el que Cristo fundó su Iglesia. Vienen para renovar juntos la profesión de esta fe, (...) para participar en las audiencias y ceremonias presididas por el sucesor del apóstol Pedro".
El Santo Padre agradeció a los miembros de la Inspección de Seguridad Pública su "constante atención a las personas y a las finalidades que las animan", así como su "disponibilidad, paciencia y espíritu de sacrificio", y les invitó a ver en cada uno de los peregrinos "el rostro de un hermano o de una hermana que Dios ha puesto en vuestro camino, a una persona amiga aunque desconocida, (...) conscientes de que todos somos parte de la única y grande familia humana".
Por eso "es esencial -subrayó-, que cada uno se comprometa a vivir la propia vida con actitud de responsabilidad ante Dios, reconociendo en El la fuente de la propia existencia y la de los demás. Efectivamente, sólo remontándose a este Principio supremo se puede percibir el valor incondicionado de todo ser humano. Gracias a esta toma de conciencia se pueden poner las premisas para la construcción de una humanidad pacificada".
"Sin este fundamento trascendente que es Dios -agregó el Santo Padre-, la sociedad corre el riesgo de transformarse en una mera agrupación de ciudadanos, deja de ser una comunidad de hermanos y hermanas llamados a formar una gran familia".
"¡Que el Señor -concluyó el Papa- os ayude a ejercer vuestra profesión permaneciendo siempre fieles a los ideales que deben inspirarla! La sociedad necesita personas que cumplan su deber, conscientes de que todo trabajo, todo servicio desempeñado con responsabilidad contribuye a la construcción de una sociedad más justa y verdaderamente libre".
AC/SEGURIDAD PUBLICA VATICANO/... VIS 20080111 (450)
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