CIUDAD DEL VATICANO, 6 DIC 2007 (VIS).-El Santo Padre recibió hoy en el Vaticano a doscientos ochenta miembros del Pontificio Instituto Oriental, fundado en 1917 por Benedicto XV.
"Los tiempos de aquel Papa -dijo el pontífice- fueron tiempos de guerra, mientras él hizo tanto por la paz. Para asegurarla lanzó varios llamamientos y llegó incluso a elaborar en 1917 (...) un plan concreto de paz (...) que desgraciadamente no tuvo éxito".
"Sin embargo, para garantizar la paz dentro de la Iglesia construyó en pocos meses tres monumentos de valor sin igual: la Congregación para la Iglesia Oriental (más tarde llamada para las Iglesias Orientales), el Pontificio Instituto Oriental para el estudio de los aspectos teológicos, litúrgicos, jurídicos y culturales que componen el saber del Oriente cristiano y el Codex Iuris Canonici".
El Papa explicó que su predecesor, al que dijo sentirse "ligado de forma particular", favoreció así las Iglesias orientales católicas, que gozan "de un régimen más adecuado a sus tradiciones bajo la mirada de los pontífices de Roma, que no han dejado de manifestarles su solicitud con gestos de ayuda concreta".
Estas comunidades han pasado no pocas veces por "períodos difíciles que las han sometido a duras pruebas" y "aunque físicamente lejanas de Roma, han estado siempre cerca a través de su fidelidad a la sede de Pedro". Benedicto XVI subrayó también que "el progreso y la firmeza en la dificultad" de esas comunidades, habría sido "inconcebible sin el apoyo constante de aquel oasis de paz y estudio que es el Pontificio Instituto Oriental, punto de encuentro de expertos, profesores, escritores y editores, entre los mejores conocedores del Oriente cristiano".
El Santo Padre elogió especialmente la biblioteca de esa institución, "que goza de renombre mundial, como una de las mejores sobre el Oriente cristiano", y afirmó que la haría crecer más aún "como señal del interés de la Iglesia de Roma en el conocimiento del Oriente cristiano y como medio para eliminar eventuales prejuicios que podrían perjudicar la convivencia cordial y armoniosa entre los cristianos". "Estoy convencido -agregó- de que la ayuda proporcionada al estudio tenga una valencia ecuménica eficaz, porque conocer el patrimonio de la sabiduría oriental es enriquecedor para todos".
"El Pontificio Instituto Oriental -dijo en fin el Papa- constituye un ejemplo insigne de lo que la sabiduría cristiana puede ofrecer, sea a cuantos desean adquirir un conocimiento cada vez más preciso de las Iglesias orientales, que a quienes quieren profundizar en la vida según el Espíritu, que representa un tema sobre el cual el Oriente cristiano posee una tradición riquísima".
AC/PONTIFICIO INSTITUTO ORIENTAL/... VIS 20071206 (430)
"Los tiempos de aquel Papa -dijo el pontífice- fueron tiempos de guerra, mientras él hizo tanto por la paz. Para asegurarla lanzó varios llamamientos y llegó incluso a elaborar en 1917 (...) un plan concreto de paz (...) que desgraciadamente no tuvo éxito".
"Sin embargo, para garantizar la paz dentro de la Iglesia construyó en pocos meses tres monumentos de valor sin igual: la Congregación para la Iglesia Oriental (más tarde llamada para las Iglesias Orientales), el Pontificio Instituto Oriental para el estudio de los aspectos teológicos, litúrgicos, jurídicos y culturales que componen el saber del Oriente cristiano y el Codex Iuris Canonici".
El Papa explicó que su predecesor, al que dijo sentirse "ligado de forma particular", favoreció así las Iglesias orientales católicas, que gozan "de un régimen más adecuado a sus tradiciones bajo la mirada de los pontífices de Roma, que no han dejado de manifestarles su solicitud con gestos de ayuda concreta".
Estas comunidades han pasado no pocas veces por "períodos difíciles que las han sometido a duras pruebas" y "aunque físicamente lejanas de Roma, han estado siempre cerca a través de su fidelidad a la sede de Pedro". Benedicto XVI subrayó también que "el progreso y la firmeza en la dificultad" de esas comunidades, habría sido "inconcebible sin el apoyo constante de aquel oasis de paz y estudio que es el Pontificio Instituto Oriental, punto de encuentro de expertos, profesores, escritores y editores, entre los mejores conocedores del Oriente cristiano".
El Santo Padre elogió especialmente la biblioteca de esa institución, "que goza de renombre mundial, como una de las mejores sobre el Oriente cristiano", y afirmó que la haría crecer más aún "como señal del interés de la Iglesia de Roma en el conocimiento del Oriente cristiano y como medio para eliminar eventuales prejuicios que podrían perjudicar la convivencia cordial y armoniosa entre los cristianos". "Estoy convencido -agregó- de que la ayuda proporcionada al estudio tenga una valencia ecuménica eficaz, porque conocer el patrimonio de la sabiduría oriental es enriquecedor para todos".
"El Pontificio Instituto Oriental -dijo en fin el Papa- constituye un ejemplo insigne de lo que la sabiduría cristiana puede ofrecer, sea a cuantos desean adquirir un conocimiento cada vez más preciso de las Iglesias orientales, que a quienes quieren profundizar en la vida según el Espíritu, que representa un tema sobre el cual el Oriente cristiano posee una tradición riquísima".
AC/PONTIFICIO INSTITUTO ORIENTAL/... VIS 20071206 (430)
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