BASILIO: LUMBRERA DE LA IGLESIA Y TESTIGO DEL AMOR DE DIOS

CIUDAD DEL VATICANO, 4 JUL 2007 (VIS).-San Basilio, definido en los textos litúrgicos bizantinos como "una lumbrera de la Iglesia", fue el protagonista de la catequesis del Santo Padre durante la audiencia general de los miércoles. La audiencia, a la que asistieron 12.000 personas, comenzó en la basílica vaticana y prosiguió en el Aula Pablo VI.

  San Basilio, nacido en el siglo IV, "insatisfecho de sus éxitos mundanos (...) y atraído por Cristo (...) se dedicó a la vida monástica, (...) a la oración y a la caridad", explicó el Santo Padre, añadiendo que "tanto la Iglesia de Oriente como la de Occidente lo admiran por la santidad de su vida, la excelencia de la doctrina y la síntesis armoniosa de sus dotes especulativas y prácticas".

  El santo, obispo de Cesarea de Capadocia en el 370, "mediante la predicación y los escritos desarrolló una intensa actividad pastoral, teológica y literaria" y "favoreció la fundación de muchas fraternidades o comunidades de cristianos consagrados a Dios, que visitaba frecuentemente".

  San Basilio "es uno de los padres del monaquismo (...). Ha creado un monaquismo especial, no cerrado a la comunidad de la iglesia local, sino abierto a ella. Sus monjes formaban parten de la Iglesia particular, eran el núcleo animador que precedían a los fieles en el seguimiento de Cristo y no solo en la fe (...) y en el amor, (...) sino sobre todo mediante obras de caridad. Estos monjes tenían escuelas, hospitales, servían a los pobres y de este modo demostraron la integridad de la vida cristiana".

  "Como obispo y pastor (...) se preocupó constantemente de las difíciles condiciones materiales en que vivían sus fieles, denuncio con firmeza los males (...) e intervino ante  los gobernantes para aliviar los sufrimientos de la población, (...) vigiló por la libertad de la Iglesia, incluso contraponiéndose a los poderosos para defender el derecho de profesar la fe verdadera". San Basilio, que testimonia que "Dios es amor y caridad", fundó también varios hospicios para los más necesitados, modelos de las "instituciones hospitalarias modernas".

  "Al igual que se preocupaba por la caridad, como señal de la fe -observó el Papa-, Basilio "consideraba la liturgia el centro de su vida" y "fue también un sabio reformador litúrgico. (...) Por su impulso, el pueblo amó y conoció los salmos, (...) supo oponerse  a los herejes (...) y se dedicó a recomponer las divisiones dentro de la Iglesia".

  Según el programa que se fijó fue "apóstol y ministro de Cristo, (...) heraldo del reino de Dios, modelo y regla de piedad, (...) pastor de las ovejas de Cristo, médico piadoso, padre y nodriza, cooperador (...) y agricultor de Dios, constructor del templo de Dios".

  "Este es el programa que el santo obispo nos entrega, sobre todo a los que anuncian la Palabra", concluyó el Santo Padre. "Fue un hombre (...) que nos muestra cómo ser realmente cristianos"
AG/SAN BASILIO/...                        VIS 20070704 (480)