CIUDAD DEL VATICANO, 8 JUN 2007 (VIS).-El Santo Padre recibió este mediodía a los participantes en la XVIII Asamblea General de Caritas Internationalis, con el cardenal Oscar Andrés Rodríguez Maradiaga, S.D.B., arzobispo de Tegucigalpa (Honduras), elegido en la reunión de estos días en Roma nuevo presidente de la Confederación.
Tras recordar que la Confederación agrupa actualmente a más de 150 organizaciones nacionales y que el Siervo de Dios Juan Pablo II confirió en 2004 personalidad jurídica pública y canónica a Caritas Internationalis, dijo: "Esto significa que vuestra Confederación no trabaja simplemente en nombre de la Iglesia, sino que es realmente una parte de la Iglesia" y como muestra del "apoyo de la Santa Sede" a su labor, está guiada por el Pontificio Consejo "Cor Unum".
Benedicto XVI subrayó que la misión de la Confederación es "cooperar en la misión de la Iglesia de difundir por todo el mundo el amor de Dios. (...) La caridad tiene que ser comprendida a la luz de Dios, que es "caritas": "Tanto amó Dios al mundo que le entregó a su Hijo Unigénito". De este modo vemos que el amor halla su pleno cumplimiento en el don de sí mismo. Esto es lo que Caritas Internationalis trata de realizar en el mundo. El corazón de Caritas es el sacrificio amoroso de Cristo, y toda forma de caridad individual y organizada en la Iglesia debe encontrar siempre su punto de referencia en El, la fuente de la caridad".
"Esta visión teológica -continuó- tiene implicaciones prácticas para el mundo de las organizaciones caritativas. (...) La primera es que todo acto de caridad debe inspirarse en una experiencia personal de fe, que lleve a descubrir que Dios es Amor. (...) Sólo cuando la actividad caritativa asume la forma de un donarse como Cristo, se convierte en un gesto auténtico digno de la persona humana creada a imagen y semejanza de Dios".
El Santo Padre señaló que "la segunda implicación es que el amor de Dios se ofrece a todos, de ahí que la caridad de la Iglesia también tenga alcance universal, y por tanto, tiene que incluir el compromiso a la justicia social".
"Por este motivo -añadió-, no se pueden afrontar y superar los grandes desafíos actuales, como la globalización, la falta de respeto de los derechos humanos, las estructuras sociales injustas, si no se centra la atención en las necesidades más profundas de la persona humana: la promoción de la dignidad humana, el bienestar y en último término, la salvación eterna".
El Papa aseguró a los presentes que existen muchos hombres y mujeres "con el corazón lleno de alegría y gratitud por el servicio que se les ofrece. Animo a cada uno de vosotros -terminó-, a perseverar en vuestra misión especial de difundir el amor de Cristo, que vino para que todos tengan la vida en abundancia".
AC/.../CARITAS INTERNATIONALIS VIS 20070608 (480)
Tras recordar que la Confederación agrupa actualmente a más de 150 organizaciones nacionales y que el Siervo de Dios Juan Pablo II confirió en 2004 personalidad jurídica pública y canónica a Caritas Internationalis, dijo: "Esto significa que vuestra Confederación no trabaja simplemente en nombre de la Iglesia, sino que es realmente una parte de la Iglesia" y como muestra del "apoyo de la Santa Sede" a su labor, está guiada por el Pontificio Consejo "Cor Unum".
Benedicto XVI subrayó que la misión de la Confederación es "cooperar en la misión de la Iglesia de difundir por todo el mundo el amor de Dios. (...) La caridad tiene que ser comprendida a la luz de Dios, que es "caritas": "Tanto amó Dios al mundo que le entregó a su Hijo Unigénito". De este modo vemos que el amor halla su pleno cumplimiento en el don de sí mismo. Esto es lo que Caritas Internationalis trata de realizar en el mundo. El corazón de Caritas es el sacrificio amoroso de Cristo, y toda forma de caridad individual y organizada en la Iglesia debe encontrar siempre su punto de referencia en El, la fuente de la caridad".
"Esta visión teológica -continuó- tiene implicaciones prácticas para el mundo de las organizaciones caritativas. (...) La primera es que todo acto de caridad debe inspirarse en una experiencia personal de fe, que lleve a descubrir que Dios es Amor. (...) Sólo cuando la actividad caritativa asume la forma de un donarse como Cristo, se convierte en un gesto auténtico digno de la persona humana creada a imagen y semejanza de Dios".
El Santo Padre señaló que "la segunda implicación es que el amor de Dios se ofrece a todos, de ahí que la caridad de la Iglesia también tenga alcance universal, y por tanto, tiene que incluir el compromiso a la justicia social".
"Por este motivo -añadió-, no se pueden afrontar y superar los grandes desafíos actuales, como la globalización, la falta de respeto de los derechos humanos, las estructuras sociales injustas, si no se centra la atención en las necesidades más profundas de la persona humana: la promoción de la dignidad humana, el bienestar y en último término, la salvación eterna".
El Papa aseguró a los presentes que existen muchos hombres y mujeres "con el corazón lleno de alegría y gratitud por el servicio que se les ofrece. Animo a cada uno de vosotros -terminó-, a perseverar en vuestra misión especial de difundir el amor de Cristo, que vino para que todos tengan la vida en abundancia".
AC/.../CARITAS INTERNATIONALIS VIS 20070608 (480)
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