CIUDAD DEL VATICANO, 24 MAY 2007 (VIS).-Benedicto XVI asistió ayer por la tarde en el Aula Pablo VI, en el Vaticano, a la representación del Oratorio sacro "Resurrexi", que le ofrecieron los prelados de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI), con motivo de su 80 cumpleaños, celebrado el pasado 16 de abril.
"Esta tarde -dijo el Papa al final del concierto- hemos tenido una ulterior oportunidad de meditar sobre el evento admirable de la Resurrección de Cristo". Tras dar las gracias al compositor y al coro y orquesta de la Arena de Verona, que han interpretado el Oratorio, subrayó que esta obra evoca "personajes y escenas del Evangelio que nos reconducen al misterio central de nuestra fe, la Resurrección del Señor".
El Santo Padre señaló que ''la Pascua constituye el corazón del cristianismo. Para todos los creyentes y para todas las comunidades eclesiales, es importante el encuentro con Jesucristo crucificado y resucitado: sin esta experiencia personal y comunitaria, sin una íntima amistad con Jesús, la fe es superficial y estéril".
Refiriéndose al presidente de la CEI, el arzobispo Angelo Bagnasco, Benedicto XVI recordó que desde hacía pocos meses había asumido la presidencia de la conferencia episcopal, y aseguró su "benevolencia, acompañada por una constante oración por el alto cargo que tiene que desempeñar al servicio de la Iglesia en Italia''.
BXVI-CONCIERTO/RESURREXI/CEI VIS 20070524 (230)
"Esta tarde -dijo el Papa al final del concierto- hemos tenido una ulterior oportunidad de meditar sobre el evento admirable de la Resurrección de Cristo". Tras dar las gracias al compositor y al coro y orquesta de la Arena de Verona, que han interpretado el Oratorio, subrayó que esta obra evoca "personajes y escenas del Evangelio que nos reconducen al misterio central de nuestra fe, la Resurrección del Señor".
El Santo Padre señaló que ''la Pascua constituye el corazón del cristianismo. Para todos los creyentes y para todas las comunidades eclesiales, es importante el encuentro con Jesucristo crucificado y resucitado: sin esta experiencia personal y comunitaria, sin una íntima amistad con Jesús, la fe es superficial y estéril".
Refiriéndose al presidente de la CEI, el arzobispo Angelo Bagnasco, Benedicto XVI recordó que desde hacía pocos meses había asumido la presidencia de la conferencia episcopal, y aseguró su "benevolencia, acompañada por una constante oración por el alto cargo que tiene que desempeñar al servicio de la Iglesia en Italia''.
BXVI-CONCIERTO/RESURREXI/CEI VIS 20070524 (230)
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