CIUDAD DEL VATICANO, 16 ABR 2007 (VIS).-Benedicto XVI celebró hoy su ochenta cumpleaños dedicando la mañana a las audiencias -recibió a varios compatriotas- y a las 13,00, en la Sala Ducal del Palacio Apostólico Vaticano, almorzó con los miembros del Colegio Cardenalicio.
Por la tarde, en el Aula Pablo VI, tuvo lugar un concierto en su honor ofrecido por la orquesta radiosinfónica de Stuttgart (SWR), dirigida por el maestro venezolano Gustavo Dudamel, que interpretó piezas de Giovanni Gabrieli (1554/57-1612), Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791) y Antonin Dvorák (1841-1904).
Al final del concierto, el Papa dio las gracias al maestro y a los intérpretes y manifestó su convencimiento de que "la música es verdaderamente el lenguaje universal de la belleza capaz de unir a los hombres de buena voluntad en toda la tierra y de llevarles a elevar la mirada hacia lo Alto y a abrirse al Bien y a la Belleza absolutos, que tienen su manantial último en el mismo Dios".
"Al pensar en mi vida -dijo Benedicto XVI-, doy gracias a Dios por haberme dado a la música como compañera de viaje, que siempre me ha ofrecido consuelo y alegría".
El Santo Padre dio las gracias también "a las personas que desde los primeros años de mi infancia me acercaron a esta fuente de inspiración y de serenidad. Agradezco a quienes unen música y oración en la alabanza armoniosa de Dios y de sus obras: nos ayudan a glorificar al Creador y Redentor del mundo, que es obra maravillosa de sus manos".
"Este es mi deseo -terminó- que la grandeza y la belleza de la música os puedan dar también a vosotros, queridos amigos, una nueva y continua inspiración para construir un mundo de amor, de solidaridad y de paz".
Terminado el concierto, los asistentes cantaron al Papa el "Cumpleaños feliz" en italiano y en alemán.
BXVI-CONCIERTO/MUSICA:ORACION/... VIS 20070417 (320)
Por la tarde, en el Aula Pablo VI, tuvo lugar un concierto en su honor ofrecido por la orquesta radiosinfónica de Stuttgart (SWR), dirigida por el maestro venezolano Gustavo Dudamel, que interpretó piezas de Giovanni Gabrieli (1554/57-1612), Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791) y Antonin Dvorák (1841-1904).
Al final del concierto, el Papa dio las gracias al maestro y a los intérpretes y manifestó su convencimiento de que "la música es verdaderamente el lenguaje universal de la belleza capaz de unir a los hombres de buena voluntad en toda la tierra y de llevarles a elevar la mirada hacia lo Alto y a abrirse al Bien y a la Belleza absolutos, que tienen su manantial último en el mismo Dios".
"Al pensar en mi vida -dijo Benedicto XVI-, doy gracias a Dios por haberme dado a la música como compañera de viaje, que siempre me ha ofrecido consuelo y alegría".
El Santo Padre dio las gracias también "a las personas que desde los primeros años de mi infancia me acercaron a esta fuente de inspiración y de serenidad. Agradezco a quienes unen música y oración en la alabanza armoniosa de Dios y de sus obras: nos ayudan a glorificar al Creador y Redentor del mundo, que es obra maravillosa de sus manos".
"Este es mi deseo -terminó- que la grandeza y la belleza de la música os puedan dar también a vosotros, queridos amigos, una nueva y continua inspiración para construir un mundo de amor, de solidaridad y de paz".
Terminado el concierto, los asistentes cantaron al Papa el "Cumpleaños feliz" en italiano y en alemán.
BXVI-CONCIERTO/MUSICA:ORACION/... VIS 20070417 (320)
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