CIUDAD DEL VATICANO, 18 MAR 2007 (VIS).-A su regreso del Instituto Penal para Menores "Casal del Marmo", el Santo Padre se asomó a la ventana de su estudio que da a la Plaza de San Pedro para rezar el Angelus con los miles de peregrinos allí reunidos.
"Hoy -dijo el Papa- la liturgia nos invita a alegrarnos porque se acerca la Pascua, el día de la victoria de Cristo sobre el pecado y la muerte" y recordó que "la fuente de la alegría cristiana" se encuentra en la Eucaristía, que "alimenta en los creyentes de todos los tiempos el gozo profundo, que es uno con el amor y la paz, y que tiene su origen en la comunión con Dios y los hermanos".
Benedicto XVI se refirió después a la presentación, el martes pasado de la Exhortación Apostólica Post-sinodal "Sacramentum caritatis", dedicada a la Eucaristía y subrayó que en ese sacramento "Cristo nos quiso dar su amor, que le llevó a ofrecer su vida por nosotros en la cruz. En la Ultima Cena, lavando los pies a sus discípulos, Jesús nos dejó el mandamiento del amor: "Amaos los unos a los otros como yo os he amado". Pero como esto es posible solamente permaneciendo unidos con El, como sarmientos a la vid, El decidió de permanecer entre nosotros en la Eucaristía para que podamos permanecer en El".
"Por eso, cuando nos nutrimos con fe de su Cuerpo y su Sangre -prosiguió el Papa- su amor pasa a nosotros y nos hace capaces, a su vez, de dar la vida por los hermanos. De aquí brota la alegría cristiana, la alegría del amor".
Benedicto XVI concluyó recordando la figura de San José, cuya solemnidad litúrgica se celebra mañana y lo invocó para que "creyendo, celebrando y viviendo con fe el Misterio eucarístico, el Pueblo de Dios, lleno del amor de Cristo, difunda sus frutos de alegría y paz en toda la humanidad"
ANG/EUCARISTIA/... VIS 20070320 (330)
"Hoy -dijo el Papa- la liturgia nos invita a alegrarnos porque se acerca la Pascua, el día de la victoria de Cristo sobre el pecado y la muerte" y recordó que "la fuente de la alegría cristiana" se encuentra en la Eucaristía, que "alimenta en los creyentes de todos los tiempos el gozo profundo, que es uno con el amor y la paz, y que tiene su origen en la comunión con Dios y los hermanos".
Benedicto XVI se refirió después a la presentación, el martes pasado de la Exhortación Apostólica Post-sinodal "Sacramentum caritatis", dedicada a la Eucaristía y subrayó que en ese sacramento "Cristo nos quiso dar su amor, que le llevó a ofrecer su vida por nosotros en la cruz. En la Ultima Cena, lavando los pies a sus discípulos, Jesús nos dejó el mandamiento del amor: "Amaos los unos a los otros como yo os he amado". Pero como esto es posible solamente permaneciendo unidos con El, como sarmientos a la vid, El decidió de permanecer entre nosotros en la Eucaristía para que podamos permanecer en El".
"Por eso, cuando nos nutrimos con fe de su Cuerpo y su Sangre -prosiguió el Papa- su amor pasa a nosotros y nos hace capaces, a su vez, de dar la vida por los hermanos. De aquí brota la alegría cristiana, la alegría del amor".
Benedicto XVI concluyó recordando la figura de San José, cuya solemnidad litúrgica se celebra mañana y lo invocó para que "creyendo, celebrando y viviendo con fe el Misterio eucarístico, el Pueblo de Dios, lleno del amor de Cristo, difunda sus frutos de alegría y paz en toda la humanidad"
ANG/EUCARISTIA/... VIS 20070320 (330)
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