CIUDAD DEL VATICANO, 7 FEB 2007 (VIS).-Benedicto XVI dedicó la catequesis de la audiencia general de los miércoles a los cónyuges romanos Priscila y Áquila, colaboradores de San Pablo en Corinto. Ambos fueron expulsados de Roma por el emperador Claudio a raíz de los tumultos provocados por los seguidores de Cristo. Llegaron a Corinto alrededor del año 50 y allí conocieron a Pablo, que era como ellos, fabricante de tiendas.
Priscila, fue una persona muy activa del cristianismo romano. Junto a su marido Áquila, explicó el Papa, desarrolló un papel fundamental "en el ámbito de la Iglesia primitiva: acogió en su casa a los cristianos locales cuando se reunían para escuchar la palabra de Dios y celebrar la eucaristía. Ese tipo de reunión que en griego se llama "ecclesia". En casa de Priscila se reúne, por lo tanto, la Iglesia primitiva que celebraba en Cristo los sagrados misterios: la Iglesia nace en las casas de los creyentes".
Tras recordar que "los cristianos hasta el siglo III no tuvieron verdaderos lugares de culto", el Papa subrayó que durante "la primera mitad de los siglos I y II, las casas de los cristianos se transformaron en verdaderas y propias iglesias (..) Gracias a la fe y a la entrega apostólica de fieles laicos, de familias y de parejas como la de Priscila y Áquila, el cristianismo ha llegado hasta nuestra generación. No crecía solamente gracias a los apóstoles que lo anunciaban. Para enraizarse en la tierra del pueblo, para desarrollarse le hacía falta la entrega de estas familias (...) que ofrecieron el "humus" para el crecimiento de la fe".
"La Iglesia crece siempre así -exclamó el Santo Padre-. En particular esta pareja demuestra lo importante que es la acción de los esposos cristianos (...) Toda casa puede transformarse en una pequeña Iglesia".
"No es casual que en la epístola a los Efesios -afirmó el Papa- Pablo compare la relación matrimonial a la comunión esponsal entre Cristo y la Iglesia. Incluso podríamos decir que el apóstol indirectamente moduló la vida de la entera Iglesia sobre la de aquella familia. La Iglesia es, en realidad, la familia de Dios".
"Rendimos homenaje por lo tanto a Priscila y Áquila como modelos de una vida conyugal entregada responsablemente al servicio de toda la comunidad cristiana. Y encontramos en ellos el modelo de la Iglesia, familia de Dios para todos los tiempos".
AG/PRISCILA:AQUILA/... VIS 20070207 (410)
Priscila, fue una persona muy activa del cristianismo romano. Junto a su marido Áquila, explicó el Papa, desarrolló un papel fundamental "en el ámbito de la Iglesia primitiva: acogió en su casa a los cristianos locales cuando se reunían para escuchar la palabra de Dios y celebrar la eucaristía. Ese tipo de reunión que en griego se llama "ecclesia". En casa de Priscila se reúne, por lo tanto, la Iglesia primitiva que celebraba en Cristo los sagrados misterios: la Iglesia nace en las casas de los creyentes".
Tras recordar que "los cristianos hasta el siglo III no tuvieron verdaderos lugares de culto", el Papa subrayó que durante "la primera mitad de los siglos I y II, las casas de los cristianos se transformaron en verdaderas y propias iglesias (..) Gracias a la fe y a la entrega apostólica de fieles laicos, de familias y de parejas como la de Priscila y Áquila, el cristianismo ha llegado hasta nuestra generación. No crecía solamente gracias a los apóstoles que lo anunciaban. Para enraizarse en la tierra del pueblo, para desarrollarse le hacía falta la entrega de estas familias (...) que ofrecieron el "humus" para el crecimiento de la fe".
"La Iglesia crece siempre así -exclamó el Santo Padre-. En particular esta pareja demuestra lo importante que es la acción de los esposos cristianos (...) Toda casa puede transformarse en una pequeña Iglesia".
"No es casual que en la epístola a los Efesios -afirmó el Papa- Pablo compare la relación matrimonial a la comunión esponsal entre Cristo y la Iglesia. Incluso podríamos decir que el apóstol indirectamente moduló la vida de la entera Iglesia sobre la de aquella familia. La Iglesia es, en realidad, la familia de Dios".
"Rendimos homenaje por lo tanto a Priscila y Áquila como modelos de una vida conyugal entregada responsablemente al servicio de toda la comunidad cristiana. Y encontramos en ellos el modelo de la Iglesia, familia de Dios para todos los tiempos".
AG/PRISCILA:AQUILA/... VIS 20070207 (410)
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